Cap.

 1      1|       que en sus mejillas había fuego y en sus ojos dardos. En
 2      1|         y recortar la coraza de fuego de Obdulia. La falda de
 3      2|   arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla
 4      2|     palabras significaban:~ ~ -¡Fuego graneado!~ ~ Y no le quedaba
 5      2|         De sus mejillas brotaba fuego. Iba a cuerpo y tenía mucho
 6      3|       parecía mal lo de prender fuego a la casa y vengar secretamente
 7      3|       él se obstinaba en ser de fuego, se quedó dormida dulcemente.~ ~
 8      4|     lágrimas se iban secando al fuego de la imaginación, que le
 9      4|     hombres, como se aparta del fuego una materia inflamable.
10      4|        siempre heladas, brotaba fuego, como en lejanos días. Subía
11      4|         Llamaba con palabras de fuego a su Madre Celestial. Su
12      6|      ejemplo: ¡Esas palomas! o ¡Fuego en ellas!, y en una ocasión
13      8|        las ondas como estela de fuego. Aquel salmón que pescaba
14      8|    capitán general metido en el fuego y atento a la mesa. No era
15      8|    Obdulia; una oreja le echaba fuego. Estaba excitada, quería
16      8|      grabados como si fuesen de fuego en la memoria de Visita;
17      9|         que no se apagase aquel fuego con que ella contaba para
18      9|      llevársela. El mozo echaba fuego por los ojos.~ ~ -¿Qué es
19     10|   descansa. Ahora no había allí fuego; la hornilla, descubierta,
20     10|         burlaba con palabras de fuego al oído llamándole: «¡Cobarde,
21     11|     otra pasión más noble? Este fuego ¿no podrá arder para un
22     12|               Nunca hablaba del fuego del Infierno a los Carraspique.
23     12|  corazón todavía se abrasaba en fuego de amor a María Santísima.
24     12|      allí no basta abrasarse en fuego divino; es necesario algo
25     12|         de avellana que echaban fuego, boca grande, orejas puntiagudas,
26     13|      los veía, y con un poco de fuego en las mejillas, se dejó
27     13|         en el gabinete, echando fuego por ojos y mejillas, habló
28     14|     términos lejanos y prendían fuego a muchas casas de la Encimada
29     15|  apagados casi siempre, echaban fuego ahora, y aquella mujer cortada
30     15|        eso no había prendido ya fuego a la taberna con todos los
31     15|       arrancaba dos lágrimas de fuego que enjugaba, sorprendido
32     15|        el mal está en la raíz; ¡fuego en la raíz!, ¡abajo la clerigalla!»
33     15|         no había nada. No había fuego, ni eran aquellas horas...
34     16|        candelillas en los ojos, fuego en las mejillas, asperezas
35     16|       aquel día, no por agua ni fuego, sino por hastío, por la
36     16|        ruido, bien con armas de fuego, o con una de esas anagnórisis
37     16|       de juventud sin amor, sin fuego de pasión alguna, sin más
38     16|         ojos, los labios hechos fuego, las manos en postura hierática
39     16|        filtro, una atmósfera de fuego, una locura mística; huir
40     17|        fue como echarle agua al fuego. Aquellas venerables dignidades
41     17|         en la oscuridad, sintió fuego en las mejillas y por la
42     18|        sacudiéndola. Ana sintió fuego en el rostro, pero le pareció
43     19|        gracia, si no de amor de fuego. Tal había sido el paseo
44     19|     apóstol, aquel apóstol todo fuego, razón luminosa, lengua
45     21|     chisporroteos dentro de sí, fuego líquido, que la evaporaba...,
46     21|        el cilicio, lo deseó con fuego en la carne, que quería
47     21|       empeño en sostener que el fuego de que se trataba no era
48     21|       mi opinión, creer que ese fuego es físico, material; es
49     21|     tenía amor; no hay humo sin fuego».~ ~ Se despidió al poco
50     21| economía, procuraba mantener el fuego sagrado de la murmuración
51     22|      menos ganosos de romper el fuego contra el común enemigo.
52     22|        alcohol...; prenda usted fuego y verá...~ ~ -Yo, señor
53     22|    respondía sonriendo, echando fuego por los ojos, «que no tenía
54     22|        una escoba, don Pompeyo? Fuego en ellas..., infames... ¿
55     23|      las entrañas como si fuera fuego; el Magistral no sonrió,
56     24|       allí; ya había miradas de fuego, sonrisas perezosas que
57     24|      fecha. La del Banco echaba fuego por ojos y mejillas. Saboreaba
58     24|    sentir un placer que parecía fuego; aquel gozo intenso, irresistible,
59     25|        nunca: en los ojos traía fuego misterioso; en las mejillas,
60     25|        hubieran hecho brotar el fuego si lo hubiera habido allí
61     25|     mirado...; quería volver al fuego de la pasión, que era su
62     26|    representarBuscaba Ana el fuego del entusiasmo, el frenesí
63     27|   colegiala enamorada, besó con fuego la paja blanca del canastillo.
64     28|        el cerebro con clavos de fuego: Ubi irritatio ibi fluxus,
65     28|   coquetería, había arrojado al fuego de que ahora se avergonzaba.
66     29|          las olas en el mar, el fuego bajo la tierra, la savia
67     30|         ojos que pinchaban como fuego, fijos, atónitos como los
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