Cap.

  1      1|           negruzca que dormía a sus pies.~ ~ Bismarck, un pillo ilustre
  2      1|        señorío! ¡Ni una mancha! Los pies parecían los de una dama;
  3      1|            lejano, contemplar a sus pies los pueblos como si fueran
  4      1|             que él tenía allí a sus pies? ¿Qué habían hecho? Heredar. ¿
  5      1|             El Magistral veía a sus pies el barrio linajudo compuesto
  6      1|   arrodilladas o sentadas sobre los pies, rodeando los confesonarios.
  7      1|          recogió, sentada sobre los pies, a saborear los pormenores
  8      1|         traje pulcro y negro de los pies a la cabeza se veía algo
  9      1|             estuviese debajo de sus pies, aplastada, para que don
 10      2|           glorias, logrando con los pies triunfos que ya su pluma
 11      2|            Magistral que se iba con pies de plomo era preferido.
 12      3|            Sobre la alfombra, a los pies del lecho, había una piel
 13      3|            cariño. Ella tenía a los pies de la cama la caza del león, ¡
 14      3|             de tigre, hundiendo los pies desnudos, pequeños y rollizos
 15      3|             el lecho. Sin mover los pies, dejóse caer de bruces sobre
 16      3|         colcha quedó arrugada a los pies.~ ~ Aquellos recuerdos de
 17      3|           vaciló un momento. Volvió pies atrás, desanduvo todos los
 18      4|          mucho, le había besado los pies desnudos durante la luna
 19      5|          porcelana que estaba a los pies de su butaca.~ ~ «En cuanto
 20      5|          rebasara de aquellos cinco pies y varias pulgadas de hombre
 21      8|            ocaso, entraba hasta los pies de la cama y envolvía en
 22      8|             cama de la difunta. Los pies de la viuda se movían oscilando
 23      8|             Regenta con los ojos de pies a cabeza.~ ~ Para Obdulia
 24      9|           el suelo y brincaba a los pies de Ana, sin miedo, fiada
 25      9|       corriente al azotarla con los pies y sin pensar ya nunca más
 26      9|           una hora, arrastrando los pies sobre las piedras con estridente
 27     11|          dedos. Meditaba. Tenía los pies envueltos en un mantón viejo
 28     11|            infamatorio con lengua y pies (que viera yo cortados)
 29     11|              Sobre todo, cuando sus pies se enredaban en redes sutiles
 30     12|           los curas les lamería los pies de buen grado.~ ~ -Espere
 31     12|            en museo rompiéndose los pies y tropezando; el hogar un
 32     12|            un rectángulo de treinta pies de largo por veinte de ancho,
 33     12|     parecían puestos en jarras, los pies de las consolas hacían piruetas.
 34     12|      lamiendo casi con la llama los pies del Cristo, que goteaban
 35     12|       mártir, para que llegaran los pies al madero en que iban a
 36     12|           no acababan de clavar los pies... Sudaban jadeantes y maldicientes;
 37     12|            cielo. ¡Habían nacido de pies!» Según De Pas, los malvados
 38     12|              Nunca había puesto los pies allí doña Paula, pero su
 39     13|        Obdulia Fandiño; quien a los pies de la Marquesa y a los pies
 40     13|         pies de la Marquesa y a los pies del Arcediano, sentada en
 41     13|             palafrén, el paje a sus pies con el azor en el puño levantado
 42     15|        había visto días antes a los pies de don Custodio junto a
 43     15|            la Regenta estaría a sus pies confesando culpas que había
 44     16|          subir, y se arrojara a mis pies, en este instante me vencía,
 45     19|              mientras sentada a los pies de la cama devoraba una
 46     20|             juró no poner jamás los pies en el Casino.~ ~ -Lo que
 47     20|           poner en mi vida allí los pies.~ ~ -¿Pero qué solemnidad
 48     20|             usted no poner allí los pies... todo Vetusta recuerda
 49     20|         madera sostenida por cuatro pies de piedra, como las habitaciones
 50     20|               Si yo me arrojo a sus pies ahora, ¿qué pasa aquí?»,
 51     21|             gris, que no tapaba los pies elegantes y algo largos,
 52     21|           Frígilis que estaba a sus pies agachado plantando cebolletas,
 53     22|            rodillas y besándole los pies menudos, elegantes y siempre
 54     22|         impone nadie, vista por los pies, vista por la cabeza. Yo
 55     22|             Celestina lloraba a los pies del lecho. Don Antero, el
 56     22|             con perezosa marcha los pies mal calzados; las criadas
 57     22|             Don Pompeyo llevaba los pies encharcados, y era sabido
 58     22|            sintió la humedad de los pies de nuevo... y apretó el
 59     23|          templo, como ofrenda a los pies de Jesús..., todo esto era
 60     23|           donde no había puesto los pies hacía muchos años. Había
 61     23| antecedentes, sintió el alma en los pies al considerar que aquel
 62     23|          Ana cayó de rodillas a los pies de su hermano mayor, y sollozando
 63     23|            entero y me arrojo a los pies de usted a contarle mis
 64     23|                yo he de estar a sus pies hasta la muerte... ¡Ya 
 65     23|            esto... Para estar a los pies del mártir que matan a calumnias...~ ~ -¡
 66     24|             pisar el vestido ni los pies a ninguna señorita y en
 67     24|           no hablaba, pero oía. Los pies también seguían su diálogo;
 68     25|      quejido. Y se le enredó en los pies, haciendo eses con el cuerpo. «
 69     25|         patio. El sol llegaba a los pies de Quintanar arrancando
 70     25|      siempre contigo, siempre a tus pies; estar con los tristes,
 71     25|            ella..., ella, Ana a los pies del Magistral, como María
 72     25|         Magistral, como María a los pies de la Cruz. El Magistral
 73     26|             y no volvió a poner los pies en el Casino. Tomó esta
 74     26|       faroles a la veneciana. A sus pies, en el atrio estrecho y
 75     26|           muchedumbre apiñada a los pies de la torre, en tan estrecho
 76     26|              Su madre, echada a los pies del lecho, como un perro,
 77     26|         Guimarán...~ ~ Y se puso de pies, escondió la carta en un
 78     26|            haría arrodillarse a sus pies, fanatizados unos, asustados
 79     26|         malhechor se arrojaba a los pies del señor espiritual de
 80     26|           tenía en los dedos de los pies.~ ~ El entierro del ateo
 81     26|      Calvario, viendo a María a los pies de su hijo, dum pendebat
 82     26|              como la Virgen a cuyos pies caminaba». No se hablaba
 83     26|              Y venía descalza! ¡Los pies blanquísimos, desnudos,
 84     26|             circunstancias, que dos pies descalzos que apenas se
 85     26|        ahora entre ceja y ceja esos pies descalzos, ¿por qué?, porque
 86     26|          para evitar el fango a los pies desnudos y de nácar de aquella
 87     26|   especialmente el pueblo bajo, los pies descalzos de la Regenta.
 88     26|        Mesía, al pasar cerca de sus pies la Dolorosa, tuvo miedo,
 89     26|            paso más adelante, a los pies de la Virgen enlutada, detrás
 90     26|          sin sentido. Sentía en los pies, que pisaban las piedras
 91     26|            veces se veían. Aquellos pies desnudos eran para ella
 92     26|         descalzaba los más floridos pies del pueblo y los arrastraba
 93     26|           en cama ocho días con los pies hechos migas.~ ~ La baronesa
 94     27|          felices y les conserve los pies secos. Hoy me siento inclinada
 95     27|          Vetusta me había visto los pies desnudos, en medio de una
 96     27|       Vinagre! ¡Y tres días con los pies abrasados por dolores que
 97     27|      memoria... El mal subió de los pies a la cabeza. Tuve fiebre,
 98     27|           sin cesar el dolor de sus pies, que ardían, como abrasados
 99     27|    abrasados de vergüenza; aquellos pies que habían sido del público,
100     27|            vislumbraba cerca de los pies calzados con botas de tela.
101     27|             dejó caer el otro a los pies de don Víctor.~ ~ El cual
102     28|        nosotros? Además, ¿no tienen pies para volverse a casa? ¿No
103     28|           su cuarto para mudarse de pies a cabeza.~ ~ Entró con él
104     28|        ahora le tenía debajo de los pies».~ ~ «Más valía maña que
105     29|             despacho, envueltos los pies en el mantón viejo de su
106     29|           viento; él, atado por los pies con un trapo ignominioso,
107     29|              su madre estaría a sus pies mesándose el cabello, llorando
108     29|           barras y buscando con los pies la reja de una ventana del
109     30|              sentir tierra bajo los pies, volver a la luz, el salir
110     30|         aquello de ir enseñando los pies descalzos... malorum signum.~ ~ -
111     30|            como una Magdalena a los pies de Jesús!»~ ~ Y por la vez
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