Cap.

 1      1|       sus hombros al pordiosero enfermo, entre las tinieblas.~ ~
 2      5|         repente en un caballero enfermo del hígado, pálido, delgado,
 3      7|       de Mesía que no estuviera enfermo de muerte, ni en fin, expediente
 4      9|    higienista; pero así como el enfermo que no toma la medicina
 5      9|       de la muerte. Cuando caía enfermo y se encontraba en la fonda
 6     10| irritaban, le parecían mimos de enfermo; él quería mucho a su mujer,
 7     12|      pronto... creerá que estoy enfermo...~ ~ -Sí, sí, eso sí.~ ~ -¡
 8     12|         de la Iglesia. ¿Estaría enfermo? ¿Se iría a volver loco?
 9     17|         orgullito de médico? Un enfermo que se me rebela..., ¡ahí
10     19|    acompañarla en la soledad de enfermo que empezaba aquel día».
11     20|      agitaba todo el cuerpo del enfermo; cada paso era un triunfo;
12     21|    Visita por un niño que tenía enfermo.~ ~ Pero Visita era tambor
13     21|        no salía de casa, estaba enfermo. Sólo Foja, que no veraneaba
14     22|        la muerte de ese hombre, enfermo por abuso del alcohol...~ ~ -¿
15     22|        respiración fatigosa del enfermo.~ ~ -¿Quién está ahí? -preguntó
16     22|  atenciones, no le faltarían al enfermo».~ ~ Volvió a poco soplando
17     22|      tiempo posible al lado del enfermo y así evitar que la hija
18     22|  ofender la susceptibilidad del enfermo». Muchos se ofrecían a velarle
19     22|     moriría al oscurecer.~ ~ El enfermo perdía el uso de la poca
20     22|       alguna autoridad sobre el enfermo; no se hablaban muchos años
21     22|  delirio y volver a la razón el enfermo.~ ~ -No lo crea usted. Además,
22     22|         legos que iban a ver al enfermo o a su hija. Don Pompeyo
23     25|      que establecía el cerebro, enfermo acaso, le recordaban la
24     25|  tentación malsana del espíritu enfermo, causa de tanta lucha, sentía
25     26|     llamaba «la preparación del enfermo». «Había que prepararle», ¿
26     26|        Agapita querida -dijo el enfermo con voz meliflua, débil,
27     26|        Que el señorito está muy enfermo, pero que lo primero es
28     26|     Pero yo no sabía que estaba enfermo.~ ~ De Pas hablaba mientras
29     26|       lástima de aquel hijo que enfermo, triste, tal vez desesperado,
30     26|        es verdad que está usted enfermo y que no puede salir. ¿Dónde
31     26|         más o menos trataban al enfermo. Todo inútil. Él quería
32     26|     silla. Se sentó al lado del enfermo y por primera vez vio lo
33     26|         se perdía aquel cerebro enfermo, y parecían dos ventanas
34     26|      mudo.~ ~ Quedaron solos el enfermo y el confesor.~ ~ De Pas
35     26|       solía. Don Pompeyo estaba enfermo de muerte, pero podía durar
36     26|  inminente. Podía durar, sí, el enfermo, mil y mil veces sí, pero ¿
37     26|      había que esperar a que el enfermo saliese de peligro o se
38     30|        le diré que me espera un enfermo, que quiere confesar conmigo
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