Cap.

 1      5|         encontraban con don Tomás Crespo, el íntimo de la casa, y
 2      5|       magistrado -les había dicho Crespo un día -; un aragonés muy
 3      5|          escondidas.~ ~ Una tarde Crespo, enterado de que la niña
 4      5|          por dentro era don Tomás Crespo, libre, decía él, de todas
 5      5|       viviendo de sueños.~ ~ Pero Crespo era una excepción, un amigo
 6      5|           muchacha de Vetusta.~ ~ Crespo, según él dijo, tomó un
 7     16|         se lo tengo dicho a Tomás Crespo muchas veces..., le daba
 8     17|         no iban de caza, el señor Crespo se los pasaba recorriendo
 9     18|          que no tiene puertas.~ ~ Crespo tenía bien definida y arraigada
10     18|        aunque ilustrado, de Tomás Crespo, aquel pedazo de su corazón,
11     18|        filósofo de la naturaleza. Crespo hablaba poco, y menos en
12     18|           acompañado de don Tomás Crespo, el del tapabocas; los dos
13     19|            detrás venía don Tomás Crespo, Frígilis, con sombrero
14     19|           y media.~ ~ -Ya lo ves, Crespo, si hubiera obedecido a
15     19|     insignificante como don Tomás Crespo, a quien él creía loco de
16     19|         hablaban ella y Frígilis. Crespo, satisfecho, tranquilo,
17     21|          cerca de sí. Se calmaba. Crespo subía una vez cada tarde
18     21|      hablas con sordina... -decía Crespo malhumorado.~ ~ Quintanar
19     27|           un recado para el señor Crespo. Deja... voy yo mismo a
20     27|          que quiera mi esposo, si Crespo no viene a prepararme la
21     27|           segunda visita del buen Crespo, el único grande hombre
22     29|          plantones, se acordó que Crespo y Quintanar acudiesen al
23     29|           las mañanas Quintanar y Crespo llegaban al Parque a la
24     29|         que se ha madrugado -dijo Crespo, que gustaba de ser siempre
25     29|      cerró la verja con su llave. Crespo iba delante. Miró don Víctor
26     29|           hogar allá en la aldea. Crespo, como si no hubiera en el
27     29|             Tira tú, bobo! -gritó Crespo, furioso.~ ~ Quintanar se
28     29|    encontraban con la descarga de Crespo; si tomaban por el otro
29     30|               Esto último lo dijo Crespo con voz solemne, grave,
30     30|           era de suponer. Pensaba Crespo que a Víctor no se le había
31     30|         débil.~ ~ -Sí, señor, con Crespo; ¿pero qué sucede? Hace
32     30|           Ozores, vio a don Tomás Crespo desaparecer por la plaza,
33     30|           Era verdad. Por más que Crespo encargó el secreto más absoluto
34     30|         destierro».~ ~ -¿Eso dijo Crespo?~ ~ -Eso.~ ~ -¡Miren Frígilis!~ ~ -
35     30|            Mesía quedó incólume y Crespo implícitamente le dio seguridades
36     30|          y su silencio.~ ~ Cuando Crespo, al obscurecer, entró en
37     30|          quedaban solos Benítez y Crespo, el doctor decía:~ ~ -No
38     30|          tranquila en su caserón, Crespo resolvió divertir a su pobre
39     30| enfermedad de su amiga, don Tomás Crespo, desconfiando del celo de
40     30|        voluntad se moría -pensaba Crespo -; en otro tiempo Ana hubiera
41     30|        consolaba el pensar: «Está Crespo ahí».~ ~ Paso a paso volvía
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