Cap.

 1      1|          que atraen el hierro de la sangre. Esta especie de congestión
 2      3|             apretó hasta arrancarle sangre. Pero ella no lloró.~ ~
 3      3|         encarnado; sintió hervir la sangre. Pero no se atrevió. Además,
 4      4|         decía yo! El instinto... la sangre... No basta la educación
 5      4|   decadencia general, a la falta de sangre en la raza y otros disparates.
 6      5|           alianza nefasta en que la sangre, a todas luces azul, de
 7      5|           se mezcló en mal hora con sangre plebeya; y lo que es lo
 8      5|           no volvieron con ella: la sangre nueva no los traía.~ ~ En
 9      5|       firmemente en la fuerza de la sangre, en los lazos de la familia.~ ~
10      5|       hermosura, como un caballo de sangre y de piel de seda honra
11      6|         jamás profanado por ríos de sangre.~ ~ El gabinete de lectura,
12      7|             retumbante, que heló la sangre del fogoso Ronzal. No cabía
13      7|               Aquello de gato pedía sangre, Ronzal estaba seguro, pero
14      7|           tenía hermosa piel, buena sangre, mucha salud; las mujeres
15      7|             del pico caían gotas de sangre.~ ~ Obdulia, dirigiéndose
16      8|    verdadera desigualdad está en la sangre, pero los tejados deben
17      9|             rebeldía se movía en su sangre, camino del cerebro. Temía
18     10|          ahogándose en un charco de sangre, como la que ella había
19     10|           en la plaza de toros, una sangre casi negra, muy espesa y
20     10|       Frígilis ni Quintanar querían sangre; no pretendían más que tener
21     10|              latidos en las sienes, sangre en las mejillas, angustia
22     10|            de un león rojo~ ~ ~ ~en sangre de dos traidores...?» ~
23     11|        llegar la edad... cosa de la sangre... al ser mujercita, cuando
24     12|            del Cristo, que goteaban sangre; el sudor pintado reflejaba
25     12|             le subiera al rostro la sangre amontonada por la vergüenza...~ ~ «¡
26     13|        suponía valor, ni fuerza, ni sangre en las venas... «Y ahora...
27     14|      silencio oía los latidos de la sangre de su cabeza..., y también
28     15|            perro; tu madre te da su sangre, se arranca los ojos por
29     15|           no eres un niño, y das tu sangre, y los ojos, y la salvación...
30     15|             ser cura y no debes ver sangre. Si te ven entre estos ladrones,
31     16|        repugnante de lejos, vista a sangre fría. Don Álvaro había notado
32     16|              le parecía que toda la sangre se le subía a la cabeza,
33     16|             y ferreruelo, bañado en sangre, boca arriba, y a don Álvaro
34     19|               y la primavera..., la sangre..., la savia nueva..., es
35     19|             y se me figuraba oír la sangre circular, y creía que era
36     19|       chorizos tostados, chorreando sangre, unas migas, huevos fritos,
37     19|           que volvía a rodar con la sangre -, sentía la débil convaleciente
38     20|        aquellas carnes y de aquella sangre no luchaba él. Estaba entregada
39     20|          corría prisa; hubiera dado sangre de un brazo por verla correr
40     20|         Regenta mejoraba; volvía la sangre, aunque poco a poco; los
41     20|           derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero ésta era otra».
42     20|            dirán, con imperturbable sangre fría. Solían juntarse en
43     20| sanguijuelas místicas que chupan su sangre. (Estrepitosos aplausos.
44     22|            de vino en el cuerpo que sangre en las venas; es una mecha
45     22|            espiritual, que chupa la sangre de nuestras hijas.~ ~ -Esto
46     22|          especie de contribución de sangre que pagamos al fanatismo.~ ~ -
47     27|        placer refinado de vivir con sangre pura y corriente en medio
48     27|             con los pájaros, con la sangre sana y fresca que siento
49     28|        carácter, por frialdad de la sangre o por lo que sea, la mayor
50     28|      encontraron en la piel y en la sangre impresiones nuevas. La noche
51     29|              y él, que tenía sed de sangre, ansias de apretar el cuello
52     29|          que aquel señor, si corría sangre de hombre por su cuerpo,
53     30|           Si ese marido indigno, de sangre de horchata, la perdona,
54     30|          nada..., pero habrá, habrá sangre... ¿Y usted lo sabe? ¿Esa
55     30|             el mundo, aquello pedía sangre; es más, no ya sólo por
56     30|     aconsejaban el derramamiento de sangre», que después, cuando recordaba
57     30|           aquí..., pero... ¡nada de sangre, don Víctor, nada de sangre
58     30|         sangre, don Víctor, nada de sangre en nombre de la que vertió
59     30|         buena idea. ¿Que no hubiera sangre, eh? Oh, lo que es como
60     30|             habían batido a primera sangre. El cajero había recibido
61     30|            corazón; era robusto, la sangre bulló dentro con energía.
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