Cap.

 1      1|          la calle apuntando a un canónigo, pero seguro de no tocarle.~ ~ -¡
 2      1|       envidia. Si Bismarck fuera canónigo y dinidad (creía que lo
 3      1|     hubiera sido señor, alcalde, canónigo, fontanero, guarda del Jardín
 4      1|       estaba interceptado por el canónigo. Bismarck no tuvo más recurso
 5      1|          llegaba a la cintura al canónigo. Veía enfrente de sí la
 6      1|         de la Wamba, no veía del canónigo más que los bajos y los
 7      1|         extremidades del fornido canónigo, que hubiera sido en su
 8      1|           vio con espanto que el canónigo sacaba de un bolsillo interior
 9      1|         que le irritara, el buen canónigo amaba el barrio de la catedral,
10      1|          naves. El manteo que el canónigo movía con un ritmo de pasos
11      2|          Aunque era don Cayetano canónigo y tenía nada menos que la
12      2|         aun así y todo -decía un canónigo muy buen mozo, nuevo en
13      2|  dignidad.~ ~ A este mismo señor canónigo que embozadamente le había
14      2|     llaves de la catedral y cada canónigo se iba a su casa. No se
15      5|          don Cayetano Ripamilán, canónigo respetable por su condición
16      5|       sea don Restituto Mourelo, canónigo raso a la sazón, decía con
17      5|              El señor Ripamilán, canónigo, dijo que los versos eran
18      7|      Casino fingiera defender al canónigo, a Foja le constaba que
19      8|          conducta análoga. Algún canónigo solía dar mayores garantías
20      8|        era esto frecuente, ni el canónigo paraba allí mucho tiempo.
21     11|               Poco a poco, señor canónigo, yo no soy barullero, ni
22     11|       señor Fierabrás -repuso el canónigo terciando el manteo.~ ~
23     11|          el ex-alcalde - mato un canónigo como un mosquito...~ ~ -
24     12|    llaves a Camoirán, a la sazón canónigo de Astorga. Desde entonces
25     12|       una mitra y se encontró al canónigo Camoirán.~ ~ Llegó a Vetusta
26     13|      embargo, Mourelo, a fuer de canónigo de mundo, ocultó una vez
27     13|       sospechaba, a este ilustre canónigo le disgustaba ver a la Regenta
28     13|      acierto exacto del diminuto canónigo.~ ~ -¡Señor mío! -gritaba
29     13|          eran para vistas por un canónigo formal. No, no había que
30     13|       venas... «Y ahora... aquel canónigo, que tal vez era un poco
31     14|       solo. Se acercó después el canónigo pariente del ministro y
32     14|       con atención desde que era canónigo...! De Pas se detuvo, se
33     14|     echado a la carretela con el canónigo, la Marquesa y doña Petronila...!
34     14|        mezclaban hasta marear al canónigo.~ ~ «No bailan», pensó.
35     15|        quería jesuita. Le quería canónigo, obispo, quién sabe cuántas
36     15|    Cundió la fama de Paula, y un canónigo de Astorga se la arrebató
37     15|         ingrata. Sin embargo, el canónigo era un santo, la traición
38     15|       santo. Al año de servir al canónigo Camoirán se vanagloriaba
39     15|       podía sisar al ama. Era el canónigo incapaz de gobernarse en
40     15|         la carrera de Fermín: el canónigo comprendió que debía mirar
41     15| Villafranca y dondequiera que el canónigo Camoirán, famoso ya por
42     17|  respetables, en efecto -dijo el canónigo pariente del Ministro, a
43     17|              Absurdo! -afirmó el canónigo regalista.~ ~ -Señores,
44     17|       una butaca, este guante de canónigo... ¿Quién ha estado aquí
45     17|     bueno!, ¡ja, ja, ja!... Buen canónigo te  Dios... Lo que entiende
46     17|         dice que es un guante de canónigo...?~ -¿Pues de quién es?~ ~ -
47     18|        manos finas y blancas del canónigo. Don Víctor levantaba la
48     19|          sonidos del pulquérrimo canónigo.~ ~ Ya había subido el sol
49     20|        con permiso de este señor canónigo, que lo principal aquí es
50     20|      Pues, con permiso del señor canónigo, yo aconsejaría carne cruda,
51     20|        fuerza muscular en que el canónigo le había vencido delante
52     21|       estuvo un poco frío con el canónigo, pero de modo que el otro
53     21|       consiguiente, un guante de canónigo. Ripamilán no los usaba
54     21|       casi nunca. No quedaba más canónigo probable que el Magistral;
55     21|  infalibilidad pontificia.~ ~ El canónigo Döllinger, de quien no sabía
56     22|  periódico progresista, según el canónigo. «Aparte -decía entre otras
57     23|      ciriales que acompañaban al canónigo. El Arcediano, en cuanto
58     23|          compañía de aquel señor canónigo que acababa de pasar por
59     24|          pensaba retirarlo si el canónigo decía non possumus.~ ~ Todo
60     25|         los oídos. «¡Aquel señor canónigo estaba enamorado de ella!» «
61     25|       celos, ira... ¡La amaba un canónigoAna se estremeció como
62     25|        absurdo enamorarse siendo canónigo. En todas las combinaciones
63     25|          al fin don Álvaro no es canónigo; si huyes de él te expones
64     27|         no sentir, tuvo el señor canónigo que ir en persona a alquilar
65     27|       sentía repugnancia ante el canónigo en cuanto el canónigo quería
66     27|         el canónigo en cuanto el canónigo quería demostrarle que además
67     27|    Silencio. Los dos meditan. El canónigo reanuda el diálogo.~ ~ -
68     28|        los hubiera descargado el canónigo de buen grado sobre el rostro
69     28|   acompañamiento a la cólera del canónigo.~ ~ -¡Eso!, ¡eso! -rugió
70     28| sospechado o de don Álvaro o del canónigo mismo? ¿Pues no estaba bien
71     28|      ridículo, nada..., ¡pero un canónigo...!»~ ~ Y le parecía que
72     29|        pecado de inconstancia al canónigo. Creyó Petra que don Fermín
73     29|     Aceptó las proposiciones del canónigo. Ella entraría en casa de
74     29|          lo que podía pensar. El canónigo sabría todo lo que pasaba;
75     29|         del amo y del indino del canónigo. Para más adelante se reservaba
76     29|       sería lo que necesitaba el canónigo, puesto que él no podía
77     29|          Había querido hablar el canónigo, pero no había podido; sentía
78     29|         el gesto que ponía aquel canónigo al saber que la señorona
79     29|        llegaba a la atención del canónigo; quería mandarla callar,
80     29|        delicia viendo padecer al canónigo, pero quería más, quería
81     29|  inconexos; él mismo, vestido de canónigo con traje de coro, casaba
82     30|    derecho... Era un clérigo, un canónigo, un prebendado. Otras tantas
83     30|       efectos de la perfidia del canónigo. «Sí -pensaba el ex-regente,
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