Cap.

 1      3|          mar. Doña Camila estaba enferma del susto, en cama. El hombre
 2      5|   aquella pobre niña, huérfana y enferma, pues doña Anuncia no se
 3      5|         moribunda. Ana estaba ya enferma cuando la sobrecogió la
 4      5|     esfuerzos para no declararse enferma, el mal pudo más, la rindió.
 5      5|        carácter: hacía muy buena enferma. No pedía nada; tomaba todo
 6      5|        al cabo, de la sobrinilla enferma?~ ~ Volvieron sin embargo
 7      9|          Sin embargo, usted está enferma; toda alma que viene aquí
 8      9|         alma que viene aquí está enferma. Yo no  cómo hay quien
 9     12|      siguiente: la niña está muy enferma, y no por culpa suya; su
10     16|    engañaba, le decía que estaba enferma para excusar el verle... ¡
11     18|         me horroriza... Yo estoy enferma... sí, señor, a pesar de
12     18|       dice don Robustiano, estoy enferma; a veces se me figura que
13     19|          tiempo junto a su amiga enferma; le tocó la frente y dijo
14     19|   tranquilo; miró la lengua a la enferma, le tomó el pulso, le mandó
15     19|     hombros y tomó el pulso a la enferma, que le apretó la mano,
16     19|         con sus emanaciones a la enferma.~ ~ Cuando quedaron solos
17     19|  silencio al pie del lecho de la enferma, las inquietudes naturales,
18     19|        estas cosas delante de la enferma, que, aunque aletargada,
19     19|         sutil y doloroso para la enferma, que al pulverizar a pesar
20     19|    esposo no pensó más que en la enferma y cumplió como bueno; si
21     19|         no tenía compasión de la enferma; ya no había allí más que
22     19|          exclamó con voz de niña enferma y amorosa:~ ~ -¡Padre mío! ¡
23     19|          el retroceso, recayó la enferma y se volvió a los sustos,
24     19|   interrumpían el descanso de la enferma. Ana sentía el día en el
25     19|     salud subían en su marea, la enferma, perdido el terror con que
26     19|          Y a los pocos días cayó enferma.~ ~ Cuando esta historia
27     21|  nerviosos, punzadas de la carne enferma, miserias del barro humano
28     21|        el cutis pálido. Se ponía enferma de vergüenza. Tuvo que salir
29     21|        si preguntara ¿cómo va la enferma? Así andaba por todo el
30     24|        estuvo tentada a fingirse enferma para volver a casa. Pero
31     25| contemplación... Entonces estaba enferma, la lectura de Santa Teresa,
32     27|  taciturno, había permitido a su enferma, a la Regenta, que escribiera,
33     27|        Ana, amigo mío, no estaba enferma; se lo he dicho a usted
34     28| molestarla y al fin hacerla caer enferma, si por completo rompía
35     30|         puede matarla.~ ~ -¡Está enferma!~ ~ -Sí, más de lo que tú
36     30|          que tú crees.~ ~ -¡Está enferma! Y un susto, un susto grande...,
37     30|       una palabra a la pobrecita enferma, que acaso no era responsable
38     30|         la voz interior, para la enferma, eran claras, porque no
39     30|          firme, no sobre la masa enferma, movediza de disparates
40     30|          y a Benítez cómo iba la enferma, a quien solían llamar esa
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