Cap.

 1      1|       derredor el colmo de sus deseos más locos. Era una especie
 2      1|  señora del lugareño manifestó deseos de besar la mano del Provisor,
 3      2|       joven ardentísimo en sus deseos, creía demasiado en los
 4      3|            Y sintió vehementes deseos de verle, de besarle en
 5      5|        permitía Ana manifestar deseos, gustos o repugnancias,
 6      8|  Álvaro en su amiga y en Mesía deseos de vencer aquella virtud,
 7      9|        hermosura podía excitar deseos, pero difícilmente producir
 8     11|      cómo, ni para qué. Sintió deseos de ponerla de su parte,
 9     13|     llevando los demonios. Con deseos de escupirle miró a Bermúdez,
10     14|       con el triunfo, pero sin deseos de venganza.~ ~ El Rojo
11     15|     claridad y precisión a sus deseos... Pero ya no eran tristezas
12     16| abrirle el arca secreta de los deseos y los gustos, no se arrepentía
13     17|       y le entraron vehementes deseos de defenderle contra todos.~ ~ -
14     17|      caso de adelantarse a los deseos del ama y de su amigo don
15     18|  confesar sus ideas malas, sus deseos peligrosos. El Magistral
16     20|   hombre -le decía Ronzal, con deseos de pegarle -, ¿qué le importa
17     20|  Presidente del Casino ocultos deseos, declaraciones inconscientes
18     20|      su víctima, la llenaba de deseos de él, de su arrogante belleza
19     20|            y sintió vehementes deseos de ahogarla. La mano de
20     21|     campo, de los pájaros, con deseos de beber rocío, de oler
21     21|      sentidos no aplacaban sus deseos, que eran ansias de morder,
22     21|        tal, que a veces sentía deseos vehementes de levantarse,
23     23|      de su casa.~ ~ Ana sintió deseos de seguirle: ella no sabía
24     26|      hizo ruborizarse y sintió deseos locos de echar a correr. «
25     27|      piano y se cumplieron los deseos de Orgaz. Él, Paco, Mesía
26     29|       colmada la medida de sus deseos, que llegó a inquietarle «
27     29|     era satisfacer los propios deseos; hundir al ama, tenerla
28     29|     por las plantas?»~ ~ Vivos deseos sintió Quintanar por un
29     30|      en la satisfacción de sus deseos íntimos, guardando siempre
30     30|        hasta cierto punto, sus deseos de pronta y terrible venganza;
31     30|       adelantado Vetusta a sus deseos. Pero cuando, ya convaleciente,
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