Cap.

 1      2|       punto a poesía era preciso confesar que la revolución no había
 2      2|       Magistral esperándole para confesar. Novedad estupenda. La Regenta,
 3      2|          su dignidad el honor de confesar a doña Ana Ozores. «Con
 4      2|       capilla que llamaban suya. Confesar aquella tarde hubiera sido
 5      2|        confundirse con la plebe, confesar de incógnito, ser una de
 6      3|         joyero!»~ ~ «¡Ah!, debía confesar que el juego de cama era
 7      5|        aristocracia acabaron por confesar que Ana era una excepción;
 8      6|          Magistral no ha querido confesar a la Regenta?~ ~ -Me lo
 9      9|       campo traviesa, después de confesar, solas, en una tarde húmeda,
10      9|       religioso, la necesidad de confesar a menudo. No se trataba
11      9|         cumplir con una fórmula: confesar no era eso. Era indispensable
12      9|   Ripamilán; pero ¡qué manera de confesar! Una rutina que nunca le
13     10|         decidida. ¿Qué había que confesar? Nada. ¿Para qué reconciliar?
14     10|       encarnados. ¿Cómo había de confesar aquello, sobre todo así,
15     11|       indiqué la conveniencia de confesar con usted, aceptó, comprendiendo
16     11|     desairarlos. Había llegado a confesar a quien quería y cuando
17     11|        que se había obstinado en confesar con él y que lo había conseguido
18     11|         dé. El Arcediano querría confesar a la de Quintanar, es natural,
19     12|      padre sin darle tiempo para confesar. Carraspique frisaba con
20     13|       Hijita, si quieres, puedes confesar ahora porque ahí tienes
21     13|         una sotana. Se tenía que confesar la Regenta, aunque pensando
22     16|       Buscó subterfugios para no confesar aquello, se engañó a sí
23     16|       que mañana temprano iría a confesar..., ¡y se me había olvidado!,
24     17|        para decirle que no debía confesar por las mañanas, sino de
25     17|         exclusiva... «Debe usted confesar entre todas, y además algunos
26     17|        día de los que no me toca confesar. Esto no lo sabrá nadie,
27     17|         preciso que usted vaya a confesar muy a menudo, y nadie podrá
28     18|         religioso necesario para confesar sus ideas malas, sus deseos
29     18|       Dejadme a mí.~ ~ No quería confesar que se tenía por derrotado:
30     19|      Quintanar del alma hemos de confesar que tiene sus cosas; ¿a
31     19|      pero no la irritó; tuvo que confesar que no despreciaba ni aborrecía
32     21| quedándose con faltas leves, por confesar algo.~ ~ De aquella confidencia,
33     22|       cierta reserva; dejaron de confesar con él algunas señoras de
34     22|    Además, Anita no se atrevía a confesar aquello con el Magistral.
35     22|       está dispuesto a morir sin confesar ni comulgar, no reconoce
36     22|          la cabeza. Ya no podría confesar si no recobraba la razón...
37     22|          a recibir al Señor, y a confesar, levantó las manos cruzadas...
38     24|         puedo llevar el cuerpo a confesar... y veremos el cuello al
39     25|          alma... Fermín, esto es confesar..., aquí..., no importa
40     25|       lugar; donde quiera... sí, confesar...~ ~ -Eso quiero yo, Ana;
41     25|     Disculpas no, Ana! Eso no es confesar.~ ~ Ana miró en torno...
42     26|  muriendo y quiere que le vaya a confesar el señorito.~ ~ Hijo y madre
43     26|      seguida. Don Pompeyo quería confesar, pero con De Pas y sólo
44     28|       hortelano..., aunque he de confesar que algo me disgustó en
45     28|    parecían muy a propósito para confesar sus picardías eróticas,
46     30|    espera un enfermo, que quiere confesar conmigo sin falta...»~ ~
47     30|      tribunal de la penitencia a confesar su complicidad bochornosa...
48     30|       cerca.~ ~ Y también iría a confesar.~ ~ Sin tener fe ni dejar
49     30|         allí? No lo sabía. Iba a confesar con cualquiera y sin saber