Cap.

 1      3|            Aquella señora aya tenía criados y criadas y un señor que
 2      3|             delante del aya, de los criados y del hombre, lloraba de
 3      4|           fueron Anita, el aya, los criados y tras ellos el hombre,
 4      4|            de cuentos que oía a los criados y a los pastores de Loreto.
 5      5|            estaba sola, en poder de criados; no había más remedio que
 6      5|             vivido sola en poder de criados aquella pobre niña, huérfana
 7      5|         pestes de la incuria de los criados.~ ~ «-La dejarán a usted
 8      6|             algo que eran ellos los criados.~ ~ En el vestíbulo había
 9      8|       discreción, pero ordenó a los criados que colocaran más alta la
10      8|              Visita disponía de los criados del Marqués; previo el consentimiento
11      8| Equivocaciones; como habían ido sus criados a comprar... Se comían la
12      8|           Las señoras dejaron a los criados el cuidado de la merienda
13      8|            los hijos, la plaza, los criados, el casero... ¡diablos coronados!»~ ~
14      9|           propias ni ajenas. Amos y criados parecían de estuco. Don
15     10|          cazado en la India por sus criados. Había sabido más adelante
16     10|              de lo que había oído a criados y pastores murmurar con
17     11|      nombraba el ama delante de los criados y era el tratamiento que
18     11|        carta, que era urgente y los criados podrían perderla... o tardar
19     13|              por regla general, los criados; no se fijan en ellos, y
20     15|             madre la mimaba y a los criados no hay que darles alas.~ ~
21     18|         cuando ya nadie le oía. Los criados le imponían su voluntad,
22     19|          Petra. «¿Quién se fiaba de criados? Afortunadamente estaba
23     20|           hasta ponía paz entre los criados y los amos. Así iba entrando,
24     21|          con tal compañía; aquellos criados indiferentes, mudos, respetuosos,
25     21|             por supuesto; ella, dos criados y los bebés como dice Obdulia. ¡
26     24|         allí, don Víctor inclusive, criados vestidos de etiqueta; todos
27     27|             que su mujer y él y los criados que quisieran llevar irían
28     27|        buscar a la Regenta y no los criados.~ ~ Tampoco los señores
29     27|             habían de haber ido los criados?~ ~ -Además -dijo el gobernador -,
30     28|            los suyos, su mujer, sus criados, y los amigos, hasta los
31     28|        pasar un balcón abierto. Los criados no habían apagado más que
32     29|           es hora de levantarse los criados siquiera. ¿Pero entonces? ¿
33     29|          podían haberse dormido los criados? ¿No podía aquella escasez
34     29|             de la casa. «Pero a los criados ya los compondría él a la
35     30|            fiambre; dio orden a los criados de acostarse; y a las once
36     30|     contentaron con preguntar a los criados y a Benítez cómo iba la
37     30|           debajo de la Regenta. Los criados tenían orden de no decírselo
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