Cap.

 1      1|      Custodio el beneficiao a don Pedro el campanero el otro día: «
 2      1|       Rodrigo en la horca», y don Pedro se reía; y verás, el otro
 3      1|           el de verdad, vamos don Pedro... ¡ay Dios! entonces no
 4      1|           María la Mayor o de San Pedro, las dos antiquísimas iglesias
 5      1|          dicho, Santa María y San Pedro; su historia anda escrita
 6      1|           de Santa María y de San Pedro hay esparcidas, por callejones
 7      3|         ultrajados, el divino don Pedro había discurrido como nadie
 8      6|       sucia y triste cerca de San Pedro, la iglesia antiquísima
 9      8|           dado sus órdenes.~ ~ -A Pedro (el cocinero), a Colás (
10      8|           coronados!, si el señor Pedro no abría los cajones de
11      8|        momento de entrar allí.~ ~ Pedro, el cocinero, y Colás, su
12      8|         estaban apagados y dormía Pedro, y dormía el amo, y nadie
13      8|           digno de la despensa; y Pedro, altivo, displicente, ordenaba
14      8|          a las damas en su tarea. Pedro, sin dejar lo principal,
15      8| disposición de esas señoras -dijo Pedro con voz solemne.~ ~ Porque
16      8|     bastado; el pinche obedecía a Pedro y Pedro a su deber. Si la
17      8|         pinche obedecía a Pedro y Pedro a su deber. Si la Marquesa
18      8|        algún choque involuntario, Pedro se rindió, y de rato en
19      8|       inteligencia y habilidad de Pedro. Cuando no bastaba una explicación,
20      8|    Obdulia se acercó al dignísimo Pedro y sonriendo le metió en
21      8|           sustanciales amores.~ ~ Pedro llegó adonde pocas veces;
22      8|         las literatas, lo pensaba Pedro de las cocineras. Las llamaba
23      8|          la cocina los señoritos, Pedro volvió a su continente habitual,
24      8|           en las aras del fogón y Pedro celebraba misteriosamente
25      8|          la sonrisa insultante de Pedro, los dos caballeros quisieron
26      8|       alguna golosina en la boca. Pedro notó que guardaba en una
27      9|          decir, un estreno de don Pedro Calderón de la Barca, el
28     12|            su dinero sería de San Pedro y de las instituciones piadosas. «¡
29     13|         ruidos de la cocina donde Pedro disponía con voces de mando
30     13|           señor, yo derribaba San Pedro sin inconveniente y hacía
31     13|          intemperie.~ ~ -Pero San Pedro es un monumento y una gloriosa
32     13|      Petronila del derribo de San Pedro, que a la dama le parecía
33     13|    personaje completamente serio: Pedro el cocinero. Ya se divertiría
34     13|          veteranos.~ ~ Después de Pedro los menos bulliciosos eran
35     13|         que quería derribar a San Pedro; y que no se le hablase
36     13|          en esto, la plaza de San Pedro; ¿pero cómo?, ¿dónde? Mediante
37     13|         que al empezar la comida. Pedro ya no se asomaba a la puerta.
38     23|     devocionario en la espalda de Pedro, el cocinero de Vegallana,
39     26|           que había pedido en San Pedro, a la hora en que visitaban
40     27|      salud!»~ ~ La víspera de San Pedro, por la noche, el Magistral
41     27|         la parroquia rural de San Pedro de Santianes; Pepe el casero
42     27|         usted a la romería de San Pedro. Somos nosotros los factores...
43     27|          Los señores están en San Pedro.~ ~ -Ya lo suponía, hija
44     27|           usted y corrieron a San Pedro... Creo que no habían oído
45     28|            Como la romería de San Pedro hubo muchas durante el mes
46     28|           tormenta como la de San Pedro descargaba sobre el Vivero,
47     29|      después de la romería de San Pedro creía ella que todo era
48     30|                 Sabe usted si don Pedro el picador tiene todavía
49     30|         al que Dios se la , San Pedro se la bendiga! Así me bato
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