Cap.

  1      1|        de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la
  2      1|        Pas, Magistral de aquella santa iglesia catedral y Provisor
  3      1|     estaba junto a la iglesia de Santa María; y él, Celedonio,
  4      1|      sombra de la catedral, o de Santa María la Mayor o de San
  5      1|         llamaban, como va dicho, Santa María y San Pedro; su historia
  6      1|        los siglos. En rededor de Santa María y de San Pedro hay
  7      1|          pías fundaciones a esta Santa Iglesia de Vetusta, que
  8      2|   capilla de este lado era la de Santa Clementina. Era grande,
  9      2|           se empeñó en entrar en Santa Clementina. El Magistral
 10      2|        la cripta llamada Capilla Santa de reliquias, y han podido
 11      2|          reasumiendo, en toda la Santa Basílica han podido corroborar
 12      2|   recargado con lo deforme. Esta Santa Clementina, hablo de su
 13      2|        en nombre del arte, de la santa idea de sobriedad y la no
 14      4|         las lágrimas de su madre Santa Mónica. No sabía más. Dejó
 15      5|      amor del Niño Jesús y de su Santa Madre. En algunos momentos
 16      5|       tías que a San Agustín y a Santa Teresa. Algo se supo en
 17      5|          creerse con vocación de santa.~ ~ «¿Por ventura las demás
 18      9|   recordó las carracas de Semana Santa, cuando se apaga la luz
 19      9|          a los oficios de Semana Santa y hasta al miserere.~ ~
 20     11|     Paula con su hábito negro de Santa Rita, total estameña, su
 21     11|         Eso no quita que sea una santa; pero quiere traer a la
 22     11|       doctrina a las niñas de la Santa Obra del Catecismo...~ ~ -¡
 23     11|          que la Regenta, aquella santa, y el don Alvarito, se entendieran
 24     12|        una casa; limosna para la Santa Obra del Catecismo; limosna
 25     12|         sin quitarle un ojo a su Santa Madre, de mármol, de doble
 26     12|    palabra de unción elocuente y santa. La caridad en sus labios
 27     12|          vetustense predicaba en Santa María, la iglesia antiquísima.~ ~ «-
 28     12|          cierto sermón de Semana Santa Fortunato estuviera sublime
 29     12|   Hermanitas de los Pobres, a la Santa Obra del Catecismo, a las
 30     13|         recibir la noticia.~ ~ -¡Santa palabra! -exclamó el Marqués.~ ~
 31     13| edificios para obras pías es una santa y poco menos que el Metropolitano».
 32     15|          a la Catedral, dos a la Santa Obra, una vez a las Paulinas,
 33     15|       ella tres veces..., es una santa...~ ~ -Es una como las otras.~ ~ -¿
 34     15|        al señor cura - tira para santa, no sale de la iglesia».
 35     15|        porvenir fuera de aquella santa casa. No le quería jesuita.
 36     16|     ideal, en propósitos de vida santa, en anhelos de abnegación
 37     17|          que le sugieran la idea santa de Dios, ocupaciones que
 38     17|      quehaceres. ¿Qué había sido Santa Teresa? Una monja, una fundadora
 39     17|   ardiente. Y, sin embargo, a la Santa Doctora, ¿qué mundos tan
 40     17|        usted dice, hasta la idea santa de Dios. ¡Tiene la Iglesia,
 41     17|    algunos santos y las obras de Santa Teresa y algunos místicos.~ ~ -
 42     17|     Basta con leer la vida de la Santa Doctora y la de María de
 43     17|          la de María de Chantal, Santa Juana Francisca, por supuesto,
 44     17|       voces de Dios voces que la Santa llama del diablo..., pero
 45     17|      proponemos llegar a ser una Santa Teresa, ¡adiós todo!, se
 46     18|        de lágrimas, de que habla Santa Teresa, señora -respondía
 47     18|       como si se tratase de cosa santa, las exigencias de la salud,
 48     18|      debía de ser la historia de Santa Juana Francisca, que él
 49     18|          en la casa, olvidando a Santa Juana Francisca sobre el
 50     19|        en el sonreír parecía una santa. Paco pensó, sin querer, «
 51     19|       libro voluminoso: Obras de Santa Teresa. I.~ ~ Se estremeció,
 52     19|         letras doradas: Obras de Santa Teresa. I. ¡Cuánta elocuencia
 53     19|         de césped la historia de Santa Juana Francisca... Aquella
 54     19|  buscarme para caminar en la vía santa de salvación, sin saberlo,
 55     19|          además tendría otro: la santa doctora, la divina Teresa
 56     19|          leyendo, devorando a su Santa Teresa. «¡Qué de cosas la
 57     19|       las páginas místicas de la Santa de Ávila y, a no ser lágrimas
 58     20|   chantre -, ella está hecha una santa; después de su enfermedad,
 59     20|          que edifica, que es una santa... vamos... una santa...~ ~ -
 60     20|        una santa... vamos... una santa...~ ~ -Señor, yo quiero
 61     20|          había sostenido la idea santa de la libertad de pensamiento,
 62     21|          capítulos de la Vida de Santa Teresa escrita por ella
 63     21|         de tanta sutileza, de la santa enamorada de Cristo.~ ~
 64     21|        cesar las alabanzas de la santa de Ávila. «Oh, bien decía
 65     21|         Luis de León: la mano de Santa Teresa, al escribir, era
 66     21|          Dios por conducto de la Santa, de la adorada heroína de
 67     21|        haber vivido en tiempo de Santa Teresa; o si no: ¡qué placer
 68     21|        remotas, entre la vida de Santa Teresa y la suya, aplicar
 69     21|       tamaño atrevimiento.~ ~ La Santa había encontrado refuerzo
 70     21|         Señor a quien usted y la Santa querida me enseñaron a conocer.
 71     21|    Infierno, y vilo como nuestra Santa en agujero angustioso, donde
 72     21|          firme de hacerme buena. Santa Teresa vivió muchos años
 73     21|   querido tanto tiempo lo que la Santa declara haber querido también: «
 74     21|         cesó el mal hasta que la Santa, por la gran afición que
 75     21|    Aunque algunos celos tenía de Santa Teresa, de la que veía enamorada
 76     21|         día de conferencia en la Santa Obra del Catecismo de las
 77     21|         crucero de la iglesia de Santa María la Blanca. Sentía
 78     21|       Cuando salió don Fermín de Santa María la Blanca tenía la
 79     21|              La Regenta habló de Santa Teresa con entusiasmo de
 80     21|         Fermín tenía celos de la Santa de Ávila.~ ~ Además, veía
 81     21|        al fin era un ser finito. Santa Teresa había dicho, y Ana
 82     21|            que Anita se nos hace santa, si Dios no lo remedia.
 83     21|     algunas noches la lectura de Santa Teresa. Seguía enamorada
 84     21|          algunas opiniones de la Santa prefería pasarlas por alto,
 85     21|         conversión de su marido. Santa Teresa había trabajado por
 86     21|           como volvía a la misma Santa Teresa. Si para ella tenía
 87     22|          Todd, ni la ciencia, ni santa ciencia, tienen derecho
 88     22|         en morada, como decía la santa de Ávila, serio; pero la
 89     22|     carne solemnemente en Semana Santa, algunos de los que asistían
 90     23|      mundo; sabía que entre él y Santa Teresa la habían salvado
 91     24|           mi mujer ya no va para santa; respeto como antes su piedad,
 92     25|    estaba enferma, la lectura de Santa Teresa, la debilidad, la
 93     25|   Magistral había eclipsado a la santa, se había hablado más de
 94     25|           yo no! Contigo, Virgen santa, siempre contigo, siempre
 95     26|        de gloria son; la Iglesia santa~ ~ ~ ~le recogió en su seno...
 96     26|           de pedir en la mesa de Santa María con Visitación; volvía
 97     26|              Quién había de ser? Santa Teresa... digo... no...
 98     26|         valor!~ ~ -Amigo, es una santa.~ ~ -Yo creo que va muerta -
 99     26|       pueblo...! ¡Bah!, ¡era una santa!»~ ~ En cuanto a don Víctor,
100     27|          de su alma. En cuanto a Santa Teresa, había concluido
101     27|         ideas y las frases de la santa. ¿Y el Magistral? Aquella
102     27|        siglos, nada de leer a su Santa Teresa eternidades... Vamos,
103     27|          antes:~ ~ -A nada.~ ~ -¡Santa Bárbara! -gritó Quintanar
104     29|        tiene jamás veleidades de santa, ni me llena la casa de
105     29|         queda de cuando fue casi santa... Pero si Ana se incomoda,
106     29|    pervertido a la señorita, una santa... ¡Bien temía don Fermín...!»~ ~
107     30| vergüenza. «La visión de Dios... Santa Teresa... Todo aquello había
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