Cap.

 1      1|         bajo la sotana manchada de cera, los acompasados y ondulantes
 2      1|      poquito ahumado... Tal vez la cera... el incienso...~ ~ -No
 3      1|           veces. Mezclado al de la cera y del incienso le sabía
 4      8| cortaplumas y los había tapado con cera del color de la silla; quitaba
 5      8|            de la silla; quitaba la cera con el cortaplumas, raspaba
 6      8|         puro truquage!~ ~ Ponía la cera en los agujeros, dejaba
 7     11|     lámparas, sagrarios, casullas, cera y hasta hostias...~ ~ -Sí,
 8     11|            comercio de quincalla y cera va a menos por una competencia
 9     11|        nuestras manos; si vendemos cera, si vendemos aras, si tú
10     11|          la voluntad, para ella de cera, de su hijo; la espiga entraba
11     12|         dominado al pobre santo de cera. El hijo, ayudado por la
12     14|            de ser!~ ~ -¡No hay más cera!~ ~ -Te rompo... Si no fueses
13     14|          rodillas, con un hacha de cera en la mano, mientras le
14     15|       guapa; parecía una virgen de cera. Ella no levantó los ojos.
15     15|           hasta vende hostias... y cera... ha arruinado también
16     18|          del ex-regente, de blanda cera; fácilmente tomaba todas
17     18|      perfumado por algo que olía a cera y a estoraque y acaso a
18     21|      humedad mezclado con el de la cera le parecía fino, misteriosamente
19     21|         damasco viejo, manchado de cera, presidida por un sillón
20     22|         pace.~ ~ Ni el latín ni la cera le gustaban a don Pompeyo,
21     22|          chorreaban agua en vez de cera. Se hablaba alto en las
22     23|      acólitos con sendas hachas de cera. La ronda daba vueltas por
23     25|          oraciones y el humo de la cera. Aquellas imágenes a la
24     26|           albas que alumbraban con cera la calle triste, daban al