Cap.

 1      1|         Y si no lo hicieran por propio impulso los Páez, los Redondo,
 2      1|  regiones del ideal que eran su propio ambiente, cantaba la Casta
 3      4|        por lo prudente. Su amor propio de librepensador no había
 4      5| advertencias de doña Anuncia al propio criterio. Al principio se
 5      7|       le daba confesárselo a sí propio! ¡Dos años hacía que ella
 6      7|            A buscar, para uso propio, un acomodo neorromántico,
 7      8|   porque todo se ponía sobre el propio traje. Además, Visita no
 8      8|         Pero les daba su nombre propio unas veces, y cuando no
 9      8|  cargadas de lascivia y de amor propio irritado, confundido con
10      9|        se engaña y se daña a sí propio el pecador que oculta los
11     11|  conservación que tiene el amor propio.~ ~ Y entonces recordó que
12     12|  ciencia, que no era su terreno propio, don Robustiano podía apostar
13     12|       absoluto, le daba al amor propio una dulce complacencia...
14     16|       de Mesía, sin quitarle el propio andar, la voz dulce y melódica
15     17|        herido, le dolió el amor propio al verse en ridículo por
16     18|    deseo, no satisfacía su amor propio, sería un placer efímero
17     18|        contado. Además, su amor propio estaba herido. Si alguna
18     19| desagravio, para engañarse a sí propio, suspiró con fuerza y exclamó
19     19|    sudor frío y tuvo asco de su propio cuerpo y aprensión de que
20     20|        salió derrotado, el amor propio un tanto ofendido le llevó
21     20|    arrugado y sucio; anfiteatro propio del cadáver del amor carnal.~ ~
22     21|   músculos, que es como el amor propio del cuerpo, gozóse en distender
23     22|        secular es el templo más propio de la religión pura, y que
24     23|     divinos con el recogimiento propio de un sincero cristiano.~ ~
25     23|        pasión exaltada, el amor propio herido... Después le pesaría
26     24|       disimulada, era el cuadro propio para servir de fondo a la
27     25|   incapaz de mirar por el honor propio, ni por el ajeno... ¡Aquello
28     25|      echaba, sin pizca de dolor propio, sobre la imagen enlutada
29     28|    logró picar otra vez su amor propio y le obligó a torcer por
30     28|    expansiva, y allí, cerca del propio lecho, a los amigos jóvenes
31     29|       Quería satisfacer el amor propio a quien la edad empezaba
32     29|         y hasta cierto punto su propio daño. Adiós amores con don
33     30|         los sacrificios de amor propio, pundonor y otras muchas
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