Cap.

 1      1|      perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada,
 2      1|          monjas, que juntas eran diez y ocupaban con su convento
 3      3|           a cuadros, que le daba diez vueltas al cuello. Lo demás
 4      4|     paraban para discutir a cada diez pasos. Eran de esos hombres
 5      4|        años eran ingratos, a los diez tenía las apariencias de
 6      5|         Más viejo es un perro de diez años que un cuervo de ciento,
 7      6|         leen repetidas en ocho o diez papeles. Así se alimentan
 8      6|           Lo han leído en ocho o diez fuentes distintas. Todos
 9      6|          médico se recogía a las diez después de perder las ganancias
10      6|       allí más socios que ocho o diez trasnochadores jurados.
11      7|         hacer caso - mató a Luis diez y seis...~ ~ -¡Adiós! ya
12      8|     Hablaba mucho, a gritos, con diez carcajadas por cada frase.
13     10|         grande que tenía; y ya a diez pasos de la verja volvió
14     11|  Escribió sin descanso hasta las diez. Cuando el sol se le metió
15     12|    primos no ven el mundo. A los diez o los once van al convento;
16     14|          El Lábaro, para el cual diez o doce años eran un soplo
17     14|  reparado en unos chiquillos, de diez a doce años, pillos de la
18     15|          hecho después hasta las diez de la noche?~ ~ -¡Madre,
19     15|          Qué has hecho hasta las diez de la noche? Rondar la casa
20     16|     alguna obra de empeño, ganan diez o doce duros y se van a
21     16|          despertar, cerca de las diez, vio a su lado a Petra,
22     17|      modo que son las ocho menos diez?~ ~ -Sí, señor...~ ~ Petra
23     18|        una hora después, y a las diez de la noche entraban en
24     19| Palomares; no volvería hasta las diez de la noche. Anselmo fue
25     19|    minutos que faltaban para las diez de la noche. «¡Su Quintanar!
26     19|    tormento de su palique. A las diez y cuarto entró en la alcoba
27     20|          dejarle beber.~ ~ A las diez y media de la noche salían
28     21|         de una mística del siglo diez y seis no podían edificar
29     21|       tabla, las niñas de ocho a diez años, anafroditas las más,
30     22|        de la tienda vacía, a las diez. No volvió a parecer por
31     23|        hermosos versos del siglo diez y siete a una señora que
32     23|       hermosura inútil una, dos, diez veces... Y como aquello
33     25|        vez que había oído, a los diez y ocho años, en aquella
34     27|                 XXVII -~ ~ -¡Las diez! ¿Has oído?, el reloj del
35     27|          del comedor ha dado las diez... ¿Te parece que subamos...?~ ~ -
36     27|        legua del Vivero, dio las diez, pausadas, vibrantes, llenando
37     27|          fuera del Espolón a las diez en punto. Fue a la catedral,
38     28|         fatuos; he tenido más de diez mujeres medio rendidas...
39     30|        de ella... durante más de diez años pareció que también.~ ~ -
40     30|   procesión andaba por dentro... Diez años fue buena: la vida
41     30|      cómo. «Estaba, cerca de las diez de la noche, en el despacho
42     30|          hecho feliz a Anita, si diez años antes la hubiera enamorado! ¡
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