Cap.

 1      1|     señora, pasearse, leyendo un libro, por su huerta que se llamaba
 2      2|        escándalo, y de quemar un libro de versos que publicó el
 3      3|        leyó un cuarto de hora un libro devoto en que se trataba
 4      3|   atendió a lo que leía. Dejó el libro sobre el tocador y cruzó
 5      3|     aquel señor sacerdote. Aquel libro no servía para tanto. Mejor
 6      3|        confesaba, siempre que el libro de examen decía «pase la
 7      3|        aquella calumnia. Dejó el libro sobre la mesilla de noche -
 8      3|     encender luz. Cogió el único libro que tenía sobre la mesa
 9      4|         de Anita.~ ~ La idea del libro, como manantial de mentiras
10      4|          ponen ustedes eso en un libro nadie lo creerá».~ ~ Ana
11      4|         leer y ya iba a dejar el libro cuando leyó en el lomo:
12      4|   irresistible; quiso leer aquel libro inmediatamente. Sabía que
13      4|     cabeza pequeña y rizada y el libro abierto, leyó las primeras
14      4|        en casa. Ana salió con el libro debajo del brazo; fue a
15      4|  jugueteaban sobre las hojas del libro, blancas y negras y brillantes;
16      4|        la tarde acabó de leer el libro. Dejó los últimos capítulos
17      4|         de empezar a escribir un libro, allá arriba, en la hondonada
18      4|          de su soledad. Abrió un libro de memorias, lo puso en
19      5|          El Cocinero Europeo, un libro que contiene el arte de
20      6|         Cuando un socio pedía un libro de aquéllos, el conserje
21      6|        cajón inferior, tomaba un libro, dejaba otro que venía oculto
22      8|        amarillo veía el galán un libro de memorias, de memorias
23     11| eclesiásticos de España. De este libro, sin conocerlo, hablaba
24     12|         miserables, un Obispo de libro prohibido? ¿Hace usted eso
25     12|         sin oír misa, y el único libro religioso que trajo de América
26     16|         don Juan escondida en el libro devoto, leída con voz temblorosa
27     17|     vuelta a leer, y cada vez el libro sabrá mejor, y dará más
28     18|   Hablaba como el periódico o el libro que acababa de leer, y algunos
29     18|        parque pasear, leyendo un libro que debía de ser la historia
30     18|       minutos, había arrojado el libro con desdén sobre un banco.~ ~ -¡
31     19|       mesilla de noche. Sobre un libro de pasta verde estaba un
32     19|         distraída en el lomo del libro voluminoso: Obras de Santa
33     19| casualidad la presencia de aquel libro místico coincidiendo con
34     19|       convalecencia a leer en el libro querido: iba a él como un
35     19|          esperaría». Y dejaba el libro sobre la mesilla de noche,
36     20|       terminar) no volvió a leer libro alguno; y en verdad, él
37     20|          leído don Pompeyo en un libro viejo que compró en la feria.
38     20|      Guimarán ha hablado como un libro, y eso que no los lee, pero
39     20|      importa, ha hablado como el libro de su conciencia, según
40     20|       manos, después de dejar un libro negro sobre la mesa y exclamó:~ ~ -¡
41     20|      también usted...?~ ~ -Es un libro que quita el humor. Le hace
42     21|         librerías a buscar aquel libro. No pareció el Tercer Abecedario,
43     21|     impulso, Quintanar tomaba el libro, después de quitarse el
44     21|      mangas de camisa: tomaba el libro y leía... «¡Vuelta al miedo!,
45     22|   Provinciales; ella tenía aquel libro, lo leyó... y creyó volverse
46     23|          con gran dificultad, el libro en que había de leer el
47     23|        Regenta, que seguía en su libro la sencilla y sublime narración. «¡
48     27|        de palisandro, y hojeó su libro de memorias. Siempre hacía
49     27|         Después de las hojas del libro de memorias que se referían,
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