Cap.

 1      3|                Mentalmente y como por máquina repetía estas tres voces,
 2      5|               que el estómago era una máquina parada, y el cerebro un
 3      8|               manejando la complicada máquina de las influencias, el único
 4      9|         físico, hay que figurarse una máquina eléctrica con conciencia
 5      9|              chispas. Él se creía una máquina eléctrica de amor. La cuestión
 6      9|                La cuestión era que la máquina estuviese preparada. Era
 7     10|               había caído.~ ~ Era una máquina que, según Frígilis y Quintanar,
 8     10|                No faltaba para que la máquina fuese perfecta, más que
 9     11|               había escrito, casi por máquina, una defensa, calamo currente,
10     12|              Magistral, sonriendo por máquina al notario.~ ~ Peláez señaló
11     12|        acostumbraba resolver como por máquina, con el criterio de su ganancia,
12     13|        Marquesa, con una habilidad de máquina en buen uso, y la señora
13     14|          amabilidad de costumbre, por máquina, sin ver apenas a quien
14     14|             voluntad dependiese de la máquina del reloj, se decidió de
15     14| tranquilamente y se defendía como por máquina, con leves manotadas felinas,
16     16|         hablaba siempre aturdida, por máquina, pensando en otra cosa;
17     17|             debajo del brazo. Era una máquina de cargar cartuchos de fusil.
18     18|            poder judicial, complicada máquina; y era cazador, botánico,
19     18|           ahora... no era más que una máquina agrícola, unas tijeras,
20     18|              humedad me pone como una máquina eléctrica». Esto era humillante
21     19|              la leyera distraída, por máquina y sin gusto!»~ ~ La impaciencia
22     20|            mientras comía y bebía por máquina, preparaba su arenga, sin
23     21|               distraído, comiendo por máquina y muy poco. Teresina era
24     29|              madre, y en pie como por máquina:~ ~ -Que entre, que entre...~ ~
25     30|     magistrado. «Sí, había hombre; la máquina estaba dispuesta; el cañón
26     30|               tientas, se desnudó por máquina, se envolvió entre las sábanas
27     30|       realidad el clérigo, y como una máquina de echar bendiciones desató
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License