Cap.

 1      1|  practican, como se dice ahora. Páez, don Frutos Redondo, los
 2      1| hicieran por propio impulso los Páez, los Redondo, etc., etc.,
 3      2|         orgullosa hija única de Páez, uno de los más ricos americanos
 4      7|        a sus relaciones con los Páez, yo que soy amigo de corazón
 5     10|      que estaba en la platea de Páez, también me dijo que contara
 6     11|         de que no se case la de Páez, la primera millonaria de
 7     12|          la del Banco, y Olvido Páez, la hija de Páez el Americano,
 8     12|         Olvido Páez, la hija de Páez el Americano, el segundo
 9     12|       votó y se nombró a Olvido Páez, por la representación de
10     12|      Esto y el ver allí a la de Páez, su más fiel devota, agravó
11     12|         como a remolque a la de Páez.~ ~ El Magistral protestó
12     12|       Yo lo soy -advirtió la de Páez - por empeño de ésta que
13     12|     pensó en buscarle.~ ~ La de Páez iba con la cabeza baja.
14     12|      para el oratorio de los de Páez, ¿vino ya?~ ~ -Sí.~ ~ -¿
15     12|    Espolón las ricas frutas que Páez, don Frutos Redondo y demás
16     12|         pájaros.~ ~ El hotel de Páez era el primero de los seis
17     12|       Normandos.~ ~ El señor de Páez no temía ningún desembarco
18     12|         un escudo, que el señor Páez no tenía, un gran semicírculo
19     12|         águilas, según el señor Páez, hacían juego con otras
20     12|   Veinticinco años había pasado Páez en Cuba sin oír misa, y
21     12|        y Muñoz; no porque fuese Páez demócrata, ¡Dios le librase!,
22     12|        buen tono. Al cabo llegó Páez a ser el más ferviente partidario
23     12|   berroqueño: los dos flacos de Páez eran el amor a su hija y
24     12|        en la cabeza.~ ~ A la de Páez se le ocurrió después, cansada
25     12|       se le recibió en el hotel Páez como siempre, bajo palio,
26     12|  presentable».~ ~ Don Francisco Páez y su hija suplicaron a don
27     12|        de los marqueses a la de Páez, no menos espléndida? Aunque
28     14|       Carraspique, o en casa de Páez; como los dos están de días...
29     14|             No, señor!~ ~ -¿Con Páez?~ ~ -¡No, señor! ¡Mi madre...
30     14|        pasar junto al jardín de Páez, la luz de gas que brillaba
31     15|     Carraspique, otra a casa de Páez, otra a casa del Chato,
32     15|    diría Carraspique, qué diría Páez...? Todo eso es ridículo...~ ~ -
33     16|     escandalosa Obdulia o la de Páez, tonta y maniática que despreciaba
34     16|         romanticismo.~ ~ -La de Páez no come garbanzos -decía
35     16|        bolsa eran Ronzal, Foja, Páez (que además tenía palco
36     17|        mejor su protesta. La de Páez no había ido, doña Petronila,
37     17|       con jaqueca!». En casa de Páez también le hablaron del
38     17|      Magistral salió de casa de Páez bufando; la sonrisa burlona
39     19|      que doña Petronila, Olvido Páez, Obdulia y en cierto modo
40     24|      Vegallana ofrecía a Olvido Páez, que entraba al mismo tiempo,
41     24|  Trabuco, como pareja, a Olvido Páez, que no le miraba siquiera.
42     24|       socorrido. Mientras la de Páez daba a entender con su aire
43     24|         envidiaba Ronzal. La de Páez y la del barón al pasar
44     24| corruptela, y era verdad. La de Páez y la del barón apenas se
45     24|    Ronzal ya no parecía a la de Páez un hombre tosco, sino un
46     30|         la Gobernadora, y la de Páez, y la señora de Carraspique,
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