Cap.

 1      2|         duda. Pero, ¡buen Dios!, añadía para sus adentros; si el
 2      3|      damas vetustenses».~ ~ Pero añadía Obdulia:~ ~ «-Fuera de la
 3      3|     poetas.~ ~ -Afortunadamente -añadía calmándose - yo no me veré
 4      5|      estaba bien; pero el médico añadía unos detalles que doña Anuncia
 5      5|         se ponga los pantalones -añadía el afeminado baroncito.
 6      7|      Obispo.~ ~ -No es un santo -añadía - pero no se puede creer
 7      8|       cualquier aventurilla y se añadía casi siempre:~ ~ «-Lo más
 8      8|        su pan se lo coman».~ ~ Y añadía siempre lo de:~ ~ -«Mientras
 9      8|          tu alma tu palma».~ ~ Y añadía, creyendo haber sido demasiado
10      9|          sabio.~ ~ -Yo he leído -añadía don Álvaro en casos tales -
11     10|        martirio. Un martirio que añadía a los que la vida le había
12     12| remordimientos! Estos liberales -añadía para sí - ni siquiera saben
13     13|          Porque tengo observado -añadía - que a las señoras no les
14     14|       simulacros de azotes.~ ~ Y añadía furioso el Rojo:~ ~ -¡Di:
15     15|    tranquilidad de toda la vida, añadía para sus adentros).~ ~ Paula
16     15|   honrado -decía el artillero, y añadía -: Si yo tengo un duro,
17     19|      casi al oído de don Álvaro, añadía -: Diré la palabra: ¡un
18     20|       acendrada religiosidad, se añadía, después de la murmuración
19     20|    excepción confirma la regla», añadía Ronzal el diputado. Y hasta
20     22|             Y volviéndose a Foja añadía el médico:~ ~ -Oiga usted,
21     25|      lívido, y como rectificando añadía: «El mal..., es decir...
22     26|        en casa».~ ~ -Sin contar -añadía Joaquín Orgaz - con que
23     28|       algo triste y desmejorado, añadía Quintanar:~ ~ -En cambio
24     30|          al ex-regente, mientras añadía, procurando una voz serena -: ¿
25     30|  pistolas a propósito. «Yo creo -añadía Joaquinito -, y Paco cree
26     30|        sobre todo el escándalo! -añadía doña Rufina indignada, después
27     30|         uno tan pobre...»~ ~ «Y -añadía -, por supuesto, cobrar