Cap.

 1      1|      Delante del retablo estaba un Jesús Nazareno de talla; los ojos
 2      1|        aquel devoto del Corazón de Jesús. Por eso el espíritu no
 3      4|           pero jamás la dulzura de Jesús procuró explicársela con
 4      4|           río los pañales del Niño Jesús, doña Camila, indignada,
 5      5|        pensaba en el amor del Niño Jesús y de su Santa Madre. En
 6      5|           Hija mía, las esposas de Jesús no se hacen de tu maderita.
 7      5|           no servía para esposa de Jesús porque no le amaba bastante?
 8      5|            que Vetusta; no era con Jesús con quien iba a vivir, sino
 9      8|        hallaba el cubo en un decir Jesús. El Real tiene tantos metros
10     10|      evitar un choque...~ ~ -¡Ay! ¡Jesús! ¿Quién va? ¿Quién es? ¿
11     11|          un verdadero sacerdote de Jesús. Lo mejor es lo que conocemos
12     11|           entrar en la Compañía de Jesús. «Allí, por algún tiempo,
13     11|        dispuesto a sacrificarse en Jesús... ¡Todo aquello estaba
14     11|         dos almas que se amaban en Jesús, a través de gran distancia.
15     11|         OZORES DE QUINTANAR».~ ~ -¡Jesús, qué carta! -exclamó doña
16     12|           en que iban a clavarlos. Jesús se encogía, todo el cuerpo
17     12|      aliento manchaba el rostro de Jesús... «¡Y era un Dios! ¡El
18     12|        quería figurarse la vida de Jesús, que ya tenía miedo de tales
19     13|         del siglo que la esposa de Jesús.~ ~ La gobernadora se exaltaba;
20     14|            tesorera del Corazón de Jesús!~ ~ -Un hombre así -aseveraba
21     15|         Rita que era una Teresa de Jesús en ciernes. En una enfermedad
22     15|         Buen cristiano te  Dios! Jesús... que era un gran liberal,
23     16|    Vosotros quedaos si queréis... ¡Jesús!, las once y media, no se
24     17|           poesía del Nacimiento de Jesús... Volverán a ser para usted
25     18|          concurrida del Corazón de Jesús, no cesando hasta que se
26     18|      empresa de salvar el mundo en Jesús y por Jesús; pues nada menos
27     18|            el mundo en Jesús y por Jesús; pues nada menos que esto
28     19|       doctora, la divina Teresa de Jesús..., que estaba allí, junto
29     20|         entiende que las entrega a Jesús entregándolas a la muerte. (
30     21|            había buscado Teresa de Jesús como convenía que fuera,
31     21|        habló, a la misma Teresa de Jesús, que, como usted sabe, con
32     21|          también por rayas opacas. Jesús sonreía a la mula y al buey
33     21|      volvió los ojos al cielo.~ ~ -Jesús, Jesús, tú no puedes tener
34     21|          ojos al cielo.~ ~ -Jesús, Jesús, tú no puedes tener un rival.
35     21|                Y recordó la ira de Jesús cuando se aparecía a Teresa
36     21|      volver a empezar. Ella era de Jesús, lo había jurado. Pero el
37     21|      religiosa, su pacto serio con Jesús la obligaban de otro modo
38     21|          blasfemia, el escarnio de Jesús... y era el infierno. Si
39     21|            tardío?, ¿cómo llamar a Jesús otra vez?, ¿cómo pensar
40     21|            piadosos del Corazón de Jesús, la Corte de María, el Catecismo,
41     22|         era el poderoso enemigo de Jesús. No había más remedio que
42     22|       remordimiento! ¿Qué pensaría Jesús? Y también, ¿qué pensaría
43     22| remordimiento que la infidelidad a Jesús despertaba en ella era de
44     22|           os cojo a los dos...!~ -¡Jesús, Jesús!, vámonos de aquí -
45     22|            a los dos...!~ -¡Jesús, Jesús!, vámonos de aquí -gritó
46     22|          la despachaba en un decir Jesús, dando prisa a la criada,
47     23|            portal de Belén el Niño Jesús... ¿Qué le importaba al
48     23|         como ofrenda a los pies de Jesús..., todo esto era hermoso,
49     23|           casa pensando en el Niño Jesús, en su cuna, en el portal
50     23|            Magistral.~ ~ »¡El Niño Jesús! ¡Qué dulce emoción despertaba
51     24|           su modo el Nacimiento de Jesús.~ ~ Pero si la propia religiosidad
52     24|         Debe de ser casada...~ ~ -¡Jesús!~ ~ -Mira, esta noche le
53     26|        calles de Vetusta detrás de Jesús muerto, cerca de aquel Magistral
54     26|     existieran las había de llevar Jesús al Calvario; pero él no
55     26|            no la veía. La Madre de Jesús no miraba a los vetustenses...
56     26|     enlutada, detrás de la urna de Jesús muerto. También Ana parecía
57     26|           en el alma. «La Madre de Jesús no la miraba, no hacía caso
58     28|            abrió...~ ~ -¡Ana!~ ~ -¡Jesús!~ ~ ~ ~
59     29|       tiempo cuando temía perder a Jesús.~ ~ Las primeras palabras
60     29|         ocho en punto. En un decir Jesús se vestía, se lavaba, salía
61     30|          para que ella conteste: «¡Jesús mil veces!», y caiga redonda.
62     30|        redonda. Yo no  si diría «Jesús mil veces», pero de que
63     30|       perdono!, ¡perdono...!, como Jesús en la cruz. Quintanar no
64     30|            Magdalena a los pies de Jesús!»~ ~ Y por la vez primera,
65     30|            rostro anémico de aquel Jesús del altar, siempre triste
66     30|            no crujía la madera.~ ~ Jesús de talla, con los labios
67     30|       fijos, atónitos como los del Jesús del altar...~ ~ El Magistral
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