Cap.

 1      2|           excomulgar a don Pompeyo Guimarán, personaje que se encontrará
 2      6|          la tierra.~ ~ Don Pompeyo Guimarán, un filósofo que odiaba
 3      6|           eso proponía don Pompeyo Guimarán, el filósofo, que la catedral
 4     12|          comparado con don Pompeyo Guimarán el ateo. Pero ni Mesía,
 5     12|           fue el señor don Pompeyo Guimarán, que de milagro no estaba
 6     12|    Presidente. Comprendió el señor Guimarán que los tiempos no estaban
 7     15|            lo que dice don Pompeyo Guimarán: el mal está en la raíz; ¡
 8     20|                XX -~ ~ Don Pompeyo Guimarán, presidente dimisionario
 9     20|      verdad sea dicho, don Pompeyo Guimarán no creía en Dios. No hay
10     20|           cayó en cama. El infeliz Guimarán sintió terribles remordimientos:
11     20|          echó tierra al ateísmo de Guimarán. Él calló una temporada,
12     20|       examen en Vetusta!», pensaba Guimarán con tristeza mezclada de
13     20|              Usted dispense, señor Guimarán.~ ~ -Está usted dispensado,
14     20|          Revolución de Septiembre, Guimarán tuvo esperanzas de que el
15     20|    injertar gallos ingleses...»~ ~ Guimarán fue varias veces derrotado
16     20|            decía:~ ~ -¿Pero, señor Guimarán, tan seguro está usted de
17     20|            menester!~ ~ El honrado Guimarán daba media vuelta y se iba
18     20|         tiene muy buen corazón.~ ~ Guimarán juró -tenía que parar en
19     20|                Entendámonos, señor Guimarán; si usted quiere examinarme... ¡
20     20|           es infalible?~ ~ -¡Señor Guimarán!~ ~ -En resumen, señor mío...~ ~ -
21     20|            Poco trabajo le costó a Guimarán hacer un prosélito de don
22     20|            que compró en la feria. Guimarán tenía la impiedad fría del
23     20|            y daba media vuelta.~ ~ Guimarán veía con gran satisfacción
24     20|          largo apretón de manos, y Guimarán, sereno y satisfecho, se
25     20|          don Pompeyo su apostasía, Guimarán se contagió con el odio
26     20|          siempre a De Pas el señor Guimarán. Entre el pueblo bajo corría
27     20|      triunfado al cabo don Pompeyo Guimarán!~ ~ Don Álvaro quería que
28     20|      celebraría la restauración de Guimarán con una buena cena. Paco
29     20|               Los recibió el señor Guimarán en su despacho, lleno de
30     20|         entonces éste el ataque, y Guimarán no pudo resistir más. Se
31     20|          presidida por don Pompeyo Guimarán, don Álvaro Mesía, enfrente
32     20|          ideas... y por último él, Guimarán, tendría que levantarse
33     20|            tomó un vuelo más alto; Guimarán se dignó prestar atención.
34     20|            a todo esto don Pompeyo Guimarán olvidaba su exordio, interesado
35     20|          exclamó indignado el buen Guimarán al oír el penúltimo verso -.
36     20|       interrumpió Foja -, el señor Guimarán ha hablado como un libro,
37     20|       celebrar la vuelta del señor Guimarán al hogar doméstico, llamémoslo
38     20|          vuelto al Casino el señor Guimarán? Tatiste question, como
39     20|           revolución que mareaba a Guimarán; dudaba ya si las leyes
40     22|             Mourelo, don Custodio, Guimarán, El Alerta y, entre bastidores,
41     22| Afortunadamente -decía don Pompeyo Guimarán al referir el lance -, afortunadamente
42     22|        sugestión del fanatismo.~ ~ Guimarán estaba muy satisfecho con «
43     22|           chocho...~ ~ Don Pompeyo Guimarán oyó la voz del beneficiado
44     22|            las Paulinas -respondió Guimarán.~ ~ -¡Rayos y truenos, fuera
45     22|          el elemento clerical».~ ~ Guimarán madrugaba para correr a
46     22|           de las ocho, don Pompeyo Guimarán, que venía soplándose los
47     22|           usted con su papá -decía Guimarán por toda contestación -.
48     22|         haciendo rechinar el piso. Guimarán, con los brazos cruzados
49     22|           que venían a consolarla. Guimarán no dejaba entrar en la sala
50     22|         salir jamás de casa. Abrió Guimarán el balcón de par en par;
51     22|          llave por don Pompeyo.~ ~ Guimarán, de levita negra, presidía
52     22|          rezando Padrenuestros.~ ~ Guimarán había propuesto que no se
53     22|        agua helada.~ ~ Don Pompeyo Guimarán salió del cementerio el
54     22|    escalofrío sacudió el cuerpo de Guimarán. Se abrochó. «Había sido
55     22|        simétricos: los faroles.~ ~ Guimarán volvió a temblar; sintió
56     23|           precisamente don Pompeyo Guimarán, que, mal curado de una
57     23|          el tambor en la cabeza de Guimarán. Y acto continuo el mediquillo
58     26|       volvían de cuando en cuando. Guimarán estaba triste sin cesar;
59     26|         corría que él, don Pompeyo Guimarán, el hombre que más respetaba
60     26|           inconsciente», volviólos Guimarán a lo alto, y miró a la torre
61     26|     después propuso a la señora de Guimarán el arduo problema de lo
62     26|          Somoza y la hija menor de Guimarán, Perpetua. Media hora después
63     26|         recado de las señoritas de Guimarán era cosa grave, y merecía
64     26|           la señora y señoritas de Guimarán...~ ~ -¡De Guimarán! -dijo
65     26|   señoritas de Guimarán...~ ~ -¡De Guimarán! -dijo el Magistral, que
66     26|         los ojos cerrados.~ ~ -¡De Guimarán! Tú estás loca... -dijo
67     26|           bajo.~ ~ -Sí, señora, de Guimarán, de don Pompeyo, que se
68     26|         hizo entrar a la criada de Guimarán y repetir el recado.~ ~
69     26|         Ahora al coche..., a ver a Guimarán...~ ~ Y se puso de pies,
70     26|              A casa de don Pompeyo Guimarán..., ya sabes...~ ~ -Sí,
71     26|        devotos. Todas las hijas de Guimarán salieron al encuentro del
72     26|        había ido derecho a casa de Guimarán. Pero como no llegaba, se
73     26|          aquélla?~ ~ Al fin las de Guimarán, en vista de que el Provisor
74     26|         Magistral.~ ~ Las hijas de Guimarán le llevaron en triunfo junto
75     26|            aquel momento. Mientras Guimarán estrechaba la mano enguantada
76     26|       pergamino claro. Los ojos de Guimarán tenían una humedad reluciente,
77     26|         tontos, los que creían que Guimarán era ateo de puro malvado
78     26|          ser administrado al señor Guimarán. Era Domingo de Ramos. No
79     26|          había anunciado, el señor Guimarán; pero la ciencia no podía
80     26|           se supo la conversión de Guimarán, concibió la empecatada
81     26|                Cuando la criada de Guimarán le contestaba: «Que el señor
82     30|        representada en don Pompeyo Guimarán, después de aquella conversión
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