Cap.

 1      1|          tubo que a él le pareció de oro. Vio que el tubo se dejaba
 2      1|          abundantes, como cascada de oro, rizos y más rizos de un
 3      2|              el defecto con gafas de oro montadas en nariz larga
 4      2|          intachables y su corazón de oro. Eran muy buenos amigos,
 5      3|          gorro verde de terciopelo y oro, con borla, un bigote y
 6      4|    Encarnación era como la lluvia de oro de Júpiter; y remontándose
 7      4|              dorada y capa de raso y oro, recorriendo el desierto
 8      5|           Figúrese usted una mina de oro en un país donde nadie sabe
 9      5|           sabe explotar las minas de oro; eso es Anita en mi querida
10      6|             gallina de los huevos de oro del Procurador y de don
11      6|        encima, se ponía las gafas de oro y arrullado por cierto silbido
12      8|               absolutamente nada, de oro; madera y sólo madera. Vegallana
13      8|              casi rojas, manzanas de oro y grana, montones de nueces,
14      9|             aquel momento de plata y oro, según la iluminaban los
15      9|              sonantes, en monedas de oro. Pero aquel sesgo religioso
16      9|         entre la arena una pepita de oro, pequeñísima, que no vale
17      9|              más en aquel poquito de oro que encontró entre la arena?»
18      9|             no arrojase la pepita de oro. La elocuencia era aquello,
19      9|             de señalar dónde está el oro y dónde está el lodo...
20      9|              hacerle ver que hay más oro de lo que parece. Sin embargo,
21      9|           pero le alababa el pelo de oro y la blancura del cutis,
22     10|               La Marquesa, de azul y oro, luciendo asomos de encantos
23     11|          como esponjas recogiendo el oro y el moro, para venir a
24     12|      sombrero y el bastón de puño de oro; saludó con una cabezada
25     12|              suponiéndole cargado de oro!»~ ~ Don Fermín, antes de
26     12|            un sillón de terciopelo y oro, contemplaba al predicador,
27     12|             y en medio, en letras de oro, esta elocuente leyenda:
28     13|           vestidas y limpias como el oro.~ ~ «-Ello será de mal tono -
29     13|          cristal, ya con reflejos de oro, ya con misteriosos tornasoles
30     15|           Las alas tenían que ser de oro. ¿Dónde estaba el oro? Ella
31     15|             de oro. ¿Dónde estaba el oro? Ella no podía bajar a la
32     15| supersticioso con que se manejaba el oro y la plata. Allá abajo,
33     15|    grasientas contaba y recontaba el oro, la plata y el cobre o el
34     15|            viejos, de la plata y del oro, de cristalino timbre. Aquellos
35     15|             mi dinero, ladrones; ese oro es mío; esa plata es del
36     16|            perspectiva artesonado de oro y plata, y las de cielo
37     16|             españoles en el siglo de oro, cuando éramos dueños del
38     16|             que oculta un corazón de oro que se esconde por miedo
39     16|              entendía en el Siglo de Oro, cuando el sol no se ponía
40     18|           cristales de unas gafas de oro. Era muy morena, la frente
41     18|             oscuro y de papel gris y oro. Ana se sentó en el sofá,
42     19|            sintió repugnancia, y vio oro y plata en aquellos pelos
43     19|             cubiertas de casullas de oro, capas pluviales y manteos
44     19|          unos la pedían besos, otros oro, y ella ocultaba el rostro
45     19|           entre yerba, guardaba como oro en paño un objeto, que a
46     19|              parecía la plegadera de oro que le habían regalado en
47     19|            razón luminosa, lengua de oro, de oro líquido... La voz
48     19|          luminosa, lengua de oro, de oro líquido... La voz del sacerdote
49     20|            blanco mate con filete de oro; las servilletas en forma
50     20|           pierna entre los granos de oro y la rodilla de la otra
51     21|               hablo de La Leyenda de Oro y del Año Cristiano, de
52     21|              de china con ramitos de oro. Cerraba tras sí la puerta,
53     23|             verde con larga borla de oro. Ana vio y oyó que en aquel
54     23|             qué ángel!, ¡qué pico de oro!, ¡qué lumbrera!»~ ~ El
55     25|            fúnebre. Todo era negro y oro. La capilla de la catedral
56     26|           Obdulia -, no dice bien... oro sería mejor.~ ~ -¿Qué sabe
57     26|              de colgaduras carmesí y oro, la gobernadora civil, la
58     27|       provocativa, luciendo rizos de oro sobre la cabeza, el dengue
59     27|         colorada, echando chispas de oro de los rizos de la frente,
60     28|              unas cuantas monedas de oro hubiera conseguido lo mismo». «¿
61     28|    zapatillas y el gorro de borla de oro.~ ~ -¿Cómo hablar?, no,
62     29|           ahora empapelado de azul y oro a cuadros; la gran chimenea
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