Cap.

 1     11|        es cumplir con la gente, ¡Fermo! ¿Y por qué se le ha antojado
 2     11|     Madre, es usted injusta.~ ~ -Fermo, yo bien  lo que me digo.
 3     11|        tú noble y confiadote...? Fermo, te lo he dicho mil veces;
 4     11|        cómo un sacerdote...?~ ~ -Fermo, tú eres un papanatas; el
 5     11|    podemos presentarles es éste, Fermo; bien lo sabes; acuérdate
 6     11|     coger en una trampa al pobre Fermo?» Estas malas artes, por
 7     11|  sacrilegio que hubiera puesto a Fermo fuera de sí, y no había
 8     15|         sílabas:~ ~ -A buscarte, Fermo, a eso ha ido.~ ~ -Mal hecho,
 9     15|           qué  yo?~ ~ -¡Basta, Fermo, basta de disimulos! -gritó
10     15|          hice en veinte años... ¡Fermo..., eres un ingrato...!, ¡
11     15|               No tienes corazón, Fermo, no tienes corazón.~ ~ -
12     15|        Si me oyeran me callaría. Fermo..., a buen entendedor...
13     15|         buen entendedor... Mira, Fermo..., tú no te acuerdas, pero
14     15|          cosas...~ ~ -Ya lo veo, Fermo, pero tú lo quieres. Lo
15     15|         todo lo ... a mi modo. Fermo, ¿te fue bien toda la vida
16     15|      formas... Yo sigo mi juego. Fermo, si siempre ha sido así, ¿
17     15|           madre.~ ~ -Sí hay tal, Fermo. No eres un niño, dices...
18     15|       Paula habían enternecido a Fermo. Ya había allí un hijo y
19     15|       cariño opresor, un tirano. Fermo, además de su hijo, era
20     15|       tenía derecho a exigir que Fermo continuase produciendo.~ ~
21     20|       adentros), barragana de su Fermo. Por allí iba a romper la
22     22|        qué atenerse: su hijo, su Fermo, estaba perdido; aquella
23     22|       que asustaba a su hijo.~ ~ Fermo, el señorito, pensaba a
24     22|          Provisor.~ ~ -Por Dios, Fermo, por Dios te pido que me
25     22| sacudiendo la cabeza.~ ~ -¡Pero, Fermo, es un alma que se pierde...!~ ~ -
26     22|     absurdo...~ ~ -Por lo mismo, Fermo...~ ~ -¡Bueno!, ¡bueno!
27     26|          ropa de más abrigo.~ ~ -Fermo, ¿y si tú te pones malo
28     26|    desesperación taciturna de su Fermo, complicada con una enfermedad
29     26|   mientras velaba el dolor de su Fermo, pensó en mil absurdos,
30     26|       hacerla servir para lo que Fermo quisiera... y después matarla
31     30|    porque la creía querida de su Fermo, ahora la aborrecía porque
32     30|         esto se le podía decir a Fermo».~ ~ Doña Paula entraba,
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License