Cap.

  1      2|           el Arcipreste a costa del marqués de Corujedo, gran protector
  2      2|            contertulios en casa del Marqués de Vegallana. Ahora somos
  3      4|            vuelto loco! -exclamó el marqués de Vegallana, jefe del partido
  4      4|          Anunciación -. Diga usted, marqués, que ojalá Dios se acordase
  5      5|       misteriosa en la tertulia del marqués de Vegallana:~ ~ -Señores,
  6      5|        operaciones en la cocina del marqués de Vegallana y entonces
  7      5|            un Fidias! -exclamaba el marqués de Vegallana, que había
  8      5|         parece de Praxíteles.~ ~ El marqués se encogía de hombros.~ ~ -
  9      5|           me toques a las hijas del marqués! -gritó la tía, poniéndose
 10      5|   aristocracia y del cabildo.~ ~ El marqués de Vegallana, a quien sus
 11      6|        otros personajes, v. gr., el marqués de Vegallana, los días de
 12      7|             Marquesito -el hijo del marqués de Vegallana - y éste el
 13      7|  veinticinco a veintiséis el futuro Marqués, y a pesar de esta diferencia
 14      7|        mujeres se rendían al futuro marqués de Vegallana; pero otras
 15      7|           con otros; en la casa del Marqués, además, se la podía ver
 16      8|                        VIII -~ ~ El marqués de Vegallana era en Vetusta
 17      8|      prestados. Si mandaban los del Marqués, don Álvaro repartía estanquillos,
 18      8|            venían los liberales, el marqués de Vegallana seguía siendo
 19      8|            Mesía. Don Álvaro era al Marqués en política lo que a Paquito
 20      8|               Qué cabeza la de este Marqués! Nació para amaños electorales,
 21      8|            que dejar el triunfo. El Marqués agradecía a don Álvaro su
 22      8|         sabias combinaciones!~ ~ El Marqués decía que «la fatalidad
 23      8|      Vegallana.~ ~ -¿A dónde bueno, Marqués? -le preguntaba un amigo
 24      8|             influencia poderosa del Marqués, por un rasero se había
 25      8|      Municipio, bajo la presión del Marqués, nivelaba todos los tejados «
 26      8|             vivimos», como decía el Marqués en un artículo anónimo que
 27      8|           No era muy escrupuloso el Marqués en materia de moral privada;
 28      8|        privada que no preocupaba al Marqués, pero al fin la vanidad
 29      8|            Se respetaba la casa del Marqués, pero se despellejaba a
 30      8|            secretos amorosos.~ ~ El Marqués pasaba por todo. Eran cosas
 31      8|           la recibía abajo. Las del Marqués, cuando eran de cumplido,
 32      8|      antigüedades y el despacho del Marqués «constituían, como él decía,
 33      8|                 Mi celda! -decía el Marqués con afectación.~ ~ Daba
 34      8|              según su expresión. El Marqués tenía la vanidad de ser
 35      8|           menos viejos que el mismo Marqués. Éste los tenía por auténticos,
 36      8|             fuese del tiempo que el Marqués supone, se desharía en polvo;
 37      8|           usted! ¡Sólo que al pobre Marqués, por supuesto, no hay que
 38      8|         disponía de los criados del Marqués; previo el consentimiento
 39      8|           aparecía en la cuenta del Marqués. Equivocaciones; como habían
 40      8|          esparcidos sus dominios el Marqués, en forma de arrendamientos
 41      8|            su grado a la cocina del Marqués, como convocados a nueva
 42      8|            cría la provincia.~ ~ El Marqués sonreía cuando le hablaban
 43      8|             Estaba en la cocina del Marqués como en el salón amarillo,
 44      8|           consumía en la cocina del Marqués, con gran envidia de la
 45      8|         hasta algo de la comida del Marqués por chanza.~ ~ Visitación
 46     12|            la Rúa, y al portero del marqués de Vegallana, que era un
 47     13|           al salón arqueológico del Marqués) se inclinaba más graciosa
 48     13|         Ayuntamiento y la viuda del marqués de Corujedo exigiendo el
 49     13|           pareceres se dividían. El marqués de Vegallana y Ripamilán,
 50     13|             un escándalo! -decía el Marqués, que tenía todos sus hijos
 51     13|         Antonelli de Vetusta.~ ~ El Marqués le dio un abrazo que envidió
 52     13|         algunos que decían adiós al Marqués..., ya no quedaban en la
 53     13|         quinta del Vivero, donde el Marqués tenía un palacio rodeado
 54     13|        después de comer en casa del Marqués; y pronto, para ir en seguida
 55     13|          cuarto estaban en casa del Marqués.~ ~ Lo primero que vio Ana
 56     13|    Magistral y Joaquinito Orgaz; el Marqués discutía con Bermúdez, que
 57     13|                 Oh, por Dios, señor Marqués...! No creo que usted...
 58     13|          Santa palabra! -exclamó el Marqués.~ ~ Cada cual dijo algo
 59     13|          que les eran ingénitos. El Marqués tenía el arte de saber darse
 60     13|            Esto quería decir que el Marqués y la Marquesa no prescindirían
 61     13|           la cocina y la bodega del Marqués eran las primeras de Vetusta.~ ~
 62     13|             de la Exposición...» Al Marqués le era indiferente el cambio.
 63     13|             el filósofo catalán? El Marqués no ha querido explicarlo
 64     13|         Magistral; a la derecha del Marqués, doña Petronila Rianzares,
 65     13|             un gracioso nudo.~ ~ El Marqués, antes que los demás comiesen
 66     13|             notaban la ausencia del Marqués; y en tanto llegó y se sirvió
 67     13|        plato de sopa de tortuga. El Marqués ya no tenía las sardinas
 68     13|          don Víctor, don Álvaro, el Marqués y el médico llevaban el
 69     13|             por tomarlo a broma. El Marqués en cuanto se sintió fuerte,
 70     13|            decir que a V. E., señor Marqués, la religión, el arte y
 71     13|            puede discutir -decía el Marqués -; este Quintanar aplaude
 72     13|             metros y medio -dijo el Marqués, que llegó a tiempo de dar
 73     13|           te bajarán...~ ~ Probó el Marqués a encaramarse sobre una
 74     13|            columnas de boj. Pero el Marqués, aun subido al palo más
 75     13|              Es inútil -advirtió el Marqués -. Bautista tiene fuerza
 76     13|        alcanza -observó otra vez el Marqués -. Otra escalera..., que
 77     13|            vara escasa -advirtió el Marqués.~ ~ Paco tomó en brazos
 78     13|            servía ordinariamente al Marqués en sus excursiones por la
 79     13|           Regenta comía en casa del Marqués muy a menudo. De modo que,
 80     14|            detrás de los coches del Marqués) anduvo por allí un cuarto
 81     14|             la Regenta, en casa del Marqués, ¡bueno iba a estar aquello!
 82     14|           más que en los coches del Marqués, que debían de estar de
 83     14|            Los balcones de casa del Marqués estaban también ahora abiertos;
 84     14|       espiando a los convidados del Marqués...? Debía marcharse...,
 85     16|           de gustar en el salón del Marqués, allí le despreciaba. Veíala
 86     16|          Edelmira y hacían señas al Marqués, y a Paco, que solían visitar
 87     16|       Álvaro se volvió al palco del Marqués a dar conversación a don
 88     18|         hoja por hoja la huerta del marqués de Corujedo, había plantado
 89     18|             Rufina, ni tenía con el marqués de Corujedo más trato que
 90     18|       secretos sentimentales.~ ~ El Marqués hacía lo que los gatos en
 91     18|       seculares de los dominios del Marqués; aquellas encinas feudales
 92     20|             el ver allí al hijo del marqués de Vegallana le inundaba
 93     20| condiscípulo el excelentísimo señor marqués de Vegallana, respetaban
 94     21|        amigos estaban asustados. El Marqués creía en la santidad de
 95     24|           la de la Marquesa!»~ ~ El Marqués le decía en tanto al barón:~ ~ -¡
 96     24|     champaña; en fin, como decía el Marqués, primero, mar y pimienta;
 97     24|          tono vetustense», decía el Marqués al barón, que estaba ya
 98     26|            tono superfino...»~ ~ El Marqués entró en aquel momento con
 99     26|        nadie...~ ~ -Sí tal -dijo el Marqués -. Todos los años va en
100     26|         cruz a cuestas...~ ~ -Pero, Marqués, no compare usted a mi mujer
101     26|            personas decentes.~ ~ El Marqués apoyó la idea muy eruditamente.~ ~ -
102     27|        exquisitas, según me dijo el Marqués. ¿Quieres que escriba a
103     27|         reunir.~ ~ -Veamos -dijo el Marqués.~ ~ -Ha de estar cerca de
104     27|          bravo, eureka! -repetía el Marqués -. Paco tiene razón, ¡al
105     27|           coche siguió al trote; el Marqués tiene la vanidad de hacer
106     27|       agrada más es el capricho del Marqués en el piso principal: una
107     27|          iban a Vetusta, a casa del Marqués y a veces a las de sus amigos.
108     27|             recibió un B. L. M. del marqués de Vegallana invitándole
109     27|          para no dejar mal al señor Marqués».~ ~ Anita, en la postdata
110     27|              decía al confesor: «El Marqués me ha dicho que piensa invitar
111     27|         hora de sosiego.~ ~ Como el Marqués no le había invitado a hacer
112     27|       estirado indefinidamente. «El Marqués se había portado como un
113     27|            de Pepe el casero.~ ~ El Marqués gritaba desde la galería
114     27|             Magistral se apoderó el Marqués, que le llevó al salón donde
115     27|     Magistral tuvo que comer con el Marqués y los curas en el palacio
116     27|          puede disponer...~ ~ -Y el Marqués está con sus curas en el
117     27|           una cabaña rústica que el Marqués se hizo construir con cañas
118     28|            Encontró el Magistral al Marqués, que no quería dejarle marchar
119     28|         viejo los curas rurales, el Marqués y algunos otros señores
120     28|       municipio nuevo a la casa del Marqués. Al abrirse la puerta se
121     30|              rodeando la quinta del Marqués, entraron en el bosque de
122     30|     Nauseabundo!~ ~ Esto lo dijo el Marqués de Vegallana, que tenía
123     30|             relativamente -decía el Marqués, que con la gota que le
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