Cap.

 1      1|              I -~ ~ La heroica ciudad dormía la siesta. El viento
 2      1|   Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo,
 3      1|      gigante que velaba por la ciudad pequeña y negruzca que dormía
 4      1|    blanquecino.~ ~ Cerca de la ciudad, en los ruedos, el cultivo
 5      1|  lentamente sus miradas por la ciudad escudriñando sus rincones,
 6      1|        miradas no salían de la ciudad.~ ~ Vetusta era su pasión
 7      1|        presencia de la heroica ciudad era gula; hacía su anatomía,
 8      1|      Don Fermín contemplaba la ciudad. Era una presa que le disputaban,
 9      1|       entonces veía en aquella ciudad que se humillaba a sus plantas
10      1|    mundo, muy lejos, había una ciudad inmensa, como cien veces
11      1|       de Tarsa, y más; aquella ciudad se llamaba Vetusta, era
12      1|        había visto. En la gran ciudad colocaba él maravillas que
13      1|         en la parte alta de la ciudad, a la sombra de la catedral,
14      1|  afectada, lujo vocinglero. La ciudad del sueño de un indiano
15      1| indiano que va mezclada con la ciudad de un usurero o de un mercader
16      3|       cumplido caballero de la ciudad, después de Bermúdez. Los
17      4|       pocos nobles había en la ciudad que no fueran, por un lado
18      7|      mundo, surbicesorbi (a la ciudad y al mundo en el latín ronzalesco).
19      9|     los riegan las aguas de la ciudad y son más fértiles que toda
20      9|   costumbre y merced a ella la ciudad solitaria, triste de día,
21      9|      antojaba que vivía en una ciudad donde criadas, costureras
22      9| indudablemente. Ya sabía a qué ciudad se refería. Era una que
23     10|       si no hubiera en toda la ciudad más mujeres honestas que
24     10|      oía ruidos confusos de la ciudad con resonancias prolongadas,
25     11|    Vetusta subterránea: era la ciudad oculta de las conciencias.
26     11|        creyentes de la piadosa ciudad. Las damas de ciertas pretensiones
27     11|    suceso para esparcir por la ciudad tan descomunal noticia.~ ~ «
28     11|  maneras finas y de la vida de ciudad.~ ~ -¿Qué te quiere esa
29     12|     dos horas permanezca en la ciudad, ni hable con alma viviente
30     14|    resignado. Los ruidos de la ciudad alta llegaban apagados y
31     18|         pero la tristeza de la ciudad negruzca, donde la humedad
32     18|       ropa en el monte y en la ciudad, y los mismos zapatos blancos
33     22|     monstruoso, cubría toda la ciudad y lanzaba sobre el duelo
34     22|        entre las sombras de la ciudad aparecían puntos rojizos
35     25|       Los jóvenes laicos de la ciudad, estudiantes los más, no
36     26|      por todo el recinto de la ciudad haciéndose lenguas de la
37     26|     dar este gran ejemplo a la ciudad y al mundo...~ ~ -Pero Quintanar...
38     27| temprano tiene que volver a la ciudad, con un recado para el señor
39     27|    trasladar a Ana pronto a la ciudad en caso de apuro; ha de
40     27|     damas y caballeretes de la ciudad y se les ha puesto su mesa
41     29|       sucio, casi pardo, de la ciudad triste, sumida en sueño
42     30|      la monotonía eterna de la ciudad triste. Pero ostensiblemente
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