Cap.

 1      1|           Qué era aquello? O. F. decían dos letras enroscadas como
 2      2|          se la llevó.~ ~ -¿Y qué decían? -preguntó don Cayetano.~ ~ -
 3      3|        fija en unas palabras que decían: Si comió carne...~ ~ Mentalmente
 4      3|         es muy maliciosa».~ ~ Le decían que tenía un papá que la
 5      3|           Calderón de la Barca», decían unas letras doradas en el
 6      4|           moriría del disgusto! -decían las solteronas implacables.~ ~
 7      4|          formaron partidos; unos decían que bien podía ser, y se
 8      4|     culpable de todo aquello que decían. Cuando ya nadie pensaba
 9      4|          primer demócrata. Otros decían que era un símbolo del sol
10      5|              Todo era inocencia, decían los bobalicones de aquí.~ ~ -
11      5|     personajes de su fantasía se decían ternezas, ella les preparaba
12      5|  temeridad casarse sin amor? ¿No decían que su vocación religiosa
13      6|           en la Colonia. Además, decían los viejos, si el Casino
14      6|         leña, pero no tanta como decían los mozos. Aquella leña
15      6|       más decorosa posible, como decían las partes contratantes.
16      6|      respetaba nada ni a nadie» -decían los viejos del rincón. Aunque
17      8|     poner tan alta la lámpara?» -decían algunos un tanto ofendidos.~ ~
18      8|  confidentes y consejeros, se lo decían todo, o casi todo; se hablaban
19      9|       toda la «pobretería», como decían los tertulios de Vegallana.
20      9|            Qué guapa es!~ ~ Esto decían ellas y ellos. Era una alabanza
21      9| hermosura.~ ~ A Petra también le decían los pollastres que era un
22     11|        estas palabras fuertes se decían les quitaba toda gravedad
23     12|     continuó la tiranía, y, como decían ellos, «le tenían en un
24     12|       público empezó a cansarse. Decían que el Obispo se prodigaba
25     12|        Estudia más los sermones -decían unos.~ ~ -Es más profundo,
26     13|       fingía atender a lo que le decían los pollos insulsos, devoraba
27     13|        oyó la voz de algunos que decían adiós al Marqués..., ya
28     13|     acaso en terreno vedado. ¡Se decían tantas cosas del coche de
29     16|      fuese tan insoportable como decían los filósofos y los poetas
30     16|         se creían más enterados, decían al oído de sus íntimos que
31     16|        vaciló en creer lo que le decían voces interiores de independencia,
32     16|         con los cómicos a veces, decían galanterías o desvergüenzas
33     16|             Todos somos iguales -decían muchos burgueses de Vetusta -,
34     18|         de quien los vetustenses decían que era un chiflado, un
35     19|    viendo ceremonias que nada le decían al alma...~ ~ -Oh, no, no -
36     20|         de sus tierras. «¡Claro -decían las beatas en los corrillos
37     20|         repartidos en grupos, se decían en voz baja:~ ~ -Todo esto
38     20|        ella. Pero otras voces le decían: «Renuncia para siempre
39     21|       era tambor de marina, como decían ella y la Marquesa; de otro
40     22|       del comerciante arruinado. Decían a una que moría de hambre
41     24|       envidiosos sin frac que le decían:~ ~ -¡Vamos, hombre, láncese
42     25|       carácter, se timaban, como decían ellos, con las niñas casaderas,
43     26|   respetable, señor Foja, que se decían tan amigos suyos, le habían
44     26|          el recato del hogar, lo decían con silencio solemne...»
45     26|   vencido.~ ~ -¡Va hermosísima! -decían en tanto las señoras del
46     28|  intimidad e interés a lo que se decían. Ana esquivaba unas veces
47     28|      nadie pudiera remediarlo se decían amores, cada vez más elocuentes.~ ~
48     29|          El sueño y la pereza le decían que parecía más temprano
49     29|        mundo no era lo que ellas decían: al prójimo no se le atraviesa
50     30|    pasmados.~ ~ «Usted dirá...», decían aquellas pupilas brillantes
51     30|        sus labios que también lo decían sonriendo; mato porque debo,
52     30|       que se hablaba de desafíos decían lo mismo que aquel día Foja,
53     30|          la verdad, no lo que le decían; la ausencia de Mesía y
54     30|     pegajosa.~ ~ «¿Ven ustedes? -decían las miradas triunfantes
55     30|        iguales».~ ~ Y sus labios decían:~ ~ -¡Pobre Ana! ¡Perdida
56     30|   nobilísimo de los Ozores.~ ~ Y decían unos:~ ~ -Será una obra
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