Cap.

 1      1|          entre tanta verdura. Las casas de labranza y algunas quintas
 2      1|          confianza en las mejores casas de Vetusta, y si supiera
 3      1| conciencias y los rincones de las casas. Lo que sentía en presencia
 4      1|      algunos patios y jardines de casas viejas y ruinosas, restos
 5      1|         herederos de pergaminos y casas solariegas habían tomado
 6      1|      regular, vivían hacinados en casas de tierra que el municipio
 7      1|    rincones de las bien alineadas casas de la Colonia, a quien el
 8      1|           callejones y plazuelas, casas solariegas, cuya mayor gloria
 9      5|          del mercado recorría las casas de la nobleza para pregonar
10      5|           entendido en tomos como casas.~ ~ A don Tomás le llamaban
11      7|      podía ver a menudo; en otras casas pocas veces. Si Mesía quería
12      9|           Había servido en muchas casas principales. Era buena para
13      9|           llegaban a las primeras casas de Vetusta, oscurecía. La
14      9|      calles nuevas de Vetusta, de casas de tres pisos, iguales,
15     10|         del Parque. Allí no había casas, ni aceras ni faroles; era
16     11|          gato, ¡un gatazo! ¿Y las casas que compra el Magistral
17     11|          el interior de todas las casas importantes y de todas las
18     11|     íntimos. Muchas veces, en las casas donde era recibido como
19     12|        temía su influencia en las casas nobles y le trataba con
20     14|           prendían fuego a muchas casas de la Encimada reflejando
21     18|      quien quería. Visitaba pocas casas y muchas huertas; sus grandes
22     18|      catalejo los rincones de las casas y de las huertas. Había
23     21|     árboles en general y edificar casas, que al cabo de los años
24     22|           el terreno... En muchas casas empezaba a notar cierta
25     26|          En la calle estrecha, de casas oscuras, se anticipaba el
26     28|   vehículo llegaba a las primeras casas de los arrabales de Vetusta,
27     29|         coronada por una aldea de casas blancas separadas por pomaradas