Cap.

 1      4|         paseos solitarios por el monte de Loreto, que olía a tomillo
 2      4|      ella pisaba al subir por el monte.~ ~ Verdad era que de algún
 3      4|         compañía cuando subía al monte de los tomillares por la
 4      4|          podía verla nadie, y al monte no se subía más que a buscar
 5      4|        hundidas en la sombra del monte, allá abajo, parecían palomas
 6      4|          por las resonancias del monte. Llamaba con palabras de
 7      6|        al tresillo para huir del monte. Cuando la suerte le es
 8      6|  concretamente de la ruleta y el monte, estaba en el segundo piso.
 9      6|        la capital. Aficionado al monte, como Vinculete al tresillo,
10      6| desconfianza de los animales del monte, daba escalofríos.~ ~ Era
11      8|      alba, emprendía su viaje al monte el casero que se preciaba
12      9|  adolescente, a sus visiones del monte de Loreto más que a la sosa
13     10|        despacho como si fuera el monte! ¡No era esto el colmo de
14     13|         perros de caza y uno del monte de San Bernardo que Paco
15     18|   expresión muda del valle y del monte; la naturaleza muerta parecía
16     18|       Tajada, donde fatigaban el monte y la llanura, persiguiendo
17     18|        usaba la misma ropa en el monte y en la ciudad, y los mismos
18     19|     nueva en la casa y venía del monte. Mucho tiempo hacía que
19     19|         con los muebles, olía al monte; traía pegada al cuerpo
20     20|     suelo, y rodando llegamos al monte de maíz. Entonces salió
21     23|         playa, y olor arisco del monte, y dominándolos a todos
22     27|           Subían en silencio. El monte se hacía más espeso.~ ~
23     27|       que también lo soy..., ¡al monte!, ¡al monte!~ ~ Y con los
24     27|          soy..., ¡al monte!, ¡al monte!~ ~ Y con los ojos, al decir
25     27|           y la sotana...~ ~ -¡Al monte!, ¡don Víctor, al monte! -
26     27|          monte!, ¡don Víctor, al monte! -rugió el Provisor.~ ~
27     27|     arriba, en lo más espeso del monte...~ ~ El Magistral no quiso
28     28|    ocurrencia de chicos venir al monte a divertirse... Si no hay
29     28|      infame...»~ ~ Echó a correr monte arriba.~ ~ «¡Pero ese hombre
30     28|    estarían llegando a mitad del monte... Apenas se han mojado...
31     28|          apenas..., porque en el monte cuando empieza el chaparrón
32     28|      primera hora y más tarde al monte, que llamaba el clero del
33     28|        última...~ ~ -¡Ea, ea, al monte! -gritó en aquel momento
34     28|   Obdulia desde la huerta -, ¡al monte, al monte!, a despedirse
35     28|          huerta -, ¡al monte, al monte!, a despedirse de los árboles...~ ~
36     28|        piano con ímpetu:~ ~ -¡Al monte!, ¡al monte! -gritaron de
37     28|      ímpetu:~ ~ -¡Al monte!, ¡al monte! -gritaron de arriba y de
38     29|    tierras desnudas aparecían el monte bajo, de trecho en trecho,
39     29|   derecha, a pico, se elevaba el monte Areo partido por aquel desfiladero;
40     29|         se detuvo y contempló el monte Areo, que tenía enfrente;
41     29|          coronando las cimas del monte Areo. «Vegetar era mucho
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