Cap.

 1      1|       griego, porque no era fácil leer y traducir lo que el Magistral
 2      1|            y además, no se pueden leer.~ ~ -¿Están en latín? -se
 3      2|        prohibido escribir y hasta leer de noche, no podía pasar
 4      3|       vuelta a las hojas. Dejó de leer. Su mirada estaba fija en
 5      3|         acercó la luz y se puso a leer con la cabeza hundida en
 6      3|        liberal dinástico; pero al leer: «Los parajes por donde
 7      4|          toda su infancia. ¡Saber leer! Esta ambición fue su pasión
 8      4|         todo corazón. Al fin supo leer. Pero los libros que llegaban
 9      4|      modernas algunas le prohibía leer, pero en cuanto se trataba
10      4|          que su padre le prohibía leer y ya iba a dejar el libro
11      4|       impulso irresistible; quiso leer aquel libro inmediatamente.
12      4|             Por la tarde acabó de leer el libro. Dejó los últimos
13      5|        tranquila, digna, severa a leer la sentencia. «No le faltaría
14      6|  americano, no podía dormirse sin leer en la cama el Imparcial
15      6|         creía en la obligación de leer la prensa extranjera. Llegaba
16      6|           lo que nadie ha querido leer. En cuanto él veía en el
17      6|     supuesto). Sin más que esto y leer La Correspondencia seré
18     10|           saque al sol en un año. Leer y trabajar como si estuvieras
19     11|    mayores fuerzas; ansiaba poder leer la carta, y temía ruborizarse
20     11|           la lees?~ ~ -¿Qué he de leer?~ ~ -Esa carta.~ ~ -Luego,
21     12|          público que sepa... eso, leer entre líneas».~ ~ La musa
22     12|   Magistral con cierta lástima al leer en un autor impío las aventuras
23     12|      aquella mañana se turbaba al leer una carta insignificante,
24     13|         modo? Y era muy diferente leer tan buenas y bellas ideas,
25     14|              Me haces el favor de leer lo que dicen estas letras
26     14|      exclamó el Obispo dejando de leer pruebas -, ¿de modo que
27     15|          Fermín había aprendido a leer y escribir, le había obligado
28     16|           lo que hacía, comenzó a leer, hablaba de la brevedad
29     16|           saber por qué, no podía leer; no entendía nada; aunque
30     17|           místicos.~ ~ -Basta con leer la vida de la Santa Doctora
31     17|            por supuesto, sabiendo leer entre líneas, para perfeccionarse,
32     17|       disciplina sana... vuelta a leer, y cada vez el libro sabrá
33     18|           el libro que acababa de leer, y algunos giros, inflexiones
34     18|        Pues bien, Ana, después de leer cinco minutos, había arrojado
35     19|           segunda convalecencia a leer en el libro querido: iba
36     20|         tanto ofendido le llevó a leer las obras de Comte. Allí
37     20|        pudo terminar) no volvió a leer libro alguno; y en verdad,
38     20|         lo negaba, no hacía falta leer mucho, ni hacer experimentos,
39     21|       encerró en su despacho para leer. Cuando su madre le llamó
40     21|     lavándose con rocío, volvió a leer aquellos pliegos en que
41     21| convertirle poco a poco y hacerle leer libros santos en vez de
42     21|        entraba por el alma.~ ~ Al leer lo de «hermano mayor querido»,
43     21|           medita.~ ~ Y se lo hizo leer.~ ~ Y entre Kempis y la
44     23|        por el tono que se daba al leer no parecía sino que la epístola
45     23|          el libro en que había de leer el Evangelio de San Lucas,
46     23|      pared.~ ~ Pero hacía más que leer, declamaba; y, con cierto
47     26|         También se juró negarse a leer la carta delante de su madre,
48     27|          yo era niña y empezaba a leer versos, mi autor predilecto
49     27|      visiones: me siento capaz de leer a Maudsley y a Luys, con
50     27|         su gabinete, y después de leer un poco, tendida sobre el
51     27|           condenaría este afán de leer y me prohibiría la desmedida
52     27|    asedian».~ ~ ~ Ana, después de leer estas y otras páginas, escribió
53     27|          siglos y siglos, nada de leer a su Santa Teresa eternidades...
54     27|          Magistral, que fingiendo leer un periódico y a ratos atender
55     29|        del café y calló fingiendo leer El Lábaro. Salió la doncella
56     30|     cobarde asesino; y después de leer el papel asqueroso, lo arrugaba
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