Cap.

 1      4|    rasgaban brotando luz de sus entrañas para formar una aureola
 2      5|       que llevaba dentro de sus entrañas. Su sombra en las sombras
 3      6|       lámparas de minero en las entrañas de la tierra.~ ~ Don Pompeyo
 4      8|       sorprender al hijo de sus entrañas en brazos de alguna costurera,
 5      8|       romántico le hacía en las entrañas sabrosas cosquillas, más
 6      9|    presentaba aquel afán de sus entrañas, que ella creía cosa de
 7     10|       eso no!»~ ~ Sentía en las entrañas gritos de protesta, que
 8     11|    verde no tienen abiertas las entrañas? ¿Las han visto ustedes
 9     13|      dulcísimo, un calor en las entrañas completamente nuevo; ya
10     15|         El dinero estaba en las entrañas de la tierra; había que
11     15|    metal que se incrusta en las entrañas y jamás se arranca de allí.
12     16|        más guardado, más de las entrañas, los necesitaba ya, como
13     16|       curiosidad le quemaba las entrañas, aguantaba la comezón y
14     16|        vencerla, causaba en las entrañas placer, como un soplo fresco
15     16|     revolución repentina en las entrañas en presencia de un gallardo
16     17|         buscar el camino de las entrañas! Verá usted, verá usted
17     21|         mismo.~ ~ Y como si sus entrañas entrasen en una fundición,
18     21|      todo, palpitaciones de las entrañas que eran agradable cosquilleo;
19     21|        ministra, era más de las entrañas que sus demás penas; era
20     21|       de lo más profundo de sus entrañas, de rodillas sobre la piel
21     22|        que ruega al hijo de sus entrañas que tome una medicina. Él
22     22|        y la consunción roía las entrañas del tendero.~ ~ Murió al
23     23|         te he engendrado de mis entrañas desde antes del nacimiento
24     23|   gritaba desde el fondo de las entrañas, y sus gritos se oían por
25     23|         a él le entraba por las entrañas como si fuera fuego; el
26     24| corriente fría y vibrante a sus entrañas, más abajo del pecho. Le
27     24|    tacto. Todo le llegaba a las entrañas, todo era nuevo para ella.
28     25|       ahora me ha llegado a las entrañas el veneno». De Pas estaba
29     25|         aquel desgajarse de las entrañas, que parecían pulverizarse
30     25|       mujer..., la mujer de mis entrañas... ¡Y quedaba allá atrás,
31     25|         hasta la boca desde las entrañas. Su padre, don Carlos el
32     25|       le pisara la cabeza y las entrañas...!» Y tuvo miedo de sí
33     27|       en lo más profundo de las entrañas. Y ahora un presentimiento
34     27|          La gaita hablaba a las entrañas del Provisor y de Petra,
35     28|         creía oír dentro de sus entrañas; una música que le salía
36     28|     ella, en aquel sitio de sus entrañas que no era el vientre ni
37     28|        mareo de la caída en las entrañas, pero si algunos días al
38     29|        se le había reído en las entrañas... ¡y aquella risa profunda,
39     30|         allá en el fondo de mis entrañas, sin saberlo, como respiro
40     30|       merecía aquel hijo de las entrañas que se le arrancasen aquellas
41     30|     sobrenatural, sintió en sus entrañas aquella ascensión de la
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