Cap.

 1      3|       Ozores.~ ~ Atravesó un gran salón que se llamaba el estrado;
 2      4|   vistieron de negro y en el gran salón, en el estrado, recibieron
 3      5|           de la trotaconventos de salón, que sólo se diferencia
 4      6|   aristócrata.~ ~ Generalmente el salón de baile se enseñaba a los
 5      6|   cualquiera de la partida. En el salón de baile, donde no se permitía
 6      7|     vieran.~ ~ Había de ser en el salón amarillo, en el célebre
 7      7|           amarillo, en el célebre salón amarillo. ¿Qué sabía Vetusta
 8      8|           salir de una junta del «Salón de Antigüedades», solían
 9      8|       Regencia. Los muebles de su salón amarillo y la chimenea de
10      8|      grandes modificaciones en el salón Regencia.~ ~ El capitán
11      8|         anticuario, murmuraba del salón amarillo diciendo:~ ~ «-
12      8|         en tiempo oportuno; en el salón sentaba mal lo capitoné,
13      8|          En los demás muebles del salón, espejos, consolas, colgaduras,
14      8|         Luis XIV.~ ~ En tanto, el salón amarillo estaba en una discreta
15      8|     tallado, colgada en medio del salón. Estaba a bastante altura;
16      8|         paredes para atravesar el salón y llegar al gabinete, cuya
17      8| improvisaban los noviazgos, y del salón amarillo habían salido muchos
18      8|         nadie una palabra». En el salón amarillo veía el galán un
19      8|          Había comprendido que el salón amarillo había ido perdiendo
20      8|      segundo, que estaba sobre el salón Regencia.~ ~ La Marquesa
21      8|           se morían de frío en el salón de antigüedades. El salón
22      8|         salón de antigüedades. El salón de antigüedades y el despacho
23      8|         veces. De las paredes del salón de antigüedades pendían
24      8|        sus muebles Enrique II del salón de antigüedades eran menos
25      8|          piso; se encerraba en el salón de antigüedades, y con el
26      8|     cocina del Marqués como en el salón amarillo, a sus anchas y
27     11|         de las visitas pasaban al salón inmediato.~ ~ Pocos podían
28     11|         pasillo, la antesala y el salón de cortinaje verde y sillería
29     11|      funda de tela gris; y aun el salón medio se veía porque estaba
30     11|           que conocemos todos, el salón; ¡y válgate Dios por salón!
31     11|        salón; ¡y válgate Dios por salón! A la moda del rey que rabió:
32     12|        cosa del parentesco.~ ~ El salón era rectangular, muy espacioso,
33     12|        cola de Erard.~ ~ Llegó al salón don Robustiano y salió Fulgencia
34     12|           Entró Carraspique en el salón. Traía los ojos húmedos
35     12|        salas y pasadizos llegó al salón claro, como se llamaba en
36     12|         No había más santos en el salón ni otra cosa que revelase
37     12|           a su antojo; pero en su salón no había de tocar. Por esto
38     12|    Provisor en cuanto entró en el salón reprendió con una mirada
39     13|              El sol entraba en el salón amarillo y en el gabinete
40     13|       mejor de Vetusta llenaba el salón y el gabinete. Doña Rufina
41     13|     taburete histórico (robado al salón arqueológico del Marqués)
42     13|          y abanicándose.~ ~ En el salón se hablaba de política local.
43     13|        dama...!~ ~ Mientras en el salón y en el gabinete se discutía
44     13|          dispuso a acompañarle al salón. Paco le había saludado
45     13|        por don Saturnino hasta el salón.~ ~ Los señores graves le
46     13|           tiempo, y ya gabinete y salón quedaban poco a poco despejados,
47     13|           despedía también. En el salón se oyó la voz de algunos
48     13|         novedad. Pasaron todos al salón donde estaban los demás
49     13|        Visita.~ ~ Al entrar en el salón la Regenta, De Pas interrumpió
50     13|   convidados, que esperaban en el salón, en pie los más, la voz
51     13|      Marquesa desde la puerta del salón donde acababa de recibir
52     14|        gabinete; frente a los del salón las sombras de la pared
53     16|     estaba seguro de gustar en el salón del Marqués, allí le despreciaba.
54     16|        más bambalinas que las del salón regio, que figuraban en
55     18|     clérigo se vieron solos en el salón sombrío, de damasco verde
56     19|           llover, paseaban por el salón largo, el de baile, oscuro,
57     19|           llevaba andado en aquel salón camino suficiente para llegar
58     19|          las tablas temblonas del salón, parándose a cada pasaje
59     19|           tres luces de gas en el salón, y Quintanar conocía por
60     20|          determinada».~ ~ Y en el salón daba gritos, mientras los
61     20| conferenciaban estaba desierto el salón; los mozos, de chaqueta
62     21|       traía la ministra, un coche salón con cama y demás. Y el marido
63     21|            los dejaba solos en el salón oscuro, y ella, con permiso
64     22|          de doña Petronila, en el salón de balcones discretamente
65     23|     mientras iba a tientas por el salón, pero sin tropezar, pensaba: «
66     23|          encontraron a poco en el salón de doña Petronila Rianzares,
67     23|         presentes, fuera de aquel salón venerable, se atrevía a
68     23|       catedral! -gritaron los del salón.~ ~ Y llegaron Ana y el
69     24|         insulsas de Vetusta en el salón estrecho y largo del Casino?
70     24|          todos modos, entró en el salón triunfante con su pareja...
71     24|           y muy perezosa. Como el salón era estrecho y las costumbres
72     24|      nunca. Todas las puertas del salón estaban atestadas de socios...
73     24|            llegó un poco tarde al salón. Se detuvo en una puerta...
74     24|         agua! Saturno entra en el salón, saludando a diestro y siniestro,
75     24|  acostumbra al agua, es decir, al salón, y ya está allí muy tranquilo,
76     24|          en dar una vuelta por el salón, en un intermedio del baile.
77     24|   dificultaban el tránsito por el salón estrecho.~ ~ La Regenta
78     24|          la arrastraban fuera del salón. Gritaba la Marquesa, reía
79     24|     cuanto vio a la Regenta en el salón, sintió lo que él llamaba
80     24|          a lo lejos la música del salón.~ ~ -¡A bailar, a bailar! -
81     24|      fiesta». Y continuó. Los del salón se habían enterado: «A la
82     25|         higiene, hizo gimnasia de salón, paseó mucho a caballo.
83     25|         tiempo. Una mañana, en el salón principal del Paseo Grande,
84     27|         la casa. En el piso bajo, salón, billar, gabinete-biblioteca,
85     27|     música que no quede. Corro al salón a tocar La donna é mobile,
86     27|          Marqués, que le llevó al salón donde estaban la Marquesa,
87     27|   Magistral, que había salido del salón, se presentó con dos paraguas
88     27|           Tampoco los señores del salón comprendían aquello; y sonreían
89     28|       remediarlo; más tarde en el salón, en todas partes y en todo
90     28|           convidados abajo, en el salón, se preparaban a volver
91     28|               Se cenó allí. En el salón amarillo, donde se había
92     28|         brocado viejo. Parecía el salón fatigado. Las figuras de
93     28|            Se abrió la puerta del salón y pasaron dos bultos. Las
94     28|         de la estufa y llegaba al salón como murmullo de un barrio
95     28|        quien aquellas sombras del salón y aquella discreta luz del
96     28|           era silencio. Volvió al salón. No había nadie. «No podía
97     29|         caserón de los Ozores. El salón estaba ahora empapelado
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