Cap.

 1      1|    duradera.~ ~ Don Saturnino Bermúdez, que juraba tener documentos
 2      1|       en heráldica venirle el Bermúdez del rey Bermudo en persona,
 3      1| minutos llevaba don Saturnino Bermúdez empleados en explicar el
 4      1|    una recomendación para que Bermúdez fuese tan amable que le
 5      1|      decidiera a engendrar un Bermúdez, éste saldría ya diácono
 6      1|   cuando mejor se conocía que Bermúdez no se quejaba de vicio al
 7      1|   intestinal, aquella con que Bermúdez quería pasar por el hombre
 8      1|       que decir a espaldas de Bermúdez:~ ~ -No  cómo ese don
 9      1|      repetían:~ ~ -¡Pero este Bermúdez está desconocido!~ ~ ¡Todos,
10      1|        Pues era don Saturnino Bermúdez, doctor en teología, en
11      1| pintor eran tan notables para Bermúdez.~ ~ El señor de Palomares
12      1| realidad de verdad -estilo de Bermúdez - para descansar, con una
13      1| exclamó:~ ~ -Me parece, señor Bermúdez, que ese famosísimo cuadro
14      1|    sonriente que al saludar a Bermúdez. Después dobló la cabeza
15      1|   Magistral lo mismo que para Bermúdez, pero sacaban de ella muy
16      1|      inutilidad, mientras que Bermúdez era una crónica viva de
17      1|      esposo, considerando que Bermúdez pasaba con afectado desdén
18      1| sacristía.~ ~ -Por aquí -dijo Bermúdez señalando a la derecha;
19      1|       quedaron los lugareños. Bermúdez, y en pos de él Obdulia,
20      1| mientras Obdulia felicitaba a Bermúdez con un apretón de manos,
21      2|       palabra; y si Obdulia y Bermúdez hubieran estado menos preocupados
22      2|   Quería aquello decir que un Bermúdez no disputaba con señoras.
23      3|      de la ciudad, después de Bermúdez. Los cumplimientos del Magistral
24      3|    pero mucho más hermosa que Bermúdez podía representársela. Después
25      5|    joven y ya sabio Saturnino Bermúdez, que sabía lo que quería
26      5|   tratándose de cuadros.~ ~ Y Bermúdez se atrevía a rectificar
27      6|   Amadeo era el don Saturnino Bermúdez de tropa. Había sido un
28      6|      si no era suyo. Así como Bermúdez amaba la antigüedad por
29      6|        Tamañitos se quedarían Bermúdez y el Magistral y tutti quanti».
30      6|       mismísimo don Saturnino Bermúdez escribió su gacetilla correspondiente
31      6| Vetusta edificada, como decía Bermúdez.~ ~ Después que Bedoya salía
32      6|       exagerar. Don Saturnino Bermúdez había recibido más de una
33      7|     tu rival es don Saturnino Bermúdez, el descendiente de cien
34      7|     que ella conoce. El pobre Bermúdez sería feliz, dado que te
35      7|    corazón de las que llamaba Bermúdez meretrices y en la corrupción
36      8|      natural de don Saturnino Bermúdez en materia de monumentos
37      8|      escándalo de Bedoya y de Bermúdez hasta había colgado de las
38      8|      y voluptuosidad al señor Bermúdez, en premio de su erudición
39     11| hablaba muy mal don Saturnino Bermúdez, cuando estaba un poco alegre,
40     12| comunes», según don Saturnino Bermúdez. La verdad era que De Pas
41     12|    una tarjeta de don Saturno Bermúdez. ¿A qué vino?~ ~ -A lo de
42     13|     de veinte), don Saturnino Bermúdez y el señor de Quintanar;
43     13|      escondido. Don Saturnino Bermúdez, pálido y ojeroso, con una
44     13|      sino que los párrafos de Bermúdez eran tan complicados, constaban
45     13|       se pone a enredar -dijo Bermúdez disculpando a su pariente,
46     13|       Álvaro Mesía, Saturnino Bermúdez, Joaquín Orgaz, y a última
47     13|    con el clérigo, y al pobre Bermúdez, enamorado de la viuda,
48     13|       el Marqués discutía con Bermúdez, que inclinaba la cabeza
49     13| querido explicarlo a nadie. A Bermúdez le parece un absurdo; Ronzal
50     13|  Joaquín Orgaz; don Saturnino Bermúdez entre doña Petronila y el
51     13|     muerte, era don Saturnino Bermúdez. Después de la escena de
52     13|       Así pensaba melancólico Bermúdez, que tenía el vino triste,
53     13|      del Magistral, su ídolo. Bermúdez miraba de cuando en cuando
54     13|       las señoras de Vetusta, Bermúdez era un sabio, un santo,
55     13|       y pálido, don Saturnino Bermúdez, como a una vara del suelo,
56     13|    deseos de escupirle miró a Bermúdez, que le sonreía sin cesar,
57     13| gracioso.~ ~ -Yo... -balbuceó Bermúdez -, usted dispense..., como
58     13|   otra vez su fuerza.~ ~ Pero Bermúdez pesaba muy poco por lo visto,
59     14|     de la Vetusta católica de Bermúdez.~ ~ Hubo más; aunque tradicionalmente
60     18|      de Holanda; tentación de Bermúdez el arqueólogo espiritualista.~ ~
61     18|    decía ella a don Saturnino Bermúdez, que la oía con la cabeza
62     18| prosaica y sensual que, según Bermúdez, «era la característica
63     20|   portuguesa; y don Saturnino Bermúdez, el arqueólogo y etnógrafo,
64     24|       que según don Saturnino Bermúdez era una belleza ojival.
65     24|    faltaba más!»~ ~ Saturnino Bermúdez, que tenía frac, y clac
66     24|      de mirar muy fijamente a Bermúdez y ponerle unos ojos que
67     24|   melancólica, al parecer.~ ~ Bermúdez sostuvo la mirada de la
68     24|      con que soñó un instante Bermúdez se había deshecho..., y
69     27|   locos; el barón, Ripamilán, Bermúdez, que tampoco quería correr,
70     27|      Orgaz. Él, Paco, Mesía y Bermúdez salieron de la casa y entraron
71     27|     de verse unos a otros.~ ~ Bermúdez, en cuanto se sintió solo,
72     28| Visitación los habrá ayudado. Bermúdez es un idiota..., de fijo
73     28|      quedó con los Marqueses. Bermúdez volvió a Vetusta; Visitación,
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