Cap.

  1      1|        puerta de escape del coro; llegó al crucero; la valla que
  2      3|         pasillos anchos y largos, llegó a una galería de cristales
  3      3|    disposición natural tenía, que llegó a ser poco menos que un
  4      4|       fuertes en varias costas, y llegó pronto a coronel de ejército,
  5      4|         absurdo, y cuando la niña llegó a los catorce años ya nadie
  6      4|        suspiraba.~ ~ La Mitología llegó a conocerla Anita como en
  7      4|        oyera dentro de sí, cuando llegó al pasaje en donde el santo
  8      4|        sobre las aguas.~ ~ Al fin llegó Ana a la hondonada de los
  9      5|    original, delicado, exquisito, llegó a causarle náuseas, y se
 10      5|       persecución en esta materia llegó a tal extremo, tales disgustos
 11      5|       este punto aquellos necios -llegó a pensar Ana -; no escribiría
 12      5|           Álvaro de Ana en cuanto llegó a Madrid.~ ~ -«¡Oh!, el
 13      6|           literatura. Poco a poco llegó a ser miembro, ya correspondiente,
 14      8|         la merienda de Visita.~ ~ Llegó a más; quiso enamorar a
 15      8|     sustanciales amores.~ ~ Pedro llegó adonde pocas veces; a consentir
 16      9|         asco y un pavor tonto.~ ~ Llegó Petra. Venía sudando, muy
 17      9|         Lucrecio De rerum natura; llegó hasta la mitad. Decía bien
 18     10|           estrépito por el suelo. Llegó Petra con luz.~ ~ -¡Señora!, ¡
 19     10|       callejón, después en otro y llegó al cabo a la calle a que
 20     10|       media hora la claridad».~ ~ Llegó a la verja; él vio a la
 21     10|       aquí!~ ~ Acudió Ana, porque llegó a su cuarto el ruido.~ ~
 22     12|        piano de cola de Erard.~ ~ Llegó al salón don Robustiano
 23     12|          cruzar salas y pasadizos llegó al salón claro, como se
 24     12|          al canónigo Camoirán.~ ~ Llegó a Vetusta echando bendiciones
 25     12|               Al cabo, la opinión llegó a decir esto, aunque ya
 26     12|        Obispo.~ ~ Cuando Camoirán llegó a Vetusta, se vio acosado
 27     12|     señoritas!»~ ~ En una ocasión llegó a decirle al Gobernador
 28     12|         gobierno eclesiástico.~ ~ Llegó a su despacho el señor vicario
 29     12|   infalible de buen tono. Al cabo llegó Páez a ser el más ferviente
 30     12|          paseos, bailes y teatro; llegó a ser para Olvido una religión
 31     12|        atravesó la de Recoletos y llegó a la de la Rúa, y al portero
 32     13|           del Marqués; y en tanto llegó y se sirvió la sopa. Cuando
 33     13|          y a Edelmira. Visitación llegó a levantarse de la mesa
 34     13|       medio -dijo el Marqués, que llegó a tiempo de dar la medida
 35     14|        cristales.~ ~ El Magistral llegó hasta el gabinete en que
 36     14|        torcidas de la Encimada, y llegó al Espolón cuando ya estaban
 37     14| diabólicas. También el murciélago llegó a molestarle; apenas pasaba
 38     14|              Tengo derecho...»~ ~ Llegó al boulevard, estaba solitario:
 39     15|          La manía de dar al fiado llegó a ser un vicio, una pasión
 40     15|  vericuetos. Allí pasó la niñez y llegó a la adolescencia Fermín,
 41     15|          vocación, y el P. Rector llegó a decir que aquel chico
 42     15|           mundo, y al poco tiempo llegó a comprender que Paula era
 43     15|          borracho, y a tropezones llegó a la puerta de La Cruz Roja.
 44     16|    egoísta, de dejarse ir.~ ~ Así llegó al teatro. Había cedido
 45     16|         en la bolsa de Ronzal. Se llegó en alguna ocasión a declarar
 46     17|          devoción a doña Ana».~ ~ Llegó a la sacristía y encontró
 47     17|          No pensaba en otra cosa. Llegó la luz. Quintanar miró con
 48     18|           naturalista de Frígilis llegó al alma de Quintanar por
 49     19|           había velado.~ ~ Somoza llegó a las ocho.~ ~ -¿Qué es?, ¿
 50     19|         enfermero y lo consiguió: llegó a ser para él tan divertido
 51     19|        segundos; operación en que llegó a poner una exactitud que
 52     19|        oyendo a Quintanar, y éste llegó a profesar gran cariño a
 53     19|          torcía el gesto, y hasta llegó a hablar con voz agridulce
 54     19|         nunca se sentaba, y hasta llegó a fastidiarle el registro
 55     19|           rincones.~ ~ Don Víctor llegó a creer que a Mesía ya no
 56     20|        obispos. Uno hubo (después llegó a cardenal) que pensó seriamente
 57     20|            Entablaron amistad que llegó a ser íntima. Don Santos
 58     20|     impiedad en aquel espíritu; y llegó a creer que Jesucristo no
 59     20|          intervención del sereno; llegó a dar puñadas, bastonazos
 60     20|          no había remedio. Un día llegó Ana al extremo de retirar
 61     20|           religión del Estado.~ ~ Llegó al extremo de proponer en
 62     20|     transformarse en ocasión».~ ~ Llegó el caso de contar cómo había
 63     21|          él no se daba cuenta.~ ~ Llegó a la catedral. Entró en
 64     21|      cabellos de ángeles menores. Llegó la hora de los discursos,
 65     21|        alma de negro y don Víctor llegó a despreciar las cosas por
 66     21|       frías, indiferentes». Hasta llegó a comprender los superlativos
 67     22|    adelantaba nada.~ ~ Don Víctor llegó a reconocer, pero sin confesarlo
 68     22|       había corrido a Palacio.~ ~ Llegó y todo se supo; el Obispo
 69     22|          Sin que se supiera cómo, llegó a ser un lugar común, verdad
 70     23|    sucedió que hallándose allí le llegó a María la hora de su alumbramiento;
 71     23|       enteraba el público. Cuando llegó a los pastores que estaban
 72     23|           galería... y sin ruido, llegó a la puerta de la alcoba
 73     23|           y abierta por el pecho, llegó Ana a su tocador; la luz
 74     24|         clac y todo lo necesario, llegó un poco tarde al salón.
 75     24|       dijo:~ ~ -Ps... Veremos.~ ~ Llegó a su casa, la fonda; llamó
 76     25|           también. Salió de casa. Llegó a la de doña Petronila Rianzares. «
 77     25|      pronto se sintió abandonado. Llegó al portal. Se detuvo, escuchó...
 78     25|       ella misma con amargura que llegó hasta la boca desde las
 79     25|     puerta. Salió sin despedirse. Llegó a su casa. Don Víctor atronaba
 80     25|           la iglesia descansando, llegó a parecerle a ella también
 81     26|    borracho la Misa del gallo. Se llegó a decir que había llevado
 82     26|           era de él, de él solo». Llegó el coche. Una carretela
 83     26|         de tanto hacerse esperar, llegó el Magistral.~ ~ Las hijas
 84     26|  badulaque...»~ ~ El Jueves Santo llegó con una noticia que había
 85     27|           de impaciencia. Por fin llegó el coche destartalado, sucio,
 86     27|               Cuando el Magistral llegó al Vivero no había ningún
 87     28|          tenues, entremetidos.~ ~ Llegó a lo más alto, a lo más
 88     28|         buscó más en lo oscuro... llegó al balcón entornado; lo
 89     29|       comedor. Iba a hablar, pero llegó Petra a recoger el servicio
 90     29|         medida de sus deseos, que llegó a inquietarle «otro aspecto»
 91     29|              y bajaba don Víctor. Llegó a quejarse don Tomás de
 92     29|         más, triunfó de lo menos: llegó a comprender Ana que era
 93     29|         dio dos pasos inciertos y llegó al balcón contra cuyos cristales
 94     29|     cargado... No lo entiendo.~ ~ Llegó Quintanar al cenador que
 95     29|        sobre el césped a brincos, llegó a la muralla, a la esquina
 96     29|         clavados entre la piedra, llegó, gracias a unas piernas
 97     30|         estaba vestido de máscara llegó a ser una obsesión intolerable.
 98     30|               Y don Fermín de Pas llegó al caserón de los Ozores,
 99     30|         de lo mismo. Al oscurecer llegó Ronzal. Nadie se atrevió
100     30|       mujer como tantas otras.~ ~ Llegó a explicarse aquellas tardes
101     30|     saliese con él a paseo cuando llegó aquel mayo risueño, seco,
102     30|     lecciones prácticas. Frígilis llegó a entusiasmarse, y una tarde
103     30|         vida, deseo de actividad. Llegó un día en que ya no le bastó
104     30|           salir jamás de casa.~ ~ Llegó octubre, y una tarde en
105     30|        tropezar con los pilares y llegó a la sacristía sin caer
106     30|       manojo sonaban chocando.~ ~ Llegó a la capilla del Magistral
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