Cap.

 1      1|       delantero sintió escalofríos. Pensó:~ ~ «¿Vendrá a pegarnos?»~ ~
 2      1|          una costurera, o cosa así, pensó el Magistral. Tenía los
 3      1|           mejor. La primera vez que pensó esto tuvo remordimientos
 4      1|           la hoja.~ ~ -Impaciencia -pensó el sabio. Pero decía: «...
 5      3|             examen de conciencia!» -pensó doña Ana algo avergonzada.~ ~
 6      3|            Qué vida tan estúpida!», pensó Ana, pasando a reflexiones
 7      3|            frío?~ ~ -¡Frío yo!~ ~ Y pensó que dentro de tres horas,
 8      3|             figurarse algo parecido pensó en su reclamo de perdiz,
 9      3|           Sálvense los principios», pensó el cazador.~ ~ -¡Buenas
10      3|         continuar el sacrificio? No pensó más en aquellos años en
11      3|    corromper la más pura inocencia; pensó en lo presente. Tal vez
12      4|       Eudoro? ¿dónde estaba Eudoro? Pensó en Germán. ¿Qué habría sido
13      5|             amparo visible. Por eso pensó en sus tías a quien no conocía,
14      5|       alfombra.~ ~ «Soy una bestia -pensó -; debí haber callado».
15      5|             bien.~ ~ -«Buenos ojos -pensó el Tenorio -, no sabía yo
16      6|            maldecir el pillastre!», pensó el padre, más satisfecho
17      7|           Tal vez con la Regenta!», pensó el de Pernueces; y se prometió
18      8|         aquella mujer?~ ~ Todo esto pensó en un momento, irritado,
19      9|            pudo. «Estos animalitos -pensó - sienten, quieren y hasta
20      9|            voluptuosidad andrajosa. Pensó en sí misma, en su vida
21      9|           sin sentido; pero después pensó que aquella respuesta podía
22      9|            la Regenta.~ ~ «Es mía», pensó don Álvaro con deleite superior
23     10|           del Parque.~ ~ «¡Es él!», pensó la Regenta que conoció a
24     10|       sucedan estas casualidades?», pensó seriamente Ana, que no era
25     11|            notase. «Así te quiero», pensó, y siguió diciendo:~ ~ -
26     11|            Hagámonos más justicia», pensó sin querer, por el instinto
27     12|             o tres que él conocía y pensó: «Me alegro; ahora veréis
28     12|          lengua. «¡Cómo le trata!», pensó, envidiando a un hombre
29     12|   explicaciones.~ ~ El Magistral no pensó en buscarle.~ ~ La de Páez
30     12|                  Qué degradación!», pensó; y se puso a dar paseos
31     13|             y eso que hacía calor), pensó esta frase: «¡Esta señora
32     13|              Qué diablos es esto?», pensó De Pas; y entonces precisamente
33     13|          desde luego reputó inútil, pensó en la cara que estaría poniendo
34     14|         Corralada.~ ~ «¡Mi madre!», pensó. No se había acordado de
35     14|          del cognac, del Obispo; no pensó más que en los coches del
36     14|      Provisor del Obispado; esto lo pensó después; ahora sólo tenía
37     14|                  Deben de ser dos», pensó el Magistral, que cada vez
38     14|                   Qué indecencia!», pensó, sintiendo el despecho atravesado
39     14|     pequeñas...~ ~ «¡Ahora callan! -pensó don Fermín -. ¡Peor, mucho
40     14|           canónigo.~ ~ «No bailan», pensó. Pero esta idea no le consolaba.~ ~
41     14|     habitación... ¡qué escándalo!», pensó don Fermín, que seguía inmóvil.~ ~
42     15|      ostentosos.~ ~ «Lo sabe todo», pensó el Provisor. Cuando su madre
43     15|                 Medrados estamos!», pensó don Fermín al dar en idea
44     15|             dormido esa beatuela?», pensó.~ ~ A sus oídos llegaban
45     16|             había escrito versos, y pensó que podían ser muy malos
46     16|      sangría suelta.~ ~ (-¡Animal! -pensó don Álvaro.)~ ~ -Y en cuanto
47     17|        Regenta. «¡Tenía enemigos!», pensó, y le entraron vehementes
48     17|     resistía a tomar la medicina; y pensó, recordando la alegoría
49     17|         estrellas...» Pero esto que pensó se guardó de decirlo. Salió
50     17|     Disimulan, disimulan conmigo!», pensó Petra con rabia.~ ~ -Con
51     17|            ruido.~ ~ «¡Don Fermín! -pensó el Magistral -. ¿Por qué
52     19|             parecía una santa. Paco pensó, sin querer, «que estaba
53     19|             los cazadores son así», pensó con la benevolencia de la
54     19|         como solía; pero de repente pensó en Ana, en la fiebre y se
55     19|           gordo por las señas; esto pensó, pero dijo:~ ~ -Hay... que
56     19|       gravedad, el amante esposo no pensó más que en la enferma y
57     20|       después llegó a cardenal) que pensó seriamente en excomulgar
58     20|        podía ambicionar! En seguida pensó en tomar una postura moral
59     20|    atormentarle un cuidado. «Estoy -pensó - en el ineludible compromiso
60     21|     pavimento hincaba las rodillas. Pensó en el cilicio, lo deseó
61     21| satisfacción. «A mí con santidades -pensó -; pulvisés, como dijo el
62     23|          embozarse con tanto garbo, pensó la criada:~ ~ «Están de
63     24|      derecho, sin duda el derecho», pensó. Grande fue su pena al notar
64     24|          dio por satisfecho, porque pensó: «Suponiendo que Ana esté
65     25|             su pensamiento; después pensó en aquella hermosura exterior
66     25|          llenó el alma de tristeza. Pensó en Mesía, el tentador, y
67     25|            en Mesía, el tentador, y pensó en el Magistral enamorado,
68     25|       religión, de la virtud... Ana pensó en la fe quebrantada, agrietada,
69     25|             miedo. «Si este hombre -pensó - enamorado de la Regenta,
70     25|          Vegallana.~ ~ El Magistral pensó por su parte al ver a don
71     25|           las penas de María... Ana pensó en María, en Rossini, en
72     25|       música.~ ~ «¡Y había infames -pensó Ana - que querían acabar
73     26|         Aquí no hay nada cristiano -pensó - más que ese montón de
74     26|        velaba el dolor de su Fermo, pensó en mil absurdos, en milagros
75     26|               Debe de ser de ella», pensó doña Paula cuando vio el
76     26|           de sentir sus dolores, no pensó siquiera en esto; miró al
77     26|              y sin poder remediarlo pensó ¡si lloviera! Lo deseaba
78     27|       Benítez, ¡imposible!~ ~ No se pensó más en ello. Ana en el fondo
79     27|          asustada de su desfachatez pensó todo el día en la aventura
80     28|         mejillas húmedas... Ella no pensó que esto podía ser agua
81     28|            resolución, casi con ira pensó:~ ~ «Este idiota me está
82     29|             le habrá roto a éste?», pensó con un vago recelo, que
83     29|           mía, entra.~ ~ «Hija mía -pensó Petra -, ésta me quiere
84     29|              No quiere ser franco? -pensó Petra -, pues que padezca;
85     29|            dudar.~ ~ «¡Es Álvaro!», pensó don Víctor, y se echó el
86     29|   descendimiento.~ ~ «¡Es Álvaro!», pensó otra vez don Víctor, que
87     29|             Lloró como un anciano y pensó en que ya lo era. Jamás
88     29|           desierto. Felices ellos», pensó Quintanar.~ ~ Pasó el jefe
89     29|         culebra... «Una pesadilla», pensó Quintanar, y entre dormido
90     29|           los perdigones que, según pensó en aquel instante don Víctor,
91     30|             un brazo.~ ~ «¡Egoísta -pensó don Víctor al quedarse solo -;
92     30|               No pregunta por Ana», pensó De Pas.~ ~ -La señora no
93     30|        cerebro del hijo, don Fermín pensó de repente:~ ~ «Pero, no,
94     30|       Crucificado...!~ «¡Es verdad -pensó don Víctor cuando se quedó
95     30|           traición de aquella mujer pensó en el gran peligro que corría
96     30|     carabina de Ambrosio.~ ~ Bedoya pensó que don Víctor era buen
97     30|         bala perdida.~ ~ Don Álvaro pensó en Dios sin querer. Esta
98     30|             su modo. No, en esto no pensó la Regenta hasta mucho más
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