Cap.

 1      1|      largos artículos que nadie leía, y que el alcalde no hubiera
 2      3|   pensamiento, atendió a lo que leía. Dejó el libro sobre el
 3      3|         Una, dos, tres hojas... leía sin saber qué. Por fin,
 4      3|         creía irresponsable.~ ~ Leía, pues, don Víctor a Calderón,
 5      4|         un librepensador que no leía libros de santos, ni de
 6      4|         lanzas de acero.~ ~ Ana leía con el alma agarrada a las
 7      5|      marquesa de Vegallana, que leía libros escandalosos con
 8      5|       orejas una gorra de seda, leía tranquilamente, algo arrugado
 9      8|        y hasta la hora de comer leía novelas o hacía crochet,
10      8|        sus cosas, mientras ella leía periódicos satíricos con
11      8|         vivo. A veces, mientras leía, notaba que alguien abría
12      8|      dimisión. Era su lenguaje. Leía muchos periódicos antes
13     11| estudiaba filosofía y teología, leía las revistas científicas
14     11|        alma hermana.~ ~ Él, que leía a los autores enemigos,
15     12|        Ya queda dicho que él no leía libros: le faltaba tiempo.~ ~
16     12|         a los estudios morales. Leía con deleite los Caracteres
17     13|         poco después don Fermín leía delante de su madre.~ ~
18     14|       la Marquesa.~ ~ Fortunato leía las pruebas y seguía sonriendo.
19     15|    enseñarle a ella su ciencia. Leía y escribía. En la taberna,
20     15|    Japón, de imitar su ejemplo; leía a su madre, con los ojos
21     16|   afirmó con la cabeza mientras leía.~ ~ Petra salió sin ruido,
22     20|   respetaba».~ ~ Don Pompeyo no leía, meditaba. Después de las
23     20|           porque él, Somoza, no leía libros, ya se sabe, no tenía
24     21|      últimos párrafos ya no los leía el Magistral en voz alta,
25     21|       había vuelto a sentarse y leía sin ruido y para adentro.
26     21|         digno magistrado. Ya no leía, al dormirse, a Calderón,
27     21|       de las olas. En el Casino leía los periódicos de La Costa:
28     21|       camisa: tomaba el libro y leía... «¡Vuelta al miedo!, a
29     22|       odas y elegías, nadie las leía; pero la gacetilla más insignificante
30     23|      mañana».~ ~ Y más adelante leía Ana con los ojos clavados
31     23|         atención del público, y leía despacio, señalando con
32     23|       en un pesebre». Ripamilán leía ahora pausadamente, a ver
33     23|        traje grotesco Quintanar leía en voz alta, a la luz de
34     23|        retorcidos. Y don Víctor leía con énfasis y esgrimía el
35     24|   Tiempo hacía que Quintanar no leía a Kempis, ni pensaba ya
36     27|     poco, pero muy alabado. Ana leía sentada en su banqueta de
37     29|       en estas materias, porque leía folletines, la colección
38     30|          Frígilis en el tocador leía la carta del que siempre
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