Cap.

 1      2|        siguió, para ocultar su deseo de llegar al Espolón cuanto
 2      3|        atrevió a manifestar el deseo de una separación en cuanto
 3      5|      su esposa, si su ardiente deseo era cumplido. Contaba con
 4      7|       él, para aguijonearle el deseo, para hacerle empeñarse
 5      7|     las piernas, muy contra su deseo.~ ~ -Oye -dijo -, llévame
 6      8|  sugería su presencia jamás un deseo carnal. Era intratable aquel
 7      8|        irritado, con vehemente deseo de salir de dudas y vacilaciones.
 8      8|    irritado, confundido con el deseo.~ ~ Todos callaban en el
 9     11|        de la puerta, indicando deseo de salir pronto.~ ~ -¿Qué
10     13|       Quería significar así su deseo de estrechar la amistad
11     14|   piernas vacilantes, sin gran deseo de azotar a sus amigos,
12     15|  pecador; basta un momento! Un deseo, un deseo que no sacias
13     15|       un momento! Un deseo, un deseo que no sacias siquiera,
14     16|   Álvaro resistió el vehemente deseo de pisar un pie a la Regenta
15     18|        Pero esto no colmaba su deseo, no satisfacía su amor propio,
16     19|      de su esposo, y contra su deseo, la atención se fijaba en
17     19|       al punto con abrazos del deseo... Pero no importaba, fuera
18     19|        se acababa por tener un deseo vago de oír música. Entonces
19     19|    acendrada sino gratitud, el deseo de complacer al hombre que
20     20|         oprimidos, inertes. Mi deseo era más poderoso, porque
21     20|       ira sorda mezclada de un deseo intenso, doloroso. La miraba
22     21|        sentía a veces punzante deseo de haber vivido en tiempo
23     21|       de amor de Dios, y de un deseo vehemente de seguir a millones
24     21|        iglesia se convirtió en deseo fuerte y definido de ver
25     22|      Su piedad era sincera, su deseo de salvarse firme, su propósito
26     23|      sus sospechas, de su vago deseo que ya se le antojaba ridículo,
27     24|      tanto, acariciando con el deseo aquel tesoro de belleza
28     25|       de él, para su madre. El deseo de partir el dolor le apretaba
29     25|       presencia de Mesía en el deseo, huía de ella avergonzada;
30     25|    mujer, serían aguijones del deseo. «¡Oh...!, sí, en la Pascua
31     25|         si no de hecho, con el deseo -ésta era la verdad -; porque
32     26| remordía la conciencia de este deseo. Estaba asustada de su propia
33     26|        aquel momento así... un deseo vago... de... de... ser
34     28|         No tenía valor, ni aun deseo, de mandar a don Álvaro
35     28|     quiso Ana contradecir este deseo del confesor y transigió.~ ~ «
36     28|     atreverse a insinuar aquel deseo que en otro tiempo hubiera
37     28|     don Víctor, oía la voz del deseo ardiente, brutal, que gritaba: «¡
38     28|       y estoy por decir que el deseo...~ ~ Una vez, al repetir
39     29|     ganosa de satisfacer aquel deseo de su hijo, según su política
40     30|      de vengarse y no tenía el deseo; él tenía el deseo, la necesidad
41     30|    tenía el deseo; él tenía el deseo, la necesidad de matar y
42     30|      Amigo mío, lucho entre el deseo de satisfacer la impaciencia
43     30|      ya sólo por satisfacer el deseo de vengarse, hasta para
44     30|      de nuevo apego a la vida, deseo de actividad. Llegó un día
45     30|        era lo más íntimo de su deseo y de su pensamiento, ella
46     30|            Celedonio sintió un deseo miserable, una perversión
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