Cap.

 1      1|         todo un monumento. No cabe duda que el señor don Saturnino,
 2      1|         maravillas de Cenceño, sin duda porque se veían mejor. Pero
 3      2|            despeluznado. Tenía sin duda mucho de pájaro en figura
 4      2|    penitenciarias, como lo era sin duda la digna y virtuosa y hermosísima
 5      2|            dos señoras; nuevas sin duda, pues no sabían que aquella
 6      2|         murmuraba; maldiciones sin duda.~ ~ Don Cayetano contuvo
 7      2|            porque se meneaban, sin duda. Pero, ¡buen Dios!, añadía
 8      3|      disolvente.~ ~ Mala hora, sin duda, era aquélla.~ ~ Pero la
 9      3|       había sido hermoso, no cabía duda. Verdad era que sus cincuenta
10      3|          la quería, la adoraba sin duda alguna, estaba segura; más
11      4|            despavorida... no tenía duda, una zarza de la loma de
12      5|   elegancia..., el menos tonto sin duda».~ ~ El pesimismo la hizo
13      6|  imprudente aquel sietemesino, sin duda».~ ~ -Señores, yo no digo
14      6|           ojo a un amigo. No cabía duda que los chicos sólo en Madrid
15      7|            fogoso Ronzal. No cabía duda, era la carcajada de Mesía.
16      7|        niegue me arroja un mentís, duda de mi honor, me tira a la
17      7|          ser un buen marido.~ ~ La duda que le atormentaba y consultaba
18      7|        hermoso, como él lo era sin duda, con tales ideas tenía que
19      8|          la escuela de Cenceño sin duda, pero al fin venerables
20      8|            cuenta propia. ¿Y quién duda que éstas se harían respetar?
21      8|   enamorada, Alvarico, no te quepa duda.~ ~ Don Álvaro sintió un
22      9|    interesantes, los más altos sin duda!~ ~ De la cuestión personal,
23      9|          una belleza infernal, sin duda, la de aquellos ojos, ¡pero
24     12| eclesiástico. El Magistral era sin duda el hombre de más talento
25     12|           pensar en estas cosas la duda le había atormentado tantas
26     12|         mal, señor mío! Y si usted duda de mi palabra, ahí tiene
27     13|          no estaban convidados. La duda que le mortificaba era esta: «¿
28     13|           los del grupo. «No cabía duda, le estaban suplicando que
29     13|        cortesía del mundo ponía en duda las afirmaciones del magnate.~ ~ -
30     16|            don Frutos Redondo, sin duda alguna. Don Frutos no perdía
31     16|        propiedad de don Víctor sin duda alguna. De todas suertes, ¡
32     17|           rodar?~ ~ -El gato, ¿qué duda tiene?, el gatito pequeño,
33     18|        algo había nacido, era, sin duda, para cómico de la legua,
34     19|            o siempre que había una duda que consultar con el amigo.
35     19|           martirio... «Porque, sin duda, sufrir tanto tiempo a Quintanar
36     20|            última afirmación es la duda... Se me hace cuesta arriba».
37     20|          por resultado más que esa duda, ¡guárdese la ciencia de
38     20|            así? El Magistral, ¿qué duda cabía? Cuando él comenzaba
39     20|            y no haber Dios... ¿qué duda cabía?»~ ~ Una hora después
40     21|       Magistral era el guante, sin duda. Y Petra andaba en el ajo.
41     22|    Barinaga, pero sus efectos, sin duda, hubieran podido cohonestarse -
42     22|            Evidente.~ ~ -¿Quién lo duda?~ ~ -Y diga usted, señor
43     23|            repasando su sermón sin duda...~ ~ Y entró cuando Ana
44     24|             Cuál? «El derecho, sin duda el derecho», pensó. Grande
45     24|      diálogo; diálogo poético, sin duda, a pesar de la piel de becerro,
46     25|          después... la locura, sin duda la locura..., un dudar de
47     25|            matar dentro de ella la duda, la pena, la frialdad, la
48     26|         antes de sanar, porque sin duda sanaría -y eso pensaba él
49     26|       continuaba escribiendo:~ ~ ~¡Duda fatal, incertidumbre impía...!~ ~ ~
50     27|         desprecio de la lógica, la duda de las leyes del pensamiento
51     29|    orgullosa. ¿Qué hacer? No cabía duda, ser prudente, coger el
52     29|        menos siendo cura. No había duda, el Magistral la necesitaba
53     29|        Nadie respondía.~ ~ -No hay duda, es muy temprano. No es
54     29|          reloj. ¿Quién? Petra, sin duda Petra. Había sido una venganza. ¡
55     29| irreparable! Sí, irreparable, ¿qué duda cabía?»~ ~ «¿Y Petra? ¡Maldita
56     30|           qué luchó como luchó sin duda? Porque te quería..., porque
57     30|           de un gran disgusto, sin duda; lo he notado al entrar,
58     30|          tortura del espíritu, que duda de todo, de sí mismo también,
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