Cap.

 1      1|         su compañero! Celedonio apenas le llegaba a la cintura
 2      1|         en silencio, respirando apenas, a que la emoción religiosa
 3      1|         en las sombras, se veía apenas grupos de mujeres arrodilladas
 4      1| cornucopias cuya luna reflejaba apenas los objetos, por culpa del
 5      1|       en medio del cual se veía apenas una calavera de color de
 6      2|      veces diciendo de modo que apenas se le oía:~ ~ -¡Buen tiempo
 7      2|      esa Obdulia, a quien antes apenas saludaba aquí, a pesar de
 8      2|    sentía náuseas invencibles y apenas oía al arqueólogo, preocupándole
 9      3|         que cesaron las visitas apenas volvió a verle de cerca.
10      5|         riguroso luto, un dolor apenas mitigado por la resignación
11      6|        de mal humor; es brusco; apenas contesta si le hablan. Él
12      7|        en brazos de Paco amores apenas usados. Y Paco, por ser
13      8| entendía el respeto a los amos. Apenas contestaba si le hablaban.
14      9|         de cualquier cosa. Ella apenas le oía, ni quería atribuir
15      9|       salgo.~ ~ Estas palabras, apenas dichas, le parecieron imprudentes. ¿
16      9|      pendía del techo alumbraba apenas el ancho zaguán. Estaban
17     10|    amoratado..., ya lo creo..., apenas mordería con fuerza ese
18     11|     había sido un escándalo que apenas se pudo sofocar antes que
19     13|        tocando con Ana. Tocando apenas, por supuesto; ni ella ni
20     14| costumbre, por máquina, sin ver apenas a quien saludaba. Llevaba
21     14|         debían de haber pasado; apenas había tiempo; ahora, ahora
22     14|  murciélago llegó a molestarle; apenas pasaba volvíase, cada vez
23     14| tinieblas de la calle estrecha, apenas alumbrada por lejanos faroles
24     16|      desuso a los pocos días, y apenas se cumplía ya ninguna de
25     16|       engañarse a sí mismo? ¡Si apenas podía mantenerse sentado
26     16|         palcos y plateas donde, apenas recatados, fuman, ríen,
27     16|     copiado de su interlocutor; apenas le oía, hablaba ella sin
28     17|       que caían o que la brisa, apenas sensible aquella noche,
29     18|         calle húmeda y sucia, y apenas salía del sombrío caserón
30     18|      salía, pero sin detenerse; apenas se detenía en su despacho.
31     18|        furioso, sin disimularlo apenas. Encontró en el trascoro
32     18|       la luz del día moribundo; apenas se veían Ana y De Pas. Del
33     20|      entregada a Dios. ¡Claro! ¡Apenas comía! No podía levantar
34     20|        dedos suaves. Y, es más, apenas la veía.~ ~ «-¡Oh, a él,
35     21|       eterna como quien decía, ¡apenas iba a exigir esfuerzos,
36     22|       que entrar y salir, ahora apenas parecía por aquella casa.
37     22|         en el recuerdo de Mesía apenas se les dejaba suelta la
38     22|      familia tan numerosa tenía apenas lo necesario; pero solicitud,
39     23|    estaba, sumida en la sombra. Apenas pensaba ya, no hacía más
40     24|         ángulo del pecho en que apenas cabía la cruz de brillantes,
41     24|       La de Páez y la del barón apenas se tenían en pie; se dejaban
42     24|     esto sin querer, sin pensar apenas en ello, pero fue lo primero
43     25|     corazón...~ ~ Sin disimular apenas, disimulando muy mal su
44     26|      que dos pies descalzos que apenas se podían entrever de vez
45     27|   encuentro en estos libros que apenas entendía en Loreto! Los
46     27|         que dejó allí, señalada apenas por la huella de dos dientes.~ ~
47     27|         sonreían con discreta y apenas dibujada malicia al decir
48     28|   llegando a mitad del monte... Apenas se han mojado... Yo salí,
49     28|    señora Marquesa, en su busca apenas comenzó a llover... Fui
50     28|         que no se habían mojado apenas..., porque en el monte cuando
51     29|    alumbraba dos departamentos, apenas rompía las tinieblas de
52     30|      caserón de los Ozores, que apenas alumbraba a pedazos el farol
53     30|            Llegaron, sin hablar apenas durante el viaje, a las
54     30|         hablaba, porque Anselmo apenas sabía hablar, Servanda iba