Cap.

 1      3|     examen de conciencia de sus pecados de la temporada lo tenía
 2      3|    desgracia nacían sus mayores pecados.~ ~ «Ni madre ni hijos».~ ~
 3      3|        a culpas de su madre los pecados que la atribuían a ella...~ ~
 4      5|         hija del hermano de sus pecados.~ ~ Doña Anuncia pudo apreciar
 5      5|  castaño de la sobrinita de sus pecados, como ella decía. El artista
 6      7| ambición y la avaricia eran los pecados capitales del Magistral,
 7      9|      pedir la absolución de sus pecados; el alma tiene, como el
 8      9|       el pecador que oculta los pecados, o no los confiesa tales
 9      9|         se sabía de memoria los pecados de la Regenta y la interrumpía
10      9|       personal, esto es, de los pecados de Ana, se había hablado
11     11|     quería. Su memoria para los pecados ajenos era portentosa.~ ~
12     11|          Le estará contando los pecados de sus abuelos desde Adán.~ ~
13     11|       fijo le absolvería de los pecados cometidos. Los de su madre,
14     15|        astucia, de energía y de pecados sórdidos; por consiguiente
15     15| olvidado el otro día».~ ~ -¡Sus pecados! -dijo a media voz el Provisor,
16     17|         pronto la cuenta de los pecados y pecadillos los días de
17     17|   porque ve que para Teresa son pecados muchos actos que usted creía
18     18|  extravíos, perdonaba todos los pecados, huía del contagio y procuraba
19     19|       en su conciencia aquellos pecados de que quería acusarse;
20     21|         Maestra hablando de sus pecados: «no hacía caso de los veniales
21     21|        que en vez de contar sus pecados aprovechan la ocasión de
22     23|  desechaban para atenerse a los pecados veniales con que brindaba
23     25|          no por eso perdona los pecados de que la conciencia acusa
24     26|      Magistral quería decir sus pecados y declarar sus errores;
25     26|         a recordar sus vicios y pecados; y no se hablaba más que
26     26|         la envidia, a todos los pecados capitales, que contemplarían
27     30|    continuaba el rum rum de sus pecados. El Magistral no la oía,
28     30|       después el castigo de sus pecados, si más castigo merecía
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