Cap.

 1      1|        el sentido y llenaban la soledad de su espíritu inquieto.
 2      4|   ruiseñor. Estaba segura de su soledad. Abrió un libro de memorias,
 3      5|        momento que nacían de la soledad y la pobreza. El pánico
 4      5|         sentía la congoja de la soledad, de la frialdad ambiente,
 5      8|         único consuelo de tanta soledad. En tiempo de ferias, doña
 6     12| gastadas y estrechas, su triste soledad solemne, su hierba entre
 7     14|      listos, con pretexto de la soledad y el retiro han cogido,
 8     14|      continuando su paseo en la soledad. Al llegar a la otra fuente,
 9     15|       momento de flaqueza en la soledad le costó al párroco, sin
10     15|        su banco para esperar la soledad. Fermín estudiaba o dormía.
11     18|       libre, en el campo, en la soledad triste y dulce, era profunda,
12     18|         y a las marismas, en la soledad, lejos de aquellos tejados
13     19|        podría acompañarla en la soledad de enfermo que empezaba
14     19|       se le ocurren a una en la soledad, estando mala y con motivo
15     19|       las prefería a su estéril soledad, en que buscando ideas piadosas
16     21|         horas y más horas en la soledad de su caserón: a su lecho
17     21|        La Regenta sentía más la soledad con tal compañía; aquellos
18     21|      casi voluptuoso en aquella soledad. El balcón del gabinete
19     21|       aparecía en la idea de su soledad sublime, sino presidiendo
20     21|         noches sin dormir... la soledad de Vetusta... la yerba agostada
21     21|       encontraría su mujer a la soledad de Vetusta? Además, ¿no
22     21|        Vetusta era de ellos: la soledad del verano parecía darles
23     21|         vistos; como si aquella soledad de la iglesia se extendiera
24     22|        de cuentos y chismes; la soledad del campo les había abierto
25     23|        vio en su tocador en una soledad que la asustaba y daba frío... ¡
26     25|      todo tan temprano. Pero su soledad le horrorizaba..., tenía
27     25|     pena del desengaño, aquella soledad repentina, aquel dolor dulce
28     25|         Vetusta. Ana pedía a la soledad y al silencio perezoso de
29     25|     llegaba a darle náuseas; la soledad se poblaba de mil imágenes,
30     27|      solitario el palacio. Esta soledad parece meditabunda. Está
31     27|         tengo miedo y siento la soledad... Luego no me estorba,
32     28|        esperar a sus amigos. La soledad le iba pesando un poco a
33     29|        amores.~ ~ La idea de la soledad después de aquello, le parecía
34     30|      enfermedades graves, en la soledad de su lecho de solterón...~ ~
35     30|            Ana prefería aquella soledad; ella la hubiera exigido
36     30|       sus remordimientos, en su soledad, en el porvenir triste,
37     30|         quejó un día de aquella soledad. Confesó que de noche tenía
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License