Cap.

 1      1|            hablaban las murallas como libros y solían decir: «tiemblan
 2      1|          serias de cronicones y otros libros viejos alternaban en su
 3      1|           tomaba de la Biblia y otros libros orientales; pero la señora
 4      4|       biblioteca donde había no pocos libros de los condenados en el
 5      4|               fin supo leer. Pero los libros que llegaban a sus manos,
 6      4|               padre disponía de pocos libros devotos. Pero en cambio,
 7      4|               la aldea algún cajón de libros; esta vez se mandó con el
 8      4|           Colocaba en los cajones los libros, después de sacudirles el
 9      4|             librepensador que no leía libros de santos, ni de curas,
10      4|               fue encontrar entre los libros de su padre otros que hablasen,
11      4|             la Cruz. Estaba entre los libros prohibidos para Anita.~ ~ -
12      5|             que no había visto en los libros de Mitología. Pero aquellas
13      5|       marquesa de Vegallana, que leía libros escandalosos con singular
14      6|       Gramática de la Academia. Estos libros se habían comprado con motivo
15      6|             del estante había algunos libros de más sólida enseñanza,
16      6|                estaban las fuentes en libros como aquellos que había
17      6| Pigault-Lebrun y Paul de Kock, únicos libros que podía mirar sin dormirse
18      7|           amor grande, como el de los libros y las comedias; comprendía
19      7|              a los héroes de aquellos libros elegantes. Sin embargo,
20      8|              de ladrón con que sacaba libros del Casino, se dirigía a
21      9|               había visto ella en los libros llenos de retórica. Y le
22      9|            por ejemplo, la lectura de libros prohibidos, veneno para
23      9|               Había pedido a un amigo libros que le probasen el materialismo
24      9|          materia de Büchner y algunos libros de Flammarion, pero éstos
25     11|            anterior; también tocó los libros de la mesa, pero no se atrevió
26     11|              cuatro minutos entre los libros tumbados en el suelo, por
27     11|                las correctas filas de libros amontonados sobre sillas
28     11|           orden de las sillas, de los libros, de todo. La hizo hablar
29     12|            queda dicho que él no leía libros: le faltaba tiempo.~ ~ Don
30     12|                  Tenía escritos cinco libros, que primero se vendían
31     12|      Caracteres de La Bruyère; de los libros de Balmes sólo admiraba
32     13|            arañas, y las hojas de los libros y periódicos esparcidos
33     13|             el fondo del alma. En los libros algunas veces había leído
34     14|         Aquello que se llamaba en los libros la poesía se le había muerto
35     15|        sincera piedad, y devoraba los libros y ansiaba lo mismo que para
36     15|               santos, bebiendo en los libros de la ciencia que le había
37     15|              jugadores, ella devoraba libros, que pedía al cura.~ ~ Más
38     15|             le había sonreído. En los libros aquello se llamaba estar
39     15|           pupitre verde, repasaba los libros del comercio y en serones
40     15|               que el ama repasaba los libros. Parecía ella una sacerdotisa
41     16|           pues el amor no se anda con libros de caballerías, y unas eran
42     17|               a su mesa, y, separando libros y papeles, dejó encima del
43     18|              sufrir los héroes de sus libros, y con los largos paseos
44     18|             en firme. Otras veces los libros piadosos la hacían caer
45     18|               cosa de juego y que los libros edificantes no se tiran
46     19|            mis ratos de ocio he leído libros de medicina, conozco el
47     20|            guárdese la ciencia de los libros en donde quiera, que yo
48     20|            porque él, Somoza, no leía libros, ya se sabe, no tenía tiempo.~ ~
49     20|               los estantes, llenos de libros viejos.~ ~ Usaba don Pompeyo
50     21|            poco a poco y hacerle leer libros santos en vez de patrañas
51     21|         acercó al facistol, hojeó los libros grandes del rezo y hasta
52     21|             las perdía). «Además, los libros en que apacentaba el espíritu
53     21|               mía...? Yo prefiero los libros de meditación...~ ~ -Pues
54     22|               cubierto de polvo entre libros profanos; conservaba el
55     24|           estaba cerca del armario de libros y allí pudo cenar la flor
56     25|              se preparaba Mesía. Leyó libros de higiene, hizo gimnasia
57     25|           pudieran decir y pensar los libros de los hombres, no por eso
58     25|              pedían limosna y vendían libros devotos, medallas y escapularios
59     27|              traído al Vivero algunos libros de mi padre. Hacía muchos
60     27|             nuevas encuentro en estos libros que apenas entendía en Loreto!
61     28|            alfombra yacían dos o tres libros, pedazos de papel, barro
62     30|               media.~ ~ Aborrecía los libros, fuesen los que fuesen;
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