Cap.

 1      1|       poder habitar las barriadas nuevas allá abajo, en el Campo
 2      1|         donde construía la piedad nuevas moradas para la vida conventual,
 3      2|          de soslayo, dos señoras; nuevas sin duda, pues no sabían
 4      4|           le alcanzaron.~ ~ A las nuevas haciendas de don Carlos
 5      4|           castañeteo de las hojas nuevas y claras que brillaban como
 6      6|          que jamás llevando botas nuevas le había favorecido la suerte.
 7      9|         fluir de palabras dulces, nuevas, llenas de una alegría celestial;
 8      9|          otro día! ¡Cuántas cosas nuevas iba a saber y a sentir! ¡
 9      9|           una de las pocas calles nuevas de Vetusta, de casas de
10      9|      pueblo. Todo se vuelve caras nuevas, que después no son nuevas.~ ~ -¿
11      9|        nuevas, que después no son nuevas.~ ~ -¿Quién son ésas? -y
12     11|         que te compraran a ti las nuevas; si don Santos se arruina
13     15|         caricias. «¡Qué cosas tan nuevas, o mejor tan antiguas, tan
14     16|      todos los años haciéndose de nuevas y diciendo: «¡Pero ve usted
15     16|            que tantas sensaciones nuevas y exquisitas le prometía,
16     17|     profunda y sincera, parábolas nuevas dignas de la Biblia; pero
17     18| fácilmente las cambiaba por otras nuevas. Creíase hombre de energía,
18     18|           se inventaban calumnias nuevas y se amaba con toda la franqueza
19     18|           que había hecho sotanas nuevas a los familiares de S. I.
20     18|         habían venido las sotanas nuevas? Y sobre todo, ¿por qué
21     19|  inclinándose, preñadas ya de las nuevas hojas; y Ana, apoyándose
22     27|        salve! A ti debo las ideas nuevas, este vigor del alma, este
23     27|       afición. ¡Oh, qué cosas tan nuevas encuentro en estos libros
24     28|     sintiendo emociones extrañas, nuevas del todo, una inquietud
25     28|          en la sangre impresiones nuevas. La noche anterior Álvaro
26     29|         Mesía. Hasta le consintió nuevas caricias de gratitud que
27     30|          infamia... Pero temiendo nuevas desgracias, por su manera
28     30|          le parecían enfermedades nuevas cada vez.~ ~ Frígilis había
29     30|           a la Regenta y recetaba nuevas medicinas para combatir
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