Cap.

 1      1|          de la hora de dormirse la imagen de la Regenta, y entablaba
 2      3|      cantándole...~ ~ Huyó la vaga imagen del rorro, y otra vez se
 3      3|       capaz de anegar el mundo. La imagen de don Álvaro también fue
 4      5|            también llevó a casa la imagen de don Álvaro entre ceja
 5     10|      horror!» Tuvo asco de aquella imagen y de las ideas que la habían
 6     11|          Magistral volvió a ser la imagen de la mansedumbre cristiana,
 7     15|            y plata de la Milagrosa Imagen. Su fama de perfecta ama
 8     16|           pasado por su cerebro la imagen grave y airosa del respetado,
 9     16|           Víctor, lo despertaba la imagen de don Fermín... Ahora se
10     18|         años de trato íntimo, a su imagen y semejanza, en cuanto era
11     18|           a veces tan lejos que la imagen de don Álvaro volvía a presentarse
12     20|       brutal alusiva a una sagrada imagen.~ ~ -¡Alto ahí, señor mío! -
13     21|            besaba las llagas de la imagen llorando a mares. Pensaba
14     21|           el pecho.~ ~ Ana besó la imagen y volvió los ojos al cielo.~ ~ -
15     22|          el Obispo rezaba ante una imagen de la Virgen, y al oír que
16     23|         emoción despertaba aquella imagen! ¿Pero por qué había servido
17     23|       cristal límpido. Sonrió a su imagen con una amargura que le
18     25|        veían sobre la alfombra una imagen confusa del recuerdo formidable...~ ~
19     25|       retablo, hombreándose con la imagen de madera, colocando los
20     25|          de dolor propio, sobre la imagen enlutada del altar, toda
21     25|           allí mismo estuviese, la imagen de su resolución; «sí...
22     26|           cristal que encerraba la imagen supina del Señor, y sin
23     26| arrodillarse. El choque de aquella imagen del dolor infinito con los
24     28|     clérigo!»~ ~ Y ahora sí que la imagen de don Álvaro se le presentaba
25     29|           tiempo se le antojara la imagen del Infierno.~ ~ Con amor
26     29|     lástima tierna de sí mismo, la imagen de la vejez solitaria...,