Cap.

  1      1|           mundano. Como lo de parecer cura no estaba en su intención,
  2      3|            quiso dárselos.~ ~ Vino un cura y se encerró con Ana en
  3      3|      confesarse. No supo contestar al cura y éste declaró al aya que
  4      9|              se trataba de ponerse en cura; pero, una vez escogido,
  5     11|          ancas de nadie y menos de un cura.~ ~ -No será usted oscurantista,
  6     11|        sorprender a los aprendices de cura aficionados a Talía o quien
  7     11|          decir misa; que era un señor cura. ¿La tenía? ¿Había prometido
  8     11|              Magistral de Vetusta, un cura del siglo diecinueve, un
  9     12|             esto! Porque aquí anda un cura, señor Magistral, estoy
 10     12|       contenti. El Arcediano no es el cura que hay aquí oculto, no;
 11     12|               místico, con chistes de cura por todo encanto, resuelven
 12     12|             que era él y nadie más el cura oculto, el jefe espiritual
 13     12|           exhalaban ante un sermón de cura de aldea, mitad suspiros,
 14     12|             sabía que Contracayes (el cura) tenía la debilidad de convertir
 15     12|            tanto de carbonero como de cura; aquel matiz de las púas
 16     12|            que atemorizado. Saludó el cura con un gruñido, y el Provisor
 17     12|          silla para dar a entender al cura que estaba allí como en
 18     12|               a las hazañas de cierto cura de la montaña que conocía
 19     12|                   Voces; nada.~ ~ -El cura de Contracayes, que es un
 20     12|             del pobre don Segundo, el cura de Tamaza, que reclama el
 21     12|               de sus ingleses.~ ~ -El cura de Tamaza es un vocinglero...~ ~ -
 22     12|            nunca a la desfachatez del cura que reniega del pudor de
 23     12|        marquesa de Vegallana, «era un cura muy presentable».~ ~ Don
 24     13|              un abrazo que envidió un cura pequeño, paniaguado de la
 25     13|            edad y sin amar. «Sí, este cura quiere hacer lo mismo que
 26     13|     obstáculos, y ¡de qué género! ¡Un cura! Un cura guapo, había que
 27     13|              qué género! ¡Un cura! Un cura guapo, había que confesarlo...»
 28     13|                v. gr.: «Pues el señor cura que no se divierta, que
 29     13|          sentía, pero que como él era cura..., y ella se había confesado
 30     14|       vergonzante que lleva debajo el cura».~ ~ -¿Qué opina usted? -
 31     14|             no... Espere usted, señor cura, a ver si ésos... ¡A la
 32     14|          inflo...! Para arriba, señor cura.~ ~ -Era una galera.~ ~ -¡
 33     14|              le hizo ver su sombra de cura dibujada fantásticamente
 34     15|             cuevas de allá abajo. «El cura no trabajaba y era más rico
 35     15|              no pararía hasta hacerse cura. Pero podía ser ama como
 36     15|              Raíces -le dijo al señor cura - tira para santa, no sale
 37     15|               sale de la iglesia». El cura habló a la chicuela y aseguró
 38     15|             Rita salía de la casa del cura enseñando los puños a Paula
 39     15|            ahorros de veinte años. El cura murió de viejo, y el nuevo
 40     15|               Paula fue el tirano del cura desde aquella noche, sin
 41     15|               la escalera:~ ~ -¡Señor cura, yo me voy a dormir a casa
 42     15|             Pero una noche, cuando el cura cenaba, tarde, después de
 43     15|             entraba mucho en casa del cura, de quien era algo pariente,
 44     15|            contestado a bofetadas -el cura se puso colorado; se acordó
 45     15|               que Fermín era hijo del cura, quien dotó al ama con buenas
 46     15|             él, creyendo que podía el cura estar riéndose de un licenciado,
 47     15|             de casarse con el ama del cura. Así se lo juró a ella,
 48     15|              pediré a tus padres y al cura mañana mismo. -No -dijo
 49     15|         después? -Después deja que el cura te ofrezca... y no digas
 50     15|               a aprender latín con el cura de Matalerejo. El comercio
 51     15|            hizo estudiar latín con el cura, el mismo que había dado
 52     15|             interminables el hijo del cura, como le llamaban cínicamente
 53     15|              a estudiar, tú vas a ser cura y no debes ver sangre. Si
 54     15|         devoraba libros, que pedía al cura.~ ~ Más de una vez la guardia
 55     15|               lesiones o hurto.~ ~ El cura, Fermín, y hasta los guardias,
 56     15|            servir de ama de llaves al cura de la Virgen del Camino,
 57     15|          influencia de Matalerejo (el cura) y del párroco de la Virgen
 58     15|              Autoridad civil; pero el cura es pobre. Paula veía pasar
 59     15|               fama de perfecta ama de cura corrió por toda la provincia;
 60     15|             Astorga se la arrebató al cura de la Virgen. Fue una traición
 61     15|               hecho hombre, es decir, cura; ella le había hecho niño
 62     16|             capaz de enamorarse de un cura como la escandalosa Obdulia
 63     17|          veces la palabra de un pobre cura de aldea encierra en su
 64     17|             se trataba de ponernos en cura? ¿No estábamos ahora hablando
 65     20|       principal papel curas y amas de cura; en esta amena conversación
 66     20|             entero!~ ~ »Dirían que un cura le había derrotado. ¡Aquello
 67     20|            más airoso al vencedor, al cura. Don Fermín era el de siempre;
 68     20|            poderosa la influencia del cura sobre la mujer que le cuenta
 69     20|             sotana a la basquiña, del cura a la hembra.~ ~ En suma,
 70     22|            médico, del boticario, del cura, del alcalde; pero ellos,
 71     22|               beneficiado y le sonó a cura. Se preparó a la defensa,
 72     22|           pedimos cédula...~ ~ -Señor cura, a mí no me venga usted
 73     22|               caballero...!~ ~ -Señor cura, acabemos. Don Santos está
 74     22|          infames... ¿Y no anda ahí un cura también...?~ ~ -Sí, señor,
 75     22|            compañía de un clérigo, el cura de la parroquia. Era éste
 76     22|           poco la cabeza y conoció al cura de la parroquia.~ ~ -Don
 77     22|         Santos -se atrevió a decir el cura -, no aflija usted a la
 78     22|             del lecho. Don Antero, el cura, se paseaba, con los brazos
 79     22|           usted. Además, allí está el cura..., para eso está don Antero... ¡
 80     22|               Foja, ¿hay arriba algún cura? Dicen que ha venido el
 81     22|              arriba es don Antero, el cura de la parroquia; el pobre
 82     22|               ha equivocado...~ ~ -El cura dice que durará hasta mañana.~ ~ -
 83     23|                     La casa del señor cura~ ~ ~ ~nunca la vi como ahora...~ ~ ~
 84     24|              distrito de cunero, sine cura admirable (sine cura, dijo)...,
 85     24|             sine cura admirable (sine cura, dijo)..., apetitoso bocado...,
 86     25|                allá en Loreto, con un cura y varios amigotes ateos,
 87     26|         Arcediano, a don Custodio, al cura de la parroquia, y a otros
 88     26|             decidido a esperar.~ ~ El cura de la parroquia no consiguió
 89     26| circunstancias, teniendo a su lado al cura de cabecera, a don Fermín
 90     27|               alma. Y principio de la cura fue este mismo afán y el
 91     27|            levita? Vade retro! No, el cura de levita se convierte por
 92     27|               convierte por fuerza en cura de aldea o en clérigo liberal.
 93     27|               remordimientos. «Él era cura, cura, una cosa ridícula,
 94     27|         remordimientos. «Él era cura, cura, una cosa ridícula, puestas
 95     28|             usted y... por este señor cura...~ ~ -¿Pero y la señora
 96     28|                 sobre todo este señor cura está hecho un eciomo, perdonando
 97     28|            que no falta pa este señor cura; y si no, yo tengo una camisa
 98     28|           habría figurado aquel señor cura?»~ ~ No se acordaba la Regenta
 99     29|       desairado, y mucho menos siendo cura. No había duda, el Magistral
100     29|             los prados, él, misérrimo cura, ludibrio de hombre disfrazado
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