Cap.

 1     19|       a profesar gran cariño a Benítez, que así se llamaba. El
 2     19|        le gustaba discutir con Benítez y sondearle, como él decía.
 3     27|         Hija mía! Es otra. Ese Benítez me la ha salvado... Es otra... ¡
 4     27|     daño. Ya sabes lo que dice Benítez.~ ~ -Sí, ya ; calla y
 5     27|   antiguo sustituto de Somoza. Benítez, el joven de pocas palabras
 6     27|    tengo dicho, amigo mío, que Benítez me prohíbe, y creo que con
 7     27|       Pero quien manda, manda. Benítez es enérgico, habla poco
 8     27|      yo dijera a Quintanar o a Benítez el daño que me hace, sana
 9     27|     veo más que a mi marido; y Benítez me acaba de salvar la vida,
10     27|       Diario...!, ¿por qué no? Benítez lo consiente».~ ~ Memorias
11     27|      excusó. Vino el sustituto Benítez, silencioso, frío; pero
12     27|       pensamientos y desaires. Benítez cuando se decide a hablar
13     27|   nerviosas que estaba curando Benítez lo mejor que podía.~ ~ Con
14     27|  cerebro descompuesto. Llamó a Benítez con toda el alma. Y principio
15     27|   Álvaro, de los Marqueses, de Benítez, ¡imposible!~ ~ No se pensó
16     27|    aquellos meses de campo que Benítez exigía como condición indispensable
17     27|      cerca de Vetusta para que Benítez pueda hacernos frecuentes
18     27|       reúna las condiciones de Benítez que una... que está a nuestra
19     27|       aquellos meses que pedía Benítez en el Vivero, donde serían
20     27|    duran las ilusiones. «Aquel Benítez la estaba rejuveneciendo».~ ~
21     27|       lo mejor de mi atención. Benítez puede estar satisfecho.
22     27|    Germán.~ ~. ~ Probablemente Benítez condenaría este afán de
23     27|     que tampoco quería correr, Benítez, el médico de Anita, y otros
24     27|     don Víctor, el gobernador, Benítez y otros señores graves.
25     27|        y otros señores graves. Benítez era joven, pero prefería
26     27|    opina usted lo mismo, señor Benítez?~ ~ -Sí, señor -dijo el
27     27|    estimule..., necesita...~ ~ Benítez mascaba el cigarro y miraba
28     27|   llevarnos a nada malo...?~ ~ Benítez escupió un pedazo del puro,
29     28|     los tres juntos a Vetusta; Benítez felicitó a la Regenta por
30     28|        qué tal vengo yo, señor Benítez?~ ~ -Magnífico, magnífico
31     29|      los extremos son malos, y Benítez me tenía dicho que la verdadera
32     30|      Ya lo sabes.~ ~ -¡Sí, sí! Benítez cree que un gran susto,
33     30| enfermedad de Ana, secreto que Benítez me impuso y que rompo por
34     30|     coche; dentro de él estaba Benítez, el médico de Ana. Al verle
35     30|     sabe usted lo que ha dicho Benítez, que es indispensable el
36     30|       Y poco después, mientras Benítez traía a la vida con antiespasmódicos
37     30| enfermedad, grave y larga, que Benítez combatió desesperado, lo
38     30|        Ana explicó todo esto a Benítez como pudo, eludiendo el
39     30|    preguntar a los criados y a Benítez cómo iba la enferma, a quien
40     30|        pudiera los consejos de Benítez. Pensaba lo menos posible
41     30|        su cerebro...~ ~ Cuando Benítez la sorprendía en estas horas
42     30|       cuando se quedaban solos Benítez y Crespo, el doctor decía:~ ~ -
43     30|        ella los documentos.~ ~ Benítez y Frígilis veían en esto
44     30|    suyo».~ ~ Así vivía Ana.~ ~ Benítez, desde que desapareció el
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