Cap.

 1      1|      lleno todavía del calor y el olor de don Custodio.~ ~ El Magistral
 2      1|     ambiente, profanado ya con el olor mundano de que había infestado
 3      1|         momento de entrar. Era el olor del billete, el olor del
 4      1|           el olor del billete, el olor del pañuelo, el olor de
 5      1|           el olor del pañuelo, el olor de Obdulia con que el sabio
 6      2|       Hame dado en la nariz~ ~ ~ ~olor de...~ ~ La presencia del
 7      2|       mejor, por la señora. Aquel olor a Obdulia, que ya nadie
 8      9|          que hace sudar, salía un olor picante, que los habituales
 9      9|           era moleslo, triste; un olor de miseria perezosa, abandonada.
10      9|           ropa sucia, en el mismo olor picante de la chusma, en
11     11|        olía a aguardiente. Era el olor de su bilis.~ ~ Don Cayetano
12     12|           feo, poco español y con olor nada santo. En tal sociedad
13     12| mobiliario indecoroso, y tenía un olor de sacristía mezclado con
14     13|         en los movimientos, en un olor de incienso espiritual que
15     16|         papel, que tenía el mismo olor que el del Magistral, pero
16     19|          sus carnes que sufrir el olor y el contacto de las asquerosas
17     19|      otros; ella había sentido su olor, su sabor..., y comprendía
18     20|      dejaba un subido y delicioso olor a herética y atea, no se
19     21|      agradable en la iglesia y el olor de humedad mezclado con
20     23|           orilla del mar; y había olor a tomillo y a madreselva,
21     23|         tomillo y a madreselva, y olor a la playa, y olor arisco
22     23|  madreselva, y olor a la playa, y olor arisco del monte, y dominándolos
23     23|            y dominándolos a todos olor místico de poesía inefable...
24     25|           de la agonía. Sintió el olor de una rosa muy grande que
25     25| importante los sentidos. Buscó el olor del incienso, los resplandores
26     27|       higiene..., la leche..., el olor del ganado... ¡magnífico...! ¡
27     30|           la Regenta...!~ ~ Aquel olor singular de la catedral,
28     30|         se parecía a ningún otro, olor fresco y de una voluptuosidad