Cap.

 1      1|               Como haz de músculos y nervios la piedra enroscándose en
 2      1|        Aquella mujer le crispaba los nervios a don Fermín; era un escándalo
 3      3|          buena señal. La tormenta de nervios se deshace en agua; está
 4      3|           don Víctor no creía en los nervios! ¡Si estaba sereno! Muerto
 5      8|              Menudean los ataques de nervios. Ya sabes que cuando se
 6      9|           que ella creía cosa de los nervios, a mortificarla, a gritar ¡
 7     10|           mal disimulada seguía, los nervios erre que erre... Volvemos
 8     10|             nocturnas...~ ~ -Son los nervios, Quintanar.~ ~ -Pues guerra
 9     10|     Quintanar.~ ~ -Pues guerra a los nervios, ¡caracoles!~ ~ -Sí...~ ~ -
10     10|              casillas. No quiero más nervios, no quiero que Frígilis
11     10|             para templar gaitas: los nervios le eran antipáticos; estas
12     10|         mucho a su mujer, pero a los nervios los aborrecía... Además
13     11|             una cereza. Cosas de los nervios. Pero su madre era como
14     12|           ahora todo era cuestión de nervios. Curaba con buenas palabras;
15     14|            Estaría malo? ¿Serían los nervios? Somoza le diría de fijo
16     16|          Todo menos apiadarse de los nervios o lo que fuera.~ ~ Aquel
17     16|           que don Víctor llamaba los nervios, asesorado por el doctor
18     17|              se ría usted: serán los nervios, como dice Quintanar, o
19     17|            no serían tampoco más que nervios? ¿Serían indicios peligrosos
20     18|             humedad; le crispaba los nervios la frialdad de la calle
21     18|         soporífero, que irritaba los nervios; las repetía cien veces,
22     18|          salud, los caprichos de sus nervios. «El madrugar mucho me mata;
23     18|             es enfermedad, es flato, nervios... ¿qué  yo? Pero es material,
24     19|               De modo que no son los nervios? ¿Ni la primavera médica...?~ ~ -
25     19|           médica...?~ ~ -Hombre, los nervios siempre andan en el ajo...,
26     19|             ya no había allí más que nervios..., y empezó a pensar en
27     21|              de debilidad en que los nervios exaltados la mortificaban
28     23|              La vigilia exaltaba los nervios de la Regenta... Su pensamiento
29     25|           Ana; una resolución de los nervios irritados brotó en aquel
30     26|              que les molestaba a los nervios aquel espectáculo en que
31     27|      exagerada, las aprensiones, los nervios..., las locuras..., como
32     29|           hemos suspirado; ya no hay nervios, quiero decir, ya no nos
33     29|           extraña, «también él tenía nervios, por lo visto». Sin comprender
34     30| indispensable el ejercicio, que esos nervios no se callarán mientras
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