Cap.

 1      1|        que gozaba De Pas como un pecado de lascivia.~ ~ ¡Cuántas
 2      3|         de Trébol, de aquel gran pecado que había cometido, sin
 3      3|       que había cometido un gran pecado. La llevaron a la iglesia
 4      4|     quiso saber lo que era aquel pecado de que la acusaban, y en
 5      4|     ignorancia dio por cierto su pecado. Mucho después, cuando su
 6      4|          de Germán había sido un pecado, ¿quién lo diría? Lo mejor
 7      4|         lo que ella se figuraba, pecado, pequeñez; un error, una
 8      5|  conversación tardó en volver al pecado de Ana, a la vergüenza de
 9      7| imparcialmente que «el verdadero pecado del Provisor era la simonía».~ ~
10      8|           Para ella no había más pecado mortal que la hipocresía;
11      9|          que viven sumidos en el pecado; pero el hombre nuevo siempre
12     12|      Pero aún no había lavado su pecado original que llevaba en
13     12|         punto de declarar que el pecado de solicitación no era de
14     13| ultra-vetustense. No podía haber pecado ni cosa parecida en reconocer
15     14|      poetas, y la hipocresía del pecado había recurrido a esa palabra
16     14|        disciplina doméstica como pecado de calibre. Pocas veces
17     16|  responsabilidad de ellas serían pecado cierto... En plata, que
18     16|          como sorprendiéndola en pecado de infidelidad. Por la primera
19     17|    ocioso hablar de lo que no es pecado o por lo menos camino de
20     17| horroroso, que debía ser un gran pecado... si yo lo pudiera remediar.~ ~ -
21     17|          que pudo -. No sería un pecado ese tedio si se pudiera
22     17|       pudiera remediar, sería un pecado si no se quisiera remediar;
23     17|            al pie de la letra es pecado, es una rebelión, es horrible...
24     17|         puro peligroso rayaba en pecado.~ ~ -Sí, dicho así, como
25     17|       nada de lo que he dicho es pecado... sentirlo; ¡peligro habrá,
26     17|         habrá, no lo niego, pero pecado no! ¡Por lo demás -cambio
27     17|          hay peligro que raya en pecado, por ser peligro... Déjeme
28     17|          que hay, decía, raya en pecado... pero añado, será pecado
29     17|       pecado... pero añado, será pecado claramente si no se aplica
30     19|         podridos... Y ella había pecado, sí, sí, había pecado. ¡
31     19|      había pecado, sí, sí, había pecado. ¡Qué diferentes criterios
32     19|        esto. ¿Para qué? No había pecado. Había ocasión, pero no
33     19|       para levantar el plomo del pecado, que la abrumaba con su
34     21|          consiguió apartarle del pecado. Recuerdo lo que dice: aquel
35     21|         río y el clérigo dejó su pecado y murió después libre de
36     21|         ociosidad me volvería al pecado, como volvía a la misma
37     21|           porque... no. Ahora el pecado era algo más que el adulterio
38     21|          situación. ¿Era aquello pecado? ¿Era aquello amor del que
39     22|   aquella Regenta, santurrona en pecado mortal, le tenía ciego,
40     22|        espiritual, sin mezcla de pecado, eran incentivo para la
41     22|          horroroso le parecía el pecado de pensar en don Álvaro,
42     22|         voluntariamente. ¿Habría pecado involuntario? De esto habló
43     28|              Y le parecía que el pecado de querer a un Mesía era
44     29|          que había hecho caer en pecado de inconstancia al canónigo.
45     29|          era una buena obra o un pecado lo que iba a hacer, que
46     30|          lo mejor del mundo. Era pecado enamorarse de él, porque
47     30|          era clérigo; pero mayor pecado era engañarle, clavarle
48     30|          se creía perdida por su pecado, pero tampoco la consolaban
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