Cap.

  1      1|            Wamba, la gran campana que llamaba a coro a los muy venerables
  2      1|           tralla, según en Vetusta se llamaba a los de su condición; pero
  3      1|           libro, por su huerta que se llamaba el Parque de los Ozores;
  4      1|             desprecio. Aquello que él llamaba placer material y tenía
  5      1|              y más; aquella ciudad se llamaba Vetusta, era mucho mayor
  6      1|         Vetusta. Comprendía lo que se llamaba el barrio de la Encimada
  7      1|           encontraremos más adelante, llamaba la adaptación a la sotana,
  8      1|               del susodicho abismo le llamaba la tentación; entonces retrocedía
  9      1|           frescas, perladas, como las llamaba don Saturno, llenaron el
 10      2|                de la gaya ciencia, le llamaba con un dedo, acercaba su
 11      2|                En el cabildo nadie le llamaba Mourelo, ni Arcediano, sino
 12      3|           Vivía con una señora que se llamaba aya y doña Camila. No la
 13      3|             protestaba el egoísmo, la llamaba loca, romántica, necia y
 14      3|            Quintanar -casi siempre le llamaba así - bebiese aquella poca
 15      3|           Pílades cinegético, como le llamaba. Iban de caza; una caza
 16      3|         Atravesó un gran salón que se llamaba el estrado; anduvo por pasillos
 17      4|           puede gustar como mujer, no llamaba la atención; nadie se había
 18      4|            las resonancias del monte. Llamaba con palabras de fuego a
 19      5|           casa, que era comedido y no llamaba las cosas por su nombre.~ ~
 20      6|              urbana. El forastero que llamaba a un mozo de servicio podía
 21      6|             sala del tresillo, que se llamaba el gabinete rojo. En éste
 22      6|               que odiaba el tresillo, llamaba a los del gabinete rojo
 23      6| consideraciones. No siempre que se le llamaba acudía, y solía negarse
 24      6|      gacetilla correspondiente que se llamaba a secas: Meretrices, y acababa
 25      6|          peluca de marquetería.~ ~ Se llamaba Joaquín Orgaz y se timaba
 26      6|        elegantes de Vetusta. Orgaz le llamaba Álvaro por lo muy familiar
 27      7|        grotesca del Estudiante -él le llamaba así todavía - y se complacía
 28      7|               buen corazón de las que llamaba Bermúdez meretrices y en
 29      7|               hiperbólicas, que él no llamaba así, por supuesto.~ ~ -¿
 30      8|           mortal que la hipocresía; y llamaba hipócritas a todos los que
 31      8|               los escrupulosos se les llamaba hipócritas y adelante.~ ~
 32      8|              en casa de Vegallana, le llamaba aparte, y sin que nadie
 33      8|               urraca, como que así la llamaba doña Paula: la urraca ladrona.~ ~
 34      8|           Pedro de las cocineras. Las llamaba marimachos.~ ~ Si se le
 35      8|          aquella tarde.~ ~ Era lo que llamaba ella saborear los recuerdos.~ ~
 36      8|              de misticismo.~ ~ Visita llamaba misticismo a toda devoción
 37      8|             Aquel silencio era el que llamaba solemne y aristocrático
 38      9|            verde también. Por esto se llamaba El boulevard, o lo que era
 39      9|      insultaban al transeúnte que las llamaba hermosas, suponiendo que
 40      9|              era Ecbátana, pero él la llamaba así por equivocación indudablemente.
 41     10|       corazonada verdadera, la que él llamaba así, porque era como una
 42     10|        cacharros de su museo, como él llamaba aquella exposición permanente
 43     11|             si el infalible fuera él. Llamaba a Dupanloup cobarde. En
 44     11|            cerca del señorito, por si llamaba, para avisar a la madre,
 45     11|            cerca del señorito, por si llamaba, se les imponía con una
 46     11|          contra La Cruz Roja, como él llamaba, colectivamente, al Provisor
 47     12|          dirigió a Palacio.~ ~ Así se llamaba por antonomasia el del Obispo.
 48     12|               al salón claro, como se llamaba en Palacio el que destinaba
 49     12|              el impío Arouet, como él llamaba a Voltaire siempre. Porque
 50     12|           filantrópico. El círculo se llamaba La Libre Hermandad, nombre
 51     12|               a probar fortuna, se le llamaba «el príncipe ruso» por ironía
 52     13|             cerrado sobre su cabeza y llamaba señor mío al Arcediano.~ ~
 53     13|       importante acaso de su vida, la llamaba ella para meterle por los
 54     13|         circunstancias, era en lo que llamaba El Lábaro el santuario de
 55     13|    aburrimiento que para sus adentros llamaba soberano.~ ~ «¡Cosa más
 56     13|              ahora al otro y antes se llamaba liberal.~ ~ -¿Pero qué tiene
 57     13|               marimacho, según él, la llamaba el Gran Constantino, aludiendo
 58     14|             suceso inopinado, como lo llamaba Mourelo. El ex-alcalde Foja
 59     14|             la tierra. Aquello que se llamaba en los libros la poesía
 60     15|        enternecía, tenía esa ventaja. Llamaba mojigangas a las caricias,
 61     15|             se le acababa a él lo que llamaba la paciencia, y una vez
 62     15|              En los libros aquello se llamaba estar enamorado platónicamente;
 63     15|             miedo de una traición. Le llamaba de tú y muchas veces animal
 64     15|             perder de vista al que ya llamaba para sus adentros su víctima...~ ~
 65     16|               era parecerse a ella lo llamaba Visita romanticismo), pero
 66     16|             que el romanticismo. Y se llamaba romántico todo lo que no
 67     16|         empujaba al adulterio -así se llamaba - mucho tiempo hacía.~ ~
 68     16|              el ataque personal, como llamaba al más brutal y ejecutivo.
 69     16|             cual momento groseramente llamaba él para sus adentros el
 70     16|               plaza del Pan, según le llamaba en elegante perífrasis el
 71     16|             acostumbrados a estos que llamaba Ronzal anacronismos, y pasaban
 72     16|             de aquello que don Víctor llamaba los nervios, asesorado por
 73     16|             de don Álvaro, que así se llamaba en todas partes, era la
 74     16|            era el núcleo de la que se llamaba la otra bolsa y había procurado
 75     16|            qué nombres? -repitió.~ ~ -Llamaba la señora... al amo.~ ~ -¿
 76     16|             mentía. Ella casi siempre llamaba a su marido Quintanar.~ ~
 77     17|     recorriendo sus dominios, que así llamaba al parque de Quintanar;
 78     18|            las del cónclave, como las llamaba Ripamilán, esperaban con
 79     18|          entre los dedos. El alfayate llamaba serenísimo señor al prelado,
 80     19|          cariño a Benítez, que así se llamaba. El contraste de los cuidados
 81     19|         abandonada sin remedio, ya no llamaba a Quintanar, aunque era
 82     20|               muy buen uso. A esto lo llamaba él su aurea mediocritas.
 83     20|           señor Vicario general, como llamaba siempre a De Pas el señor
 84     20|        cabellos, ¡quién lo diría!, se llamaba animal, bestia, bruto, como
 85     21|       entregaba. Las traía Petra, que llamaba a la puerta con seña particular,
 86     21|           hecho ver mundos nuevos, le llamaba ahora su hermano mayor querido,
 87     21|                  Llegaba de la calle; llamaba con una aldabonada suave...,
 88     21|       recordaba perfectamente cómo se llamaba aquel «tipo de ministro»,
 89     21|            veces lo conseguía, lo que llamaba la tentación, que cada vez
 90     22|              sala, admiraba lo que él llamaba la muerte del justo. Carraspique
 91     22|               Magistral..., que se le llamaba asesino en los grupos -porque
 92     23|              el oso, que era a lo que llamaba timarse Joaquín Orgaz, si
 93     23|              la flor y nata de lo que llamaba El Alerta «el elemento levítico»
 94     23|              la madrugada... Orgaz le llamaba a gritos: «¡Álvaro! ¡Álvaro!,
 95     24|        círculo aristocrático (como le llamaba el Alerta, a cuyos redactores
 96     24|            puso Fabiolita, que así se llamaba, pero una seña de su padre
 97     24|              de la camisa y lo que él llamaba mi pescuezo cuando «apostaba
 98     24|               salón, sintió lo que él llamaba la corazonada. Aquella cara,
 99     24|              corazón de Ana lo que él llamaba el misticismo erótico (era
100     26|               seminario», como él los llamaba con pésima intención, paseaban
101     26|            problema de lo que allí se llamaba «la preparación del enfermo». «
102     26|           sabía el milagro. «¡El Ateo llamaba al Magistral para que le
103     26|               de aquel deleite que él llamaba moral, pero que le llegaba
104     26|            casa mortuoria, como él la llamaba ya para sus adentros, a
105     26|              sin ser visto, lo que él llamaba la subida al Calvario de
106     27|              en el invernáculo que él llamaba con cierto orgullo enfático
107     27|               temer por los demás.~ ~ Llamaba los chicos a los que habían
108     28|                   Pues si dice que le llamaba a usted a voces y que usted
109     28|               más tarde al monte, que llamaba el clero del campo la santina,
110     28|              un juego de niños que se llamaba en Vetusta el cachipote,
111     28|           amores platónicos, según él llamaba a todos los no consumados,
112     29|             de furor que groseramente llamaba Mesía, para sí, hambre atrasada.~ ~
113     30|            qué iba él allí? ¿Quién le llamaba a él en aquella casa donde
114     30|              y hasta quería? Nadie le llamaba. No debía entrar». No entró. «
115     30|              la carta del que siempre llamaba ya para sus adentros cobarde
116     30|           religión vulgar (que así la llamaba para sus adentros) le daba
117     30|              muy largos, y la mano no llamaba...~ ~ La Regenta, que estaba
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License