Cap.

 1      1|      adónde iba? A luchar con la tentación al aire libre; a cansar
 2      1|   susodicho abismo le llamaba la tentación; entonces retrocedía el
 3      3|          lecho por no caer en la tentación de acostarse, y leyó un
 4      5|        la Católica...! Era mucha tentación.~ ~ Frígilis había advertido
 5      9|         cuando ya no se temía la tentación sino con temor prudente,
 6      9|        amor. ¡Mas renunciar a la tentación misma! Esto era demasiado.
 7      9|           Esto era demasiado. La tentación era suya, su único placer. ¡
 8      9|  llenando de vacío. «¡No, no; la tentación era suya, su placer el único! ¿
 9      9|           pero si le quitaban la tentación no tendría mérito, sería
10     10|         resistir, sin caer en la tentación, manías de un marido que
11     10|         Al ver tan cerca aquella tentación que amaba, tuvo pavor, el
12     10|  resistiría. ¡Oh!, ¡sí!, aquella tentación fuerte, prometiendo encantos,
13     10|        de todos los golpes de la tentación formidable. Pero Quintanar
14     13|         segura de salvarse de la tentación francamente criminal de
15     13|   voluptuosidad espiritual de la tentación, mientras el clérigo abusa,
16     13|         emplear para resistir la tentación que salía de aquellos labios
17     16|       menos verla padecer con la tentación. Nunca se le había ocurrido
18     16|     había encontrado más que una tentación grosera, fuerte al acercarse
19     16| pecaminosa, casi a despreciar la tentación, si la flaca naturaleza
20     16|       decir: no habló de la gran tentación que la empujaba al adulterio -
21     16|              No, no caería en la tentación de convertir aquella dulcísima
22     18|    sonante de espuma de Holanda; tentación de Bermúdez el arqueólogo
23     20|          miedo al seductor, a la tentación de años y años. Sintió él
24     21|      Vetusta. Mejor. La terrible tentación le volvía la espalda, huía
25     21|     arena.~ ~ Ana tuvo miedo. La tentación, la vieja tentación de don
26     21|           La tentación, la vieja tentación de don Álvaro, le había
27     21|          delante de él. Antes la tentación era bella por el contraste,
28     21|         formidable; detrás de la tentación no estaba ya sólo el placer
29     21|          caía en los lazos de la tentación, ¿quién la consolaría cuando
30     21|     entregarse, para combatir la tentación cada vez más temible del
31     21|     conseguía, lo que llamaba la tentación, que cada vez era más formidable;
32     22|         a poco el tormento de la tentación reaparecía; sus ataques
33     22|         de Ávila, serio; pero la tentación, cada día más formidable.
34     22|       callando el tormento de la tentación. Arma poderosa para combatirla
35     23|         dónde la tomaba ahora la tentación! Se hacía sentimental, tierna,
36     23|        casi como una forma de la tentación que la perseguía.~ ~ «¿Si
37     24|         la Regenta resistir a la tentación de preguntarle si se había
38     24|        allí que luchar contra la tentación. Había en todos sus sentidos
39     25|        venderse al sofisma de la tentación que le gritaba en los oídos:
40     25|          aprensiones sacrílegas, tentación malsana del espíritu enfermo,
41     30|         había podido resistir la tentación de dejar transparentarse
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